31.12.08

¨Amigo esta noche muere un año

la verdad parece extraño que se vaya tan ligero"

Así reza una gaita venezolana y aunque la letra parezca muy triste les aseguro que bailarla es sabroso. Y es que bailar cualquier gaita venezolana en diciembre es algo único, estés donde estés.

Yo este 31 estoy en Caracas, despidiendo el 2008 abrazada a mi familia, con un integrante más, mi bella sobrina.

No me quiero poner nostálgica, porque como bien dice el pisha de cai, cada comienzo de año se ve aún mejor que el anterior, y el 2009 también promete.

Este 2008 ha tardado 366 días en dar una vuelta, y así como él, mi vida ha dado un giro que comenzó a planearse a inicios de este año y termina hoy abriendo una puerta a un nuevo año que girará mientras giro yo con él.

El 31 de diciembre del 2007 estaba despidiendo el año en mi casa de Amsterdam, rodeada de buenos amigos. Mientras cantábamos Karaoke juntos no teníamos ni idea de lo que este año nos regalaría.

Es por eso que un año después, mientras tomo un rico café venezolano, no puedo evitar reflexionar en que todos somos un poco como la tierra, tardamos 365 días en dar una vuelta alrededor de algo majestuoso llamado vida y al finalizar de darla estemos donde estemos, o estemos como estemos (mientras estemos) volvemos a empezar.

Este 2009 para mí comenzará girando en Caracas para luego continuar en Cádiz, ciudad a donde la vuelta de la vida me ha llevado en el 2008, quién sabe donde estaré cuando termine el nuevo ciclo que comienza, lo que si estoy segura es que mientras doy la vuelta por esta vida intentaré hacerlo todo lo feliz que se pueda.

Feliz 2009!

26.12.08

Somos los mismos niños

Es 25 de diciembre, en casa de mis padres en Caracas está reunida toda la familia que desde siempre ha vivido en Caracas, los primos que nacimos y crecimos en esta maravillosa ciudad estamos hablando de muchas cosas, somos muchos, pero no estamos todos, algunos se han casado y este 25 están con otras nuevas familias, pero somos mayoría, mis tíos y mis padres están en la cocina hablando de cosas de adultos, ninguno tiene acento andino porque lo han perdido después de tantos años en esta ciudad que los recibió siendo todos casi unos niños, pero las costumbres las mantienen, son respetuosos, buena gente y familiares como todos los andinos, cocinan sabroso porque mezclan aliños caraqueños con los andinos, aunque la cocina que se impone por lo de general es la de Caracas y el motivo es porque aprendieron a cocinar cosas tan importantes como Las Hallacas entre fogones y gente caraqueña, es por eso que las mejores hallacas (que son las de mi mamá) tienen sabor a mi ciudad, Caracas, aunque mis madre sea andina.

Pero hay muchas cosas que nos llevan a los andes, al pueblo de mis padres y abuelos, ese maravilloso lugar donde pasamos tantos meses de vacaciones escolares en nuestra infancia, es por ello que los olores y sabores andinos hacen que volvamos a ser los niños que corrían por esos montes y nadaban por esos ríos sin tener la menor idea de lo que la vida les deparaba. Y eso ocurre hoy nuevamente, el 25 de diciembre, porque la hermana de mi nono no ha venido a la reunión pero nos ha mandado de regalo muchos litros de Chicha Andina que ella con todo el amor del mundo ha preparado para nosotros, ella también lleva toda su vida en Caracas y con más de setenta años de edad, a diferencia de mis padres y tíos, no ha perdido el acento andino, será por eso, por su rico hablar, que su Chicha Andina tiene ese sabor del Mercado del pueblo de los domingos donde mi abuelo tenía un puesto para vender ropa de niños y adultos (también vendía zapatos) y donde todos queríamos estar con él cada domingo desde la madrugada para ayudarle a vender porque siempre a media mañana nos premiaba el esfuerzo comprando para todos nosotros Chicha Andina acompañada con Pastelito Andino.

Ayer nos tomamos todos juntos la Chicha Andina de la hermana de mi nono, a la que curiosamente llamamos tía, no tía abuela, mientras degustamos esa obra de arte uno de mis primos, mi favorito, me dice ¨prima, me siento como si estuviéramos en este mismo instante en el puesto del nono, como todos aquellos domingos¨, ¨sí es cierto¨, responde otro de nuestros primos, incluso mi hermana menor que era muy pequeña cuando mi abuelo nos regalaba con esa costumbre, lo recuerda y asiente con la cabeza, todos sonreímos y brindamos con la Chicha, que en ese momento sabe aún mejor porque se llena de recuerdos, ¨pero le falta algo, lo más importante¨, comento yo, ¨mi nono?¨ me pregunta mi primo y le digo con toda la seguridad del mundo que ¨no¨, ¨porque él siempre está entre nosotros¨, ¨lo que le falta es el pastelito andino, chico!¨ y todos soltamos las carcajadas, las mismas que nos han acompañado desde que éramos unos chamos, y es allí donde noto mientras les observo reír, que todo permanece igual a pesar del tiempo que ha pasado y es porque en el fondo fondo, nunca hemos dejado de ser los niños a los que mi nono colmaba de cosas sabrosas. Gracias a Dios.

Espero que vuestras navidades estén siendo como las mías, llenas de sabores ricos.

20.12.08

Todos mis días son Navidad

Porque tengo una estrella que siempre me guía



Porque tengo un Rey Mago que me concede todos mis deseos.

Porque mi Padre se llama José

Y mi Madre es una Santa Virgen (que buena es)

Porque a diario me encuentro niños que con su ternura y bondad parecieran haber venido a este mundo para salvarlo (así como el niño Jesús)

Los ángeles me cuidan y me anuncian buenas nuevas


Y gente fabulosa llega a mi vida llenándola de cosas más valiosas que el oro, el incieso o la mirra.


Así que, cómo no me va a gustar La Navidad? Hacerlo sería como negar mi propio día a día.

Un beso enorme para todos (con escarcha navideña incluida).


La foto

15.12.08

Qué tan inolvidable eres

Casi siempre que me atacan las dudas con respecto a cómo se abre un paquete de comida sea sobre, envase, bolsa, etc, recuerdo a una niña que conocí hace algunos años en un avión. Fue durante un viaje de Madrid a Jerez, veníamos a pasar Navidad con la familia del Pisha de Cai, la niña era hija de padres divorciados y esas navidades le tocaba estar con su padre que vivía en Cádiz.

Ella residía con su madre en Galicia y ese día el avión donde viajaba era el segundo que tomaba, tenía 9 años y sus padres se habían divorciado cuando ella contaba con 4, desde los 5 viajaba en aviones cada vez que le correspondía visitar a su padre, ya estaba acostumbrada y era una experta en lo que a comportarse en aviones y moverse en aeropuertos se refiere. Es por eso que nos conocimos, porque ella no pudo evitar explicarme algo sencillo que yo hasta la fecha no lograba entender muy bien. Yo intentaba abrir un paquete que contenía maní (cacahuetes) y como siempre lo hacía desesperada con las manos y por temor a romperlo ya me lo estaba llevando a la boca para abrirlo con los dientes cuando la niña me dijo: ¨no, no lo hagas así, ven que te enseño¨, y así en dos segundos me explicó algo sencillo que aprendí y no olvidaré jamás, ¨se abre más fácil por el lado que dice abrir¨.

Desde ese día abro todos los paquetes con una facilidad que agradezco, porque algo tan tonto me lo tuvo que enseñar ella (quizás nunca lo hubiese aprendido por mi cuenta)

Durante el tiempo que duró el vuelo hablamos de todo, ella me dijo que lo que más le había llamado la atención de mí es que al entrar al avión pensó que era una de sus cantantes favoritas, la verdad es que al aterrizar en mi casa de Cádiz lo primero que hice fue ver por Internet quien era aquella cantante de la cual yo no tenía ni idea pero que sí, era famosa, y sí, nos parecíamos un poco. Me cayó muy bien la niña, era como hablar con un adulto que tiene dulzura infantil y mucha inocencia (tengo muchos amigos así), entre nosotras se creó una conexión que sin ella quererlo me dura hasta el día de hoy, recuerdo su cara y su sonrisa perfectamente por eso de vez en cuando me pregunto qué será de su vida, pero siendo como era supongo que ahora le irá muy bien.

En aquel momento me contó que el divorcio de sus padres no le había afectado mucho, porque cuando estaban juntos se llevaban peor, que cada uno por su lado había encontrado una nueva pareja y su familia había crecido porque tenía nuevos hermanos de parte y parte. Además que viajaba mucho y así no se aburría en ningún lugar, que en la escuela todos pensaban que ella la pasaba mal por el divorcio y nadie le creía que ella estaba convencida que era lo mejor para ella, pero tampoco se esforzaba mucho en que le creyeran porque al final a ella era la única que le importaba la verdad, su verdad.

Recordé sus palabras este sábado porque conocí a un Señor en un restaurante que acaba de iniciar el proceso de divorcio con la mujer con la que lleva más de 30 años viviendo, me dijo que no se había divorciado anteriormente por los hijos, para que no sufrieran y no pude evitar preguntarme hasta que punto ese sacrificio valía la pena y si era verdad que los hijos no sufren teniendo a padres que juntos son infelices, no creo que todo el mundo asuma la misma actitud que aquella niña tan maravillosa que conocí en aquel viaje, pero me hizo pensar que triste si así lo fuera en este caso con este señor y sus hijos le hubieran apoyado hace muchos años, habría tenido quizás más días felices.

Pero este post no es para hablar de él, ni de mi opinión de los divorcios ni menos sobre la felicidad de nadie (con la de mi familia, la del pisha de cai la de mis buenos amigos y la mía me doy por satisfecha), quería hablar de ella, a quien recuerdo casi semanalmente cuando intento abrir algún paquete. Ella, tan chiquitica y tan grande a la vez, ella que sin quererlo me marcó tanto, para siempre, porque con ese acto será para mi inolvidable.

Me pregunto qué tan inolvidables somos, cómo marcamos la vida de alguien para siempre sin saberlo, tengo amigos que me han recordado frases que les he dicho hace añales y de las que ni yo misma me acordaba, me han explicado como mis palabras les han marcado para bien, ayudándoles en un momento determinado, y yo sin saberlo.

También ocurre el caso contrario, que pensamos que tenemos importancia para alguien y al final esas personas nisiquiera nos recuerdan o les importamos, o creemos que algo que hacen o dicen va con nosotros y realmente no tenemos nada que ver en el asunto. Por eso yo intento no sentirme protagonista de la historia de nadie, ni para bien ni para mal.

Esta niña nunca sabrá lo que representa en mi vida y todo lo que la recuerdo, lo importante es que yo lo sé. Así como todas las personas para las que somos inolvidables, lo importante es que ellos lo saben.

Besos para todos, feliz semana.

10.12.08

A gritarlo!

Conversaba con un buen amigo que a sus cuarenta años ha conseguido enamorarse nuevamente. Me contaba que estaba plenamente feliz y que le daba miedo decirlo mucho porque temía que eso trajera mala suerte al momento tan bonito que vive.

Le dije que a mi me sorprendía demasiado como algunas personas hablaban de infelicidad y cosas malas una y otra vez sin nisiquiera plantearse que al hacerlo atraían negatividad, y a la misma vez algunas personas,paradójicamente, temían tanto gritar a los cuatro vientos cuando eran felices porque siempre pensaban que aquello traía mala suerte o estaba mal visto.

Cuando se habla de depresiones, infelicidad y cosas negativas algunas personas creen fielmente que es muy posible que nos pase pero cuando alguien habla de lo bien que le va y de lo feliz que es, a alguna gente pareciera resultarle sospechoso e increíble, como si al hacerlo ocultara algo malo y hablara de una felicidad que realmente no existe.

A mi casi nunca me gusta hablar de cosas malas, ni rodearme de nada negativo porque pienso que si lo hago caigo en un círculo vicioso de donde me costará mucho salir, por el contrario siempre intento hablar de las cosas buenas que tengo en mi vida y gritar una y otra vez cuando estoy feliz y me siento contenta. Pienso que eso me ha ayudado mucho en algunos momentos para ver el lado positivo de las cosas malas que me han podido pasar.

Yo no temo gritar a los cuatro vientos si estoy feliz, de hablar de las miles de bendiciones que me rodean, de agradecer cada día por la familia tan maravillosa que tengo, de reconocer que el premio gordo me lo gané al conocer al Pisha de Cai y de disfrutar muchísimo de mis maravillosos amigos que la vida me ha traído a través de tantos caminos que he recorrido (Y los que me faltan!).

Le dije a mi amigo que no temiera gritarle al mundo si estaba feliz, que lo hiciera con la misma intensidad de cuando habla de algo malo que le pueda pasar, que intentara repetírselo una y otra vez a todo el mundo así le resultara antipático a más de uno, porque finalmente hablar de cosas buenas cuesta la misma energía que hablar de cosas malas y traerle comentarios positivos a la gente les hace más agradable el día que hablarle de cosas negativas, o por lo menos así lo veo yo.

Y mientras, grito al mar que tengo frente a mi casa todo lo contenta que estoy por todas las cosas buenas que están por darme y las agradezco de antemano.

Así que griten, griten, no teman a expresar cuando se sientan plenos de felicidad! (dicen por allí que el hacerlo tiene efectos curativos para el alma)

Muchos besitos.

P.S.: Ya le hicieron la carta al Niño Jesús, Reyes Magos, San Nicolás o quien sea a quien le pidan lo que desean para el 2009? No? Pues qué esperan????

3.12.08

Había llegado el día

Desde pequeña se dio cuenta que podía leer señales, cosas que le rodeaban y que le anunciaban eventos importantes.

Aprendió a estar siempre alerta.

Por eso le dijo NO a los 27 hombres que le propusieron matrimonio en ese pueblo donde solo quedaban 28 solteros. El cura, no contaba.
Las mujeres se hacían cruces a su paso, pensaban que solo alguien con un embrujo encima podría rechazar el Santo Matrimonio. Su Madre tenía los ojos secos de tanto llorarle a ella para que entrara en razón y a todos los santos para que obraran el milagro de casar a su hija con quien fuera. "Hija mía, qué harás en esta vida sino es casarte? Eres bella, todos se quieren casar contigo, hazlo por nosotros, por la honra de tu familia, di que sí, a cualquiera, tienes de donde escoger" esas palabras siempre seguían con apretón de la madre al rosario que llevaba en la mano desde que descubrió que no tenía ningún poder sobre su hija. "Si tu padre viviera, ahorita mismo estarías en el altar, diciendo sí quiero, te aprovechas porque soy una vieja débil y sin fuerzas para hacer lo que Dios y la Iglesia mandan, hacer de ti una mujer de bien, casándote"

Carmen no respondía nada a los llantos de su madre, sabía que tenía esa batalla ganada porque ya lo había visto en señales, nada ni nadie la obligaría a casarse con ninguno de esos 27, ninguno de ellos eran para ella. Lo sabía.

Pero se le hacía imposible hacérselo entender al resto del pueblo, ni menos a su familia, ni a sus amigas, por eso con los días todo el mundo decidió darle la espalda, y así pasaron los meses y luego los años. Carmen dejó de ser una niña en edad de casarse y pasó a ser una vieja solterona. En 1931, una mujer con más de treinta años, soltera, en un pueblecito latinoamericano de apenas 200 habitantes ya era una vieja solterona, lo quisiera o no.

Carmen nunca lo quiso, aunque le daba igual que la llamaran así.

Pero un día todo empezó a cambiar.

Al cumplir los 32 Carmen comenzó a ir casi todos los días a la única tienda del pueblo que vendía todo lo que una novia de ese pueblo soñaba, a la dueña le incomodaba su presencia porque ver a una vieja comprando cosas que son para jóvenes le molestaba mucho, hasta el día que vio un negocio rentable con Carmen que no solo elegía lo necesario para la boda y la casa, sino para sus futuros viajes alrededor del mundo. Lo tenía todo tan planeado que a la mujer de la tienda le daba un poco de lástima por esa vieja solterona que la locura le hacía soñar con matrimonio, bueno, no la suficiente para dejar de aprovecharse de ella porque al final, el cliente siempre tenía la razón y ella se encargaba de proveer todo lo que Carmen pedía, con su boca cerrada, porque en boca cerrada no entraban moscas, pero sí dinero.

Nada había cambiado en los últimos quince años, esos quince años que Carmen había tenido que escuchar cuchicheos en las esquinas, renunciar a amigas, a tardes de té y bordados, pero ella lo aguantaba todo porque sabía muy bien cual era su futuro, lo vio cuando tenía doce años, una noche de abril mientras se bañaba en el río, era una noche de luna llena, una de esas tantas noches que lograba escaparse de su madre y encontrarse con su vida, fue esa noche con la luna resplandeciendo sobre el agua que sintió un escalofrío y el río por primera vez le habló, habían pasado ya veinte años pero ella no lograba olvidar cada palabra, cada sentencia:" Niña, una noche de luna llena, dentro de veintiún abriles, él llegará, espéralo", Carmen se estremeció pero no dudó ni por un momento que eso, lo que decía el río, era lo que tenía qué hacer.

Y así lo hizo hasta aquella noche de abril, de luna llena, a sus 33 años. Caminó al río temblando, era el momento que llevaba esperando durante mucho tiempo. No tenía miedo a la oscuridad, ni a los ruidos de animales que en aquel monte se hacían más intensos. Ella caminó y caminó, sabiendo que allí, en el río, le esperaba su futuro, ese futuro que ya conocía desde el pasado.

Al llegar al río no vio nada, no se asustó, sus señales nunca fallaban, esta no sería la excepción, miró a un lado y a otro, nada. Decidió sentarse en la orilla del río a esperar. No le importaba esperar unas horas más cuando ya lo había hecho por tantos años. Se fijó en la luna y todo lo que el agua brillaba por ella, siguió su reflejo y gracias a ello notó algo que flotaba en el agua, "es él" gritó, y sin pensarlo dos veces se lanzó al río nadando hasta alcanzarle. Sacó fuerzas de donde pudo para arrastrarle de vuelta a la orilla mientras nadaba, lo logró. Le dio respiración boca a boca, lo que no consideró un primer beso, ese vendría después, el hombre volvió en sí y diciendo cosas en un idioma que Carmen no conocía arrancó de Carmen la primera sonrisa regalo de sus vidas. Ella le dijo que se calmara, estaba segura que él le entendía, le dijo que ya volvía con ayuda, que no se desesperara, que estaría bien. Carmen corrió lo más rápido que pudo, llegó a su casa y entrando en la habitación de su madre le dijo: " corre Madre, mi futuro esposo está herido y necesita que le ayudemos, busca toda la gente que puedas" , " de qué hablas hija, ahora sí que te me volviste loca mi hijita" dijo la madre, " no tengo tiempo para explicaciones, si buscas ayuda y me sigues al río te prometo que me caso", la madre de Carmen pensó que los caminos de Dios siempre son misteriosos y concluyó que quizás era aquel el milagro que tanto años llevaba pidiendo. Corrió a buscar ayuda y una vez todos juntos en el centro del pueblo decidieron seguir a Carmen hasta el río, muchos de los acompañantes iban a regañadientes, hasta que en la penumbra de la noche vieron a un hombre tirado a orillas del río, tal cual como lo había descrito Carmen.

"Es él" gritó Carmen, y a su madre el alma le volvió al cuerpo por primera vez en muchos años.

Y sí, era él, Henry Williams, un inglés aventurero y millonario que había venido a una latinoamérica para la que no estaba preparado, por ello había terminado grave en las aguas que le condujeron a Carmen, luego de que un grupo de piratas caribeños se hicieran dueños a la fuerza de su barco y algo de su dinero. Pero no le mataron. Todo lo contrario, le dieron la vida porque Henry encontró la vida con Carmen. Luego de meses de curas y mimos, se casaron.

Fue la mejor boda que hasta el día de hoy se recuerda en aquel pueblo.

Murieron viejitos, muy viejitos, rodeados de hijos, nietos y bisnietos a los que hicieron muy felices.

27.11.08

No nos olvidemos

De lo que realmente importa.

Sin importar que pase durante el día, en tu trabajo, en la calle...

No olvidemos lo que realmente importa.

Y yo no lo olvido, porque me lo recuerdan a diario.




Ayer recibí un email de mi hermana mayor, recordándome lo mucho que me quiere y contándome que cada vez que le pregunta a su hija (mi bella sobrina) y cito sus palabras textuales: ¨dónde está la tía Tata¨ (es decir, yo) mi sobrina la mira porque no me encuentra y mi hermana le dice para que lo aprenda rápido y me recuerde siempre:¨La tía Tata está en Cádiz¨

Lo que hace que mi sobrina responda lo aprendido a su manera: ¨Tádi, Tádi¨

Así señores, es oficial, vivo en Tádi, porque es donde esa Reina que es mi sobrina me tiene viviendo y babeando.

Son estas cosas maravillosas que recibo a diario por parte de mi familia, el pisha de cai, mis queridos amigos, las que hacen que no olvide nunca lo que realmente importa.

Y es por eso que, sin importar qué me pase en el día a día, siempre me ven con una sonrisa en la cara.

Tádi, Tádi!

Besos. Se les quiere muchote.

23.11.08

No permitas que nada te detenga

Ni menos se lo permitas a nadie.



Porque la nada es eso, la nada y nadie es eso, nadie.


Tu eres el único que cuenta, así que no te detengas.



(comparto la vista que me regala a diario el mar de Cádiz, ese mismo Mar que desde hace siglos no deja que nadie lo detenga, y allí está)


Besos para todos.

19.11.08

Soñé que llorabas por mí



Soñe que llorabas por mí.

Me sentí culpable.

Me desperté llorando también.

La vida no es lo que alguna vez prometimos. Es lo que alguna vez sentimos y dejamos de sentir

Hoy me desperté pensando en los amores vividos. Las promesas de amor eterno que no son cumplidas y los corazones rotos que dejamos en el camino.

Luis no era un chico cualquiera, era de esas personas que la gente suele llamar "buena gente". Estudiaba en la misma Universidad de María,siempre volvían de clases juntos en el Metro porque vivían muy cerca el uno del otro. Para María, Luis era un buen amigo.

Luis tenía a su vez un mejor amigo llamado José. José era de los chicos populares de la Universidad, María le consideraba también un buen amigo y muchas veces le parecía que José coqueteaba con ella aunque tampoco le daba mucha importancia porque María pensaba en los chicos de una manera distinta, ella creía en el amor a primera vista y luego de dos años de estudiar juntos si José no le había llenado el cuerpo de esas Mariposas que se sienten cuando estás enamorado, pues era porque José no era el hombre de su vida, así de simple.

Un día al volver de clases,
como era ya costumbre, Luis dejó a María en la puerta de su casa, se despidieron no sin antes hablar un poco del pesado de aquel profesor que pareciera tener un solo objetivo: quitarle el sueño a sus alumnos. Luis y María habían acordado que con ellos no lo lograría, así sonrieron y se despidieron hasta el día siguiente.

Luego de dos horas de haber llegado a casa, mientras María conversaba con su madre en la cocina de su casa escuchó el intercomunicador sonar, era Luis que quería verla. María se asustó, pensó que algo malo le había pasado y bajó rapidamente a su encuentro. A Luis le brillaban los ojos en la distancia, parecía como si hubiera llorado mucho, María le vio por primera vez fumando y notó también que le temblaban las manos, al llegar María Luis apagó el cigarrillo y con la voz entrecortada le dijo que quería confesarle algo muy importante.

Y así fue.

Luis abrió su corazón a María comenzó por relatarle el profundo amor que sentía por ella y como cada noche luego de que se despedían en la puerta de su casa a él se le llenaba el pecho de llanto y rabia por no poder decirle todo lo que la amaba, le habló de su sonrisa y de la luz que irradiaban sus ojos que le iluminaban la vida cada día, que él no podía vivir más sin ella y que necesitaba que ella lo supiera, que moría de verguenza al saber que quizás esa confesión le hundiría para siempre sino era correspondido pero que no podía seguir viviendo sin que ella supiera que toda su vida no tenía sentido si alguna vez ella no llegara a amarle.

María no supo que contestar. Salió corriendo y le dejó allí, en la puerta de su edificio, con las lágrimas contenidas y el alma rota.

Al día siguiente María no apareció por la Universidad, ni ese ni el día después, al tercer día resucitó entre las sábanas y decidió afrontar por primera vez en su vida la terrible situación de romper un corazón que le amaba, sin ella saberlo. María decidió hablar con José, el mejor amigo de Luis, pensó que José siendo el mejor amigo de Luis le asesoría como nadie la manera de seguir siendo amiga de Luis a pesar de no poder corresponderle en su amor. Y así hizo. María le contó todo a José, ignorando también que para él ella no era solo un simple coqueteo universitario, sino que sentía por ella el mismo amor que Luis le había confesado hacía pocos días. Cada palabra de María se clavaba en el pecho de José que se sintió traicionado por un amigo, Luis y él habían acordado que sería Luis quien acompañaría a casa cada noche a María para poco a poco conocerlo todo sobre ella y así ponerle el terreno fácil a José para llegar a María y enamorarla para siempre. No contaba José con el pequeño detalle que su mejor amigo también la amaba.

José le dijo a María que siguiera tratando de una manera normal a Luis que se olvidara lo que había pasado y con el tiempo ella vería que todo volvería a ser como antes. María siguió su consejo al pie de la letra. Pasaron los meses y poco a poco vio como la relación entre José y Luis nunca más fue la misma. Al final de la carrera José y Luis ya no se hablaban.

Un día, luego de dos años de graduados, María se encontró a Luis en un café de moda en la ciudad, se saludaron como los buenos amigos lo hacen y como la noche era larga, rindió para todo, desde beber algunas copas de más hasta para hacer algunas confesiones. Fue así como María se enteró del gran amor de José y de cómo Luis había disimulado delante de su amigo para no perder su amistad ni tampoco perderla a ella. "Yo sabía que aquella noche cuando te conté lo que sentía te perdería a ti y a él, pero el amor es tan grande, no conoce límites y es capaz de todo, lo siento por ti, por él, por mí".

Ese día fue a María a quien se le quebró el alma al descubrir luego de muchos años que había roto, sin querer, corazones y amistades de las buenas.

Así es la vida.

Hoy María piensa en ellos, en los amores y amistades que se quedan en el camino de este tren llamado vida.
Y espera que estén donde estén, sean muy felices, mucho.


Besitos para todos.


P.S.: Mi primera semana viviendo en Cádiz ha ido muy bien.

13.11.08

Escrito desde el pasado







Hoy 17 de Septiembre he comenzado a empacar mis cosas para llevármelas a Cádiz donde viviré por lo menos durante el próximo año.


Había decidido desde hace tiempo que lo primero que metería en la primera caja que me tocara llenar para la mudanza sería un libro de Gabo, me gusta hacer cosas simbólicas en momentos importantes y hace tiempo que tenía pensado que eso era lo que quería hacer. Desde hace dos días me rondaba por la cabeza que ese libro tenía que ser "Notas de Prensa 1980-1984", me sorprendió tener ese impulso precisamente por ese libro y como casi siempre hago, seguí mi corazonada, pude haber escogido otro que fuera más conocido, pero ese, justo las Notas de Prensa, fue el elegido. Al tomarlo en mi mano y abrirlo, encontré algo que me paralizó el corazón.

Era esto



Un poema que me había escrito la primera señora holandesa que conocí al llegar a vivir a Holanda. Nos hicimos grandes amigas, le agarré mucho cariño en poco tiempo (porque murió de una terrible enfermedad luego de dos años de estar viviendo aquí). Ella me enseñó mis primeras palabras en holandés y era la única persona (después del pisha de cai) que estaba convencida que yo aprendería bien el idioma y además que en este país sería muy feliz. Y así ha sido.

Este poema me lo escribió cuando yo todavía no hablaba muy bien holandés, de hecho ella murió sin haberme visto entablar una conversación fluida en este idioma que tanto se empeñó que yo aprendiera bien desde el principio. Si me hubiera visto ayer, dando un curso en su idioma, se habría sentido muy orgullosa de mí. Cuando me entregó este poema me dijo que lo guardara, porque un día yo podría leerlo y entenderlo perfectamente.

Ese poema quedó guardado en ese libro y mientras lo leía recordé algo que me puso el corazón aún más arrugadito, recordé que este libro fue un regalo de mi ex-jefa en la fiesta de despedida que me hicieron en Venezuela antes de irme a vivir a Holanda.

Fue un momento maravilloso. Para mí era como ver la llama olímpica pasar en el tiempo, sobre papel, de un libro que simboliza mi viaje de Venezuela a Holanda y con un poema que simboliza lo primero que amé en este país, a Mamá Walet, ella y sus palabras escritas para ser leídas en un futuro, que se van conmigo a la nueva ciudad donde viviré, Cádiz.

Estas palabras están escritas en el pasado y serán publicadas el día que oficialmente viva en Cádiz. Pueden esperar, las palabras y el amor del bueno, esperan siempre.


(el poema no es de su autoría y es a su vez una canción infantil holandesa muy popular)

6.11.08

Mi Nono con aroma a café

Hace un año estaba en Holanda y escribía sobre mi Nono, era su cumpleaños y recordaba con una sonrisa grandota en mi cara que nadie como él me sabe hacer café.

En febrero de este año cuando estuve en Venezuela, mi mamá, mi Nono y yo nos fuimos a hacer compras en el supermercado y mientras nos poníamos de acuerdo sobre el vino que queríamos comprar para una reunión familiar que tendríamos esa misma tarde, mi Nono me contó que uno de sus mayores sueños era hacer una fiesta para su cumpleaños donde estuvieran la mayoría de sus hijos, nietos y bisnietos, al final me mató con esas frases arruga corazones: ¨y que usted también venga a la fiesta mi chinita¨.

Su petición fue un pacto, lo sellé y me prometí a mi misma que pasara lo que pasara estaría con mi Nono este año el día 3 de Noviembre para su cumpleaños. Y así fue.

Mi abuelo, su sonrisa, su cara de felicidad mientras le cantábamos cumpleaños todos los hijos, nietos y bisnietos que habíamos venido para ese gran día (pude reunir a un gentío), eso es algo que no olvidaré jamás. Solo recordarlo me pone la piel de gallina y eso que fue hace pocos días.

He venido a Venezuela por tres motivos principales, el cumple de mi sobrina bella, el cumple de mi abuelo y el de mi hermana menor que es hoy (y que pensamos celebrarlo a lo grande como ella lo merece), he tenido unos días fabulosos rodeada de familia a la que amo (mucha familia, porque la mía es grande, gracias a Dios) y amigos (no he visto a tantos como quisiera pero es que los días no me alcanzan para todo lo que quiero hacer, me desquito a la vuelta!).

Me siento afortunada de poder estar aquí y haber logrado cumplir uno de los sueños de mi Nono que a los 84 años nos canta canciones y nos cuenta todas las historias de él y mi Nona Paulina cuando estaban recién casados, fue el día antes de su cumple que nos enteramos que mi Nono y mi Nona habían decidido al casarse tener una luna de miel que durara cuatro años y me decía que ese fue uno de los secretos de la felicidad que compartieron por tantos años (esa y que siempre la llevaba a bailar porque a ella le encantaba). Mi abuelo habla de mi Nona en presente porque según él mi abuela sigue viva, habla con ella y siempre le acompaña, sobre todo en los días en que se enferma, allí está ella para cuidarle. Si él me lo dice, yo se lo creo, porque al final todos sabemos que la gente muere sólo si nos olvidamos de ellos.

Aquí paro mi relato, con aroma de Café, como mi Nono, ahora salgo corriendo porque quiero comprarle una torta a mi hermana, digna de una princesa como es ella.

Besos para todos. Se les quiere mucho.

27.10.08

Su primera primavera



Es sábado 25 de Octubre. Me despierto en Caracas, escucho a mi mamá cantar cumpleaños en la otra habitación y salgo corriendo a presenciar ese momento mágico y único. Mi sobrina cumple un año, mi hermana ha pasado la noche en casa para darnos el regalo de amanecer con Victoria Eugenia en el día en que cumple un año de vida. Le cantamos el cumple pero la nena llora, le da sentimiento esa canción, cambiamos inmediatamente a otra que nos hemos aprendido porque es su favorita para que se calme y sonría.Lo logramos.

Yo la abrazo y no me lo creo, que sea su cumple, que esté en Caracas y que lo primero que haya visto al abrir los ojos sean sus ojos maravillosos, que en su primer año de vida brillan con una intensidad que sé que la vida no apagará jamás (y en caso de que lo intente aquí estaré yo para impedirlo).

Espero que me queden por ver muchas cosas buenas en esta vida, ver a mi sobrina cumpliendo un año, en brazos de mi hermana apagando su primera vela, ha sido una de las cosas más bellas que he visto desde que mi mundo es mundo. Me emocioné a rabiar y volví a ratificar que la felicidad es una cosa tan simple de conseguir, que está allí al alcance de la mano y la mía está en manos de mi sobrina. Mi sobrina, esa que hace doce meses me hizo tan feliz con su llegada al mundo, que ahora me habla y me dice cosas que me arrugan el alma, adora a Kitty (sí Nany, adora a Hello Kitty), repite su nombre mientras señala a esa muñequita que tanto gusta en esta familia. A qué no es bonito?

Cosas simples, maravillosas, que rodean nuestro día a día, yo no sé ustedes pero yo no me las pierdo, todo lo contrario, las disfruto porque sé que su primer cumple es uno solo y aunque vendrán muchos, muchos y muchos, éste será inolvidable.



La torta de mi Sobrina, pintada a mano por uno de mis cuñados, es un Hello Kitty de Halloween, yo la bauticé Hell Kitty (había bebido mucho vino tinto cuando se me ocurrió este chiste tan tonto).

Besitos para ustedes. Feliz Semana.

19.10.08

La vida son dos días

Y en uno de ellos llueve.

Ese es uno de los refranes que más me gusta escucharle al pisha de cai. Siempre que lo escucho de sus labios me recuerda lo rápido que todo pasa y que debemos aprovechar cada segundo que nos dan.

Debo reconocer que desde hace algún tiempo me dedico a eso, a aprovechar cada momento, no pensar mucho en el siguiente y tratar de vivir lo que tengo ahora, porque el mañana aunque lleno de planes, es eso, un mañana y no sabemos que nos depara, así que para que preocuparse por algo incierto?

Está atardeciendo en un lugar con una vista paradisíaca, estamos paseando mi madre, mi tía, mi hermano, el pisha de cai y yo, hablamos de muchas cosas, entre ellas de las caídas, pero no las caídas de la vida porque de esas preferimos no hablar, de esas nos levantamos y a lo mucho nos limpiamos las rodillas y seguimos caminando, hablamos de otras, de las caídas de la calle y nos reímos al recordar la caída de mi tía esa misma tarde en una de esas calles de ese lugar tan especial, recordamos la caída porque todo quedó en un susto y luego nos provocó todas las risas que las caídas que no son de la vida, sino de la calle, provocan. Mi madre nos cuenta que una vez se cayó en el centro de Caracas y unos desconocidos se rieron mientras le ayudaban a levantarse, mi madre, muy ella (y por eso me río mientras escribo este texto) se levantó, se limpió las rodillas y les dijo: señores, de qué se ríen? se cayó Mayte Delgado frente a las cámaras de televisión, no me voy a caer yo? y siguió tan tranquila caminando dejando a los desconocidos con cara de ponchados. Mi tía, mi hermano y yo soltamos una gran carcajada y el pisha de cai nos miraba esperando que le explicáramos cual era el chiste de aquel cuento y es que ese momento, ese momento para quien no sea venezolano quizás no tiene sentido, pero si eres venezolano y sabes de lo que habla pues seguramente te resultará muy cómico, y si conoces a mi mamá y escuchas como echa el cuento pues te aseguro que no pararás de reír, yo misma estoy muerta de la risa intentando relatarlo.

Reírnos junto a personas que amamos de algún chiste tonto que solo entendemos nosotros, reírnos sabiendo que somos afortunados porque estamos juntos a seres que queremos y además en un lugar con un atardecer paradisíaco, saber que podemos compartir tantas cosas simples y hacerlas grandes te hace darte cuenta que es ese el sentido que debemos darle a lo que hacemos, disfrutar cada momento como si fuera único porque en realidad lo es, este momento es único. Así que el único esfuerzo que debemos hacer es disfrutarlo cuando es bueno.

Están pasando muchas cosas en mi vida, muchas, disfruto este día, mientras tengo a mi mamá y a mi tía en la cocina de mi casa preparando algo rico para nosotros, porque este momento en que las tengo a ellas, esta es mi única realidad y garantía, así que las disfruto y mañana ya se verá. Ya se verá.

Besitos para todos, gracias mil por los comentarios, disculpen pero sigo perdida por un tiempito, espero me sepan esperar, tengo ganas de consentimiento, risas y chistes tontos, vuelvo en un ratico.

7.10.08

Ojalá que la felicidad

Ojalá que la felicidad fuera tan contagiosa como el bostezo, el mundo sería definitivamente un lugar mejor.



(Cosas tontas que pienso al ver que mi bostezo contagia a tres personas más en pocos segundos)

30.9.08

Mi mamá me mima

Mi mamá me ama.

Mi tía que ha venido con ella, por primera vez a Amsterdam, también me mima y me ama.

Y yo, para no quedarme atrás, las mimo y las amo a las dos por igual.

Así estamos.

Besos para todos, feliz semana.

22.9.08

Diez meses de vida

Sólo diez meses de vida.

Sólo diez meses.

Y es hoy, a diez meses de su nacimiento, que mi sobrina comienza a dar sola sus primeros pasos en la vida.

Espero que caminando por esta vida encuentre siempre en su camino pura felicidad y amor.


Besos para todos. Feliz semana.

19.9.08

Cambios

Mientras escucho a Lenine y Julieta Venegas cantar la canción Miedo, leo en voz alta parte de la letra de esta canción que me gusta tanto:

"El miedo es una raya que separa el mundo
El miedo es una casa donde nadie va
El miedo es como un lazo que se aprieta en nudo
El miedo es una fuerza que me impide andar"



"El primer enemigo del hombre es el miedo. Eso decía Castaneda en su libro Las enseñanzas de Don Juan. Lo has leído?" me pregunta mi amigo que unos segundos antes escuchaba con detenimiento lo que leía.
"Sí, pero hace algún tiempo y por lo visto con tan poco interés que no recuerdo esa parte" le respondo.

Lo leí durante la Universidad, en los primeros años de carrera, obligada por la profesora que peor recuerdo de todo mi paso por la Universidad. Era ese tipo de personas a las que quieres o no, por lo menos así lo veía yo y, en mi caso, desde el principio me uní al gran grupo que decidió no quererla, sinceramente no sé que ha sido de la vida de esa profesora, tampoco me ha interesado mucho saberlo.Debe ser triste ser profesor y estar un año hablándole a tus alumnos y luego que mucha gente no quiera ni recordarte... Supongo que al final algo de certeza hay en aquello que nos recuerda que todos recogemos de alguna manera lo que sembramos.

Yo quería hablar de los Cambios y mientras escribía llega esa música, letra y las palabras de mi amigo que me traen con claridad lo que quiero transmitir. Y es precisamente eso. Miedo a los cambios.

Creo que mucha gente le teme a los cambios, por eso no son capaces de dar un giro en un momento determinado a la vida que les rodea y que no les llena plenamente. Cambiar no siginifica necesariamente dar la vuelta a la página del libro que vivimos sino ser capaces de reescribirla para rodearnos solo de aquello que nos llena la vida de cosas buenas.

Cambiar, es una palabra que paraliza, mucha gente le teme, porque asocian el cambiar una situación con cambiarse a sí mismos. Yo en estos momentos no quiero cambiar como persona, siento que todo lo que tengo en mi interior es lo que necesito, pero no me lo pienso dos veces en cambiar algo del entorno si me incomoda. Porque estoy convencida que podemos ser felices con nosotros mismos pero si el entorno no es agradable, terminaremos contaminándonos el alma, lo queramos o no.

Igual hay cambios que no necesariamente vienen de la mano con algo malo, yo no me vine a este país por ejemplo, porque quería cambiar Venezuela, nunca fue así, no vine huyendo de nada ni de nadie, era muy feliz allá y todo me iba de maravilla, decidí cambiar, sin miedo, porque en aquel momento mi alma me lo pedía (y yo normalmente le doy a mi alma todo lo que me pide). Fue un cambio positivo, pero nunca lo hice huyendo de un entorno que no me convenía, todo lo contrario, mucha gente que me conocía en aquel momento siempre me preguntaba porqué lo hacía y yo simplemente me limitaba a decir lo que sentía y era que quería ver que tal era vivir en otro lado, probar lo que el mundo tenía para ofrecerme. Tengo una familia maravillosa que siempre me apoya, mis padres nunca me dijeron nada negativo para hacerme desistir de la idea, ni menos se asustaron porque entre otras cosas dejaba un buen empleo (me habían hecho una muy, pero muy buena oferta laboral unas semanas antes de partir).

Quizá eso me ha ayudado a no temer a los cambios, el saber que la gente que me quiere siempre me apoya en las decisiones y eso, quieras o no, es un gran alivio.

"El miedo es una fuerza que me impide andar" escucho nuevamente en la canción de Lenine y Julieta, me gusta escucharlo teniendo la conciencia de saber lo que esas palabras significan, cuando temo a algún cambio, siempre termino hablando con mi viejo, un hombre muy sabio y muy bueno, que afortunadamente es mi papá, siempre le llamo porque me hace sentir segura con una frase que me repite desde pequeña: "tú eres tú y tú pasas", quizá es por eso que he tenido siempre la fuerza suficiente para pasar esa línea que es el miedo y que según la canción separa el mundo, supongo que lo separa entre los que temen a los cambios y los que no.

Me siento mejor desde mi lado de la línea, sin miedo ( cuando lo siento, llamo a mi papá)

Besos para todos. Feliz fin de semana.

16.9.08

Quince años

A Laura le molestaba la belleza de Teresa, con catorce años alguien bello es doblemente más bello cuando a esa edad se espera acné, cuerpos raros que todavía no terminan de formarse, caras raras que no logran definirse, tal cual como en el caso de Laura, por eso no le perdonaba a Teresa que fuera por la vida con una sonrisa y les recordara que aquel mal llamado pubertad no atacaba a todos por igual.

Todos los días al entrar a clases Teresa saludaba a todas con el " Buenos días" que su mamá le había enseñado desde que era una niña "Teresa no importa donde llegues siempre debes dar los buenos días o las buenas tardes". Y Teresa, que además de bella era muy obediente, así lo hacía. Pero Laura lo odiaba, ella era la única que no respondía a ese saludo, porque a su edad y sin haberse llevado muchos palos ya era lo suficientemente amargada para odiar a una persona que además de bella fuera simpática.

Teresa estudiaba en una escuela que en Venezuela llaman de niñas bien. A sus 22 Teresa pensaba que en realidad eso de Bien, venía por lo bien mal intencionadas que eran casi todas sus compañeras, pero en aquel momento, con catorce, sentía orgullo de poder estudiar en el mejor Colegio de su urbanización. A los padres de Teresa les costaba mucho pagarlo y eso lo sabían todos, incluso Laura. Quien tenía de fea lo mismo que de mala gente, solo que cuando se tienen catorce las personas no llamamos a las cosas por su nombre, en aquella época la definían como poco agraciada y un poco difícil. Pero la verdad era esa, era fea y mala gente.

De que Laura era fea Teresa lo supo desde siempre, la maldad era algo que no supo sino un poco más tarde, quizás en un momento un tanto cruel.

Era la época de los quince años, esa época donde todas invitan a todas para sus fiestas. Teresa ya sabía que a ella esa fiesta no le tocaba, sus padres le habían explicado que el dinero no les daba y que le comprarían algo de ropa y le cantarían el cumple pero que no podían hacer la fiesta soñada, prometían que algún día tendría no solo una fiesta sino 100 que la compensarían. A Teresa no le importaba mucho, pensaba que disfrutando de las fiestas de sus compañeras una a una podría vivir finalmente una gran fiesta, su hermana mayor que era muy buena costurera le tenía el vestido perfecto, uno al que le quitarían, pondrían, cortarían, alargarían a un precio que todos podían permitirse (así nadie notaría que era siempre el mismo vestido) y para regalar llevaban meses bordando unos bolsos muy bonitos que para suerte de ellas estaban de moda.

Quince, esa era la edad que todas cumplirían en los siguientes meses y el número de niñas que los cumplirían en el salón de clases. Teresa soñaba cada noche con todos esos quince cumpleaños que viviría como propios y que no le harían extrañar para nada una gran fiesta.

Laura por su parte llevaba todo ese tiempo planificando la manera de lograr que Teresa no fuera invitada a ninguna fiesta. El motivo era simple: no quería verla brillar en ninguna parte, no en su fiesta y menos aún en las demás. Una noche, mientras Teresa soñaba en bailes y tortas, Laura tuvo una idea que su mente malvada consideraba buena, decirle a todo el mundo que Teresa luego de clases cada día tenía que trabajar ayudando en una heladería, ella lo sabía porque la había visto, pero estaba segura que la mayoría no lo sabía " por qué no lo he dicho antes!" se recriminaba, es por eso que aquella noche Laura no durmió bien, no podía esperar a que las horas pasaran para poder destruir de una vez y para siempre la sonrisa de Teresa,la chica Bella y Simpática a la que odiaba con todas sus fuerzas.

Y así lo hizo, contó eso, ese detalle que en otras urbanizaciones, ciudades o países habría pasado desapercibido, pero para mala de suerte de Teresa, en su urbanización no fue así. Laura añadió además que tenía que trabajar para mantener a sus padres y que gente como ella no debía mezclarse con las de su clase. A todas les lavó el cerebro, a todas las convenció.

Teresa no recibió ninguna invitación.

Con veintidos años las cosas adquieren otra perspectiva, era por eso que Teresa ya no recordaba lágrimas derramadas, no sólo por la decepción, sino por todo el esfuerzo que su hermana había invertido entre vestido y regalos. Pero todo pasa. Incluso lo que en un momento determinado nos ahoga en llanto. Es por eso que todo se había olvidado hasta esa tarde, la tarde en la que Teresa entraba en la tienda de fotos para sacarse una para el pasaporte que la llevaría a recorrer el mundo por 6 meses antes de estudiar un Postgrado que algún país había financiado y que le prometía un futuro maravilloso. Tenía mucho dinero para su edad, un premio nacional de literatura le había abierto las puertas a un viaje para ir por el mundo sin sentirse culpable monetariamente. La vida le sonreía a Teresa, "de vuelta" diría su madre para terminar con una frase que le gustaba mucho utilizar " porque mi niña siempre ha sido una persona buena" .

Al entrar en la tienda vio a una empleada, joven como ella, que tenía una cara fea y amargada (algunas cosas nunca cambian), la reconoció inmediatamente, era Laura, esa misma Laura que se sentía superior, trabajaba en esa tienda porque nunca pudo terminar la universidad, sus padres perdieron todo el dinero con esas vueltas locas que da la vida y le tocaba trabajar duro tomando fotos todo el día a gente que como Teresa, podía viajar a lugares donde ella quizás no llegaría jamás.

Laura le contó todo a Teresa con pelos y señales, con esa facilidad verbal que solo da una vida llena de cosas trágicas, le hablaba con tanta familiaridad que a Teresa le pareció que Laura había olvidado todo el daño hecho. Por eso decidió no contarle nada.

"Y tú Teresa, vienes a tomarte una foto para el Pasaporte?" preguntó Laura, "sí" respondió Teresa, "te vas de viaje?", "no, solo me lo quiero sacar para el futuro, porque uno nunca sabe"

Teresa salió de esa tienda con foto en mano y Laura quedó contenta al saber que aunque Teresa seguía siendo tan bella como siempre, por lo menos ella tampoco viajaría.

Y allí dejamos a Laura, trabajando en esa tienda, soñando con un ascenso que quizás tardará 10 o 20 años en llegar, mientras Teresa en estos momentos, se bebe un café en una taza comprada en alguno de los diferentes países que visita continuamente, es un café que su madre quien la viene a ver seguido al país donde vive actualmente le trae con mucho cariño, nada ha cambiado para ella, sigue siendo igual de feliz que siempre, con el amor de los suyos, solo que le va mejor que antes, mejor económicamente, ya ha tenido esas 100 fiestas que sus padres le prometieron y siempre regala algo hecho por ella, cosa que sus amigos actuales siempre aprecian, y mucho.


De Peligro a Pele el Ojo (o de como el venezolano usa refranes para explicar lo inexplicable) : "la vida te da sorpresas"

11.9.08

Caos Calmo

En mi oficina ayer despidieron a dos personas.

Fue un día extraño porque desde que trabajo aquí nunca habían despedido a nadie, al llegar a la oficina nos anunciaron una reunión inesperada y nos avisaron que habían tomado la decisión de despedir a dos personas, al segundo aclararon que los despedidos no estaban entre los que estábamos reunidos, a los dos les habían despachado a sus casas antes de que nos anunciaran todo.

Uno de los que despidieron es un buen amigo. Alguien simpático y que siempre tenía una sonrisa en la cara para todos, era de los que llegaba primero a la oficina y se iba de último, estos detalles te hacen pensar que la decisión fue basada en números y no en nada personal, porque de llegar a ser algo personal este hombre quizás habría sido el último en salir y apagar la luz.

Sinceramente me dio tristeza la idea de no verle a diario, no que perdiera su trabajo, el resto de mis compañeros en general basaron su preocupación en el hecho de que este hombre no tuviera trabajo, yo insistí varias veces que eso era lo que menos me preocupaba y relataba mi posición desde un punto de vista objetivo, aclarando que preocuparse por perder el empleo en un país como éste era una perdedera de tiempo, porque aquí si te despiden te pagan mucho dinero y luego mientras encuentras trabajo el gobierno te mantiene pagándote un buen salario. Tampoco le doy importancia a un despido porque siempre he considerado al trabajo como una parte de tu vida, pero no la fundamental, entonces que te despidan puede hacer que pases un tiempo de readaptación pero no debería ser algo que te quite tanto el sueño, porque no es tu alma, ni tu familia, ni un ser querido lo que te quitan, ni tu esencia, es un simple trabajo. Nada más.

Quizás el que vea las cosas tan claras viene de la mano de mi experiencia en un país como Venezuela donde la situación económica y laboral es totamente distinta, yo no puedo ver en este país nada que me asuste porque todos los fantasmas laborales y económicos ya me los espantaron por aquel lado. Al final es una gran ventaja.

Les aseguro que si hubiera sido yo la elegida para salir de la oficina, hoy estaría muy tranquila, porque este país te lo permite. De eso ha hablado mi amigo Sulaco en su bitácora muchas veces y creo que quien no viva en una sociedad como la holandesa, le costará entender que el que te despidan en este país no es ninguna tragedia, muchas veces puede llegar a ser incluso una gran bendición (por el buen dinero que te toca y que te permite irte de vacaciones un buen tiempo).

Después del caos viene el calmo

Anoche fui al cine con un buen pana, vi la película italiana Caos Calmo y sentí como siempre que me venía como anillo al dedo y otra vez,como casi siempre en mi vida, todo encajaba.

Les digo que la película es muy buena, la recomiendo, no es la mejor película que he visto en mi vida pero me parece que es una película que todos debieran ver. La historia gira alrededor de un hombre exitoso a nivel laboral que teniendo el trabajo como prioridad, deja a un lado todo lo demás y se da cuenta tarde y de una manera muy cruel lo grave que esto puede llegar a ser.

Al salir del cine nos sentamos a tomar algo en un sitio donde veíamos por completo la Plaza Rembrandt de Amsterdam, iluminada con esa luz que solo tiene la Amsterdam nocturna, entre copas y palabras compartidas los dos respiramos al saber que muchas cosas todavía no tendremos claras en la vida (y quizás nunca las tendremos) pero si algo habíamos aprendido y muy bien en esta vida es que la familia y los amigos están muy por encima del trabajo en el que inviertes parte de tu día.

Y el que no lo tenga claro, que no se preocupe, tarde o temprano a todos nos toca pasar por un Caos Calmo particular.

Un beso enorme para todos.

7.9.08

Dos portadas



Siempre he pensado que la vida tiene dos portadas.
Lo recordé al comenzar a leer un libro que me regalaron las pasadas navidades.


El libro traía dos portadas de esas de papel que envuelven los libros hoy en día. Sinceramente las dos portadas de papel, que eran exactamente copia la una de la otra, no me molestaron hasta la página 107, aquel día se me hizo complicado pasar de página sosteniendo tanta portada junta, así que decidí botar una de las dos a la basura. Y pude continuar leyendo tranquilamente unas páginas más.

Al día siguiente quise seguir leyendo, recordé que el libro lo había dejado cerca de mi bañera, pues era allí donde leía las páginas el día anterior mientras me tomaba una copita de un vino que un buen amigo me había obsequiado. Al agarrar el libro entre mis manos sentí que la contraportada estaba mojada e inmediatamente me di cuenta que no era de agua, sino de cloro. Limpiando la bañera algún cloro se habrá derramado, no me di cuenta y al terminar de leer, puse el libro allí, quedando empapado. Retiré la portada, la sequé como pude pero quedó medio arruinada, cuando ya se me había pasado el disgustico que deja cometer un error tan tonto, comencé a leer la página 111: " en la vida normal, nada encaja, nada cuadra, o mejor dicho casi nada encaja... porque, en lo que a simetrías, similitudes y demás carcajadas del destino se refiere, lo más que se puede afirmar es que se producen a veces sí y... a veces no..."

No pude evitar reirme por la ironía, porque en mi vida normal por regla general ocurre todo lo contrario, todo encaja, todo cuadra, o mejor dicho casi todo encaja (discúlpeme Carmen Posadas por llevarle la contraria, no se me ofenda que no es nada personal, si lo fuera ya no iría por la página 215 de su libro). Incluso con estas dos portadas, todo encajaba una vez más, ya que hasta la página 107 me había preguntado una y otra vez el porqué tenía dos portadas, no me hacía falta tener dos, por eso decidí botar una, esa misma que al día siguiente me haría falta porque al arruinarse una podría haber usado la otra que tenía de reserva pero decidí botarla aún cuando el azar y la fortuna me habían dado dos para enfrentar ese destino.

Leyendo a Marce , vino a mi mente ese hecho. Aunque estoy convencida que el azar y la fortuna juegan un papel muy importante en nuestras vidas, también creo que es en nuestras decisiones donde tomamos la palabra y lo marcamos todo para siempre.

Las dos portadas de mi libro es un ejemplo simple y quizás hasta tonto, pero es tan trascendental como todo lo demás que en mi vida finalmente siempre termina encajando. No era mi destino que se me arruinara una portada, porque tenía dos, fui yo quien decidió no tener una extra y al final me quedé sin el chivo y sin el mecate (como decimos en mi país para decir sin lo uno ni lo otro).

Yo creo que en nuestras vidas siempre tenemos dos portadas, cada una preparada para la decisión que tomemos, ninguna de ellas es el único destino que nos corresponde, ninguna de ellas nos hará más o menos felices, sólo van conectadas a un sí o no que digamos en un momento determinado, y eso afecta el resto de nuestras vidas, pensamos que lo que pasa es lo mejor y es cierto, es lo mejor porque es lo que decidimos hacer que pasara, pensamos que la persona que elegimos fue la mejor y también lo es porque es a la que aceptamos en el momento que tuvimos que decidirlo, pero no significa que con cualquier otra persona a la que no aceptamos en un momento determinado no habríamos sido tanto o más felices, eso no lo sabremos, tampoco significa que las decisiones que tomamos no las podamos cambiar, porque finalmente todos podemos elegir en un momento determinado botar la portada vieja y darle la bienvenida a una nueva, porque en la vida normal no hay una persona tan tonta como yo encargada de las dos portadas que bota una sin pensarlo, en la vida real normalmente la fortuna y el azar te cuidan muy bien esa nueva portada, la guardan para ti llegado el caso de que la que decidiste conservar se te llene de cloro y se arruine. Al final siempre tenemos otra oportunidad, porque la vida, esa no es tonta, esa te cuida la segunda portada y nunca la bota, la reserva para ti, por si la necesitas.

Yo estoy contenta con la portada que elegí, no del libro (con esa me agarré una voladora como diríamos en mi país) sino con la portada de mi vida normal, esa hasta ahora se llena con aroma a rosas, y la rosa normalmente no tiende a mezclarse con el cloro tan fácilmente, pero si lo hiciera, ya sabré que hacer (porque a mi se me arruinan portadas sólo una vez, no dos).

Besitos para todos. Feliz Semana.

Gracias mil por sus palabras de apoyo en mi post anterior. Les prometo que me sentí mejor incluso a las pocas horas de haber escrito el post, y es que me tocaba desahogarme...

2.9.08

Ando triste hoy

Hace algunos días, no podía quedarme dormida, entonces me puse a preguntarle al Pisha de Cai las tonterías que me pasan por la cabeza cuando no puedo quedarme dormida , le dije si él pensaba que la vida tenía sentido y él me respondió con esa tranquilidad con la que responde todo, que él creía que no, que el sentido se lo teníamos que dar nosotros mismos.

Hoy me enteré que la madre de una amiga murió hace un par de meses, la señora sufrió mucho con una enfermedad que duró poco pero pareció eterna, me he sentido muy triste por eso. No puedo evitarlo. Me pongo en su lugar y bueno, me siento muy mal.

Entonces recuerdo esas palabras del Pisha de Cai, sobre que la vida no tiene sentido y tenemos que dárselo nosotros...

Mientras, intento espantar la tristeza con música.


Quiero que mi mamá viva muchos años, muchos (ella y todos a los que quiero).


Estoy triste. Ya se me pasará.

Besitos para todos

29.8.08

Ser universal

Hay una certeza que tengo hace tiempo y el leer a mi Nany esta mañana me lo confirma.

La gente que emigra, sin quererlo o no,se convierte en un ser universal. Pero yo hablo de aquellos que emigran de verdad, que se llevan a su patria en el corazón y se meten en la nueva patria con los pies y el alma.

Cuando me vine a Holanda a vivir, yo era sólo venezolana, nacida y criada en Venezuela, amaba a mi tierra tanto como ahora aunque debo reconocer que tenía menos conciencia de ese gran amor que le tengo, pero siempre me sentía venezolana, únicamente venezolana.

Recuerdo a un amigo, hijo de chilenos, que trabajaba conmigo en Venezuela, antes de venir a vivir a Holanda me dijo que cuando emigrara yo no iba a ser más de ningún lado, porque con los años yo ya no sería una venezolana en mi tierra, ni una holandesa en Holanda. Debo reconocer que sus palabras entraron en mi alma de una forma rara, sembrando miedo.

El tiempo es el único que nos dice finalmente como son las cosas. Y nisiquiera con aquella afirmación tan rotunda de mi amigo ha hecho una excepción, porque a pesar de toda la lluvia que ha caído entre esas palabras y este post de hoy, me alegro al ver que sus palabras no han resultado tan ciertas en mi caso, yo no dejé de ser venezolana, soy holandesa y venezolana a la vez, así me siento, de esos dos lados y a la vez del mundo porque compartiendo mi vida con un español, finalmente tengo un poco de España en mi corazón también (un poco que pesa mucho y es de gran importancia).

Osea, soy Universal.

No me divido entre países ni añoro lo que dejé, porque yo no he dejado nada. He ganado viniendo de donde vengo y viviendo aquí, he mezclado las cosas buenas de los dos lados y me he hecho universal. Universal en el sentido de saber que no necesito estar físicamente en un sitio para sentirme de allí, que estoy hecha de aquello que he aprendido viviendo en donde vivo y de haber vivido donde he vivido. Eso responde al porque me siento como si hubiera salido sólo ayer de Venezuela cada vez que vuelvo, de no sentirme rara en mi tierra sino como si fuera ayer que decidí ir a ver que me ofrecía el mundo.

Me siento tan venezolana como ayer, a la vez holandesa y con tanto camino recorrido lo suficientemente universal para saber que nunca dejas de pertenecer a los sitios donde has amado, llorado, bebido y comido rico

Besos para todos. Se les quiere mucho. Feliz fin de semana.

26.8.08

"Yo quiero ser...

Feliz. Lo más que se pueda"

Eso es lo que Luisa había escrito en la redacción que la Maestra de tercer grado les había hecho escribir como ejercicio de la clase.

Veinte años después de aquella redacción, Luisa se reía contándole la historia a Bernardo, su amigo Mexicano, mientras escuchaban rancheras juntos con un tequila que Bernardo había traído de México.

La Maestra me llamó a su mesa con enfado Bernardo, amigo sinceramente me asusté, recuerdo que caminé con las piernas temblando hacia su escritorio.

"Luisa!", me gritó, sí, así como te lo cuento Bernardo, me gritó para luego decirme "porqué sólo escribiste una línea en la redacción sobre lo que quieres ser, había dicho muy claramente que quería 10 líneas mínimo y un máximo de 15, una no es suficiente"

"Maestra" , respondí muerta de miedo Bernardo, "usted preguntó que quiero ser cuando sea grande, y le he respondido lo único que quiero ser y eso hace una línea, porque yo lo quiero es ser Feliz. Lo más que se pueda"

Todos mis compañeros rieron al unísono. La Maestra se enfadó todavía más y me puso como castigo escribir 500 veces la oración: "Debo hacer lo que La Maestra me dice" y así, no pude asistir ni al primer, ni al segundo recreo, estuve toda aquella mañana escribiendo las benditas oraciones, La Maestra se quedó conmigo una hora más luego de clases porque ella quería salirse con la suya y que yo cumpliera el castigo. Mi mamá la pobre se quedó esperando toda la hora, apenada porque siempre le hacía pasar esos malos ratos en la escuela, malos ratos por rebelde, según aquella Maestra.

Ya sonaba La Ranchera "Te Solté La Rienda" y Luisa y Bernardo habían detenido el cuento para brindar y cantar juntos.

"Entonces mijita, escribiste las 500 oraciones o qué?" preguntó Bernardo.

"Bueno, en realidad le escribí 501 oraciones"

"501? pos como así?"

En las primeras quinientas escribí lo que me había impuesto:"Debo hacer lo que La Maestra me dice"

Y en La 501 le puse una ñapa:" Pero quiero ser Feliz. Lo más que se pueda"


Veinte años después, a pesar del castigo impuesto, Luisa se seguía saliendo con la suya, mientras bebía Tequila oyendo Rancheras y cantándolas con su amigo Bernardo, era Feliz, lo más que se podía.


Besos para todos. Feliz Semana.

20.8.08

Señales, Lotería, Teléfono

Cuando era pequeña siempre acostumbraba a interpretar señales. Pero no señales de tránsito, esas hasta el día de hoy no las domino bien y no me da verguenza reconocerlo, la verdad sea dicha.

Yo me refiero a señales de la vida. Aprender a leerlas me tomó tiempo pero llegó un momento que las dominaba como si yo hubiese nacido para interpretar el mundo con todo lo bueno y lo malo que aquello conlleva.

Digo lo bueno porque siempre me anticipaba a cosas que nos beneficiaban a todos y malas porque las desgracias las veía también con tiempo (aunque eso no me permitía prepararme con tiempo porque para lo malo uno nunca está preparado así lo vea con años de anterioridad)

Era por eso que podía ver números que saldrían en la lotería, predecir que llegaría visita inesperada hasta con un día de anticipación (lo cual preparaba a mi madre para recibir lo inesperado de una manera esperada), saber si todo iría bien incluso con una tragedia grande de por medio (lo cual siempre aliviaba a mis padresporque si yo lo decía así sería), saber las notas exactas que sacaría en cada materia de la escuela y con cuáles debía tener cuidado (cosa beneficiosa en una etapa escolar), entre otras muchas cosas, pero también estaban las malas, aquellas que no me atrevía a decir, como aquella vez que supe que la mejor amiga de mi abuela moriría, no le dije nada a mi abuela porque aquella parte mía tan acertiva de pequeña no venía bien cuando hablaba de cosas malas, es por eso que cuando la señora murió ( unos meses después) y vi a mi abuela tan triste, me alegré de haberme mantenido calladita porque lloró tanto mi abuela que supe que de alguna forma le había ahorrado meses de lágrimas y sufrimiento.

Hablemos de la lotería, saber el número que saldrá en la lotería en Venezuela es quizás una de las mejores cosas que te puede pasar, la lotería es muy importante en nuestro país, allí casi todo el mundo cree que su vida puede cambiar con un número (incluyéndome), de alguna manera yo se las cambiaba muchas veces, en pequeños o grandes montos dependiendo del día, las ganas y La Panchita, La Panchita es una tira cómica que aún hoy en día sigue apareciendo en un periódico venezolano , es una tira cómica un poco erótica,vista con mis ojos de adulta, pero con mis ojos de niña veía a una mujer donde por todos lados aparecían números y yo sabía exactamente al verla qué número me decía con toda su anatomía.

En aquella época mis padres no se andaban con esos rollos existenciales de los traumas que ver cosas semi eróticas pueden causar en los niños, y lo agradezco, es por ello que yo veía por muchos minutos esa Panchita diaria buscando un número con el permiso de mis progenitores que sin interesarse mucho por la psicología infantil finalmente usaron la mejor y me hicieron crecer sin traumas, viendo números donde todos los demás hijos de padres que se leían libros y libros de psicología veían solo tetas.

Así, tengo flashes en mi memoria donde me veo de niña sentada en las piernas de mi madre, con vecinas haciendo cola esperando por un número y yo con la panchita en la mesa señalando lo que veía, viéndolas a todas salir corriendo a por el número que en pocas horas ya se había vendido todo por la zona donde vivía. Mis padres jugaron muchas veces y muchas veces ganaron, los premios que más me gustaba repartirles era en la víspera de navidad, pero ese mérito me lo llevaba yo con mi padre que de tanto estudiar números de contabilidad en la vida, también los podía anticipar, casi siempre la pegábamos y en mi casa llegaba navidad cuando la lotería de Caracas o del Táchira anunciaba el número que compraba en casa muchos regalos y buena comida.

Ese don muchas veces no es tan divertido, pensarán ustedes que me contradigo porque al ver las cosas tan claras debería haberme generado mucha diversión sabiendo lo bueno que me venía con tiempo, y sí, en eso les doy la razón, esa parte es divertida, pero está la otra, la de las cosas malas que hoy en día muchas veces veo con tanta claridad como las buenas. Igual que cuando era niña. Y es que cuando eres grande la conciencia de lo malo adquiere un significado más importante y por lo tanto, es más doloroso.

Uno de los ejemplos más recientes que tengo, y que puedo contar, fue en Febrero de este año, estando en casa de mi abuelo Valentín le dije que debía poner una línea telefónica para así poder llamarle, el viejito me miró extrañado porque todos sabemos que él nunca ha necesitado una línea en casa porque su vecina que toda la vida ha tenido un teléfono siempre le insistió que mientras ella viviera él podía recibir todas las llamadas en su casa, lo cual implicaba que la amable señora cada vez que a nosotros nos daba por llamar tuviera que salir corriendo a la casa de mi abuelo y gritarle que tenía una llamada (lo de correr era porque las llamadas siempre venían de otra ciudad o de otro país como en mi caso). Cuando mi abuelo llegaba a su casa (y mi abuela Paulina cuando vivía) ella les recibía con una sonrisa y el teléfono en la mano mientras les decía es fulanito o menganito desde Caracas, desde Acarigua, desde Holanda. Siempre admiré su facilidad para pasar las llamadas como si ella fuera la recepcionista de mis abuelos y no haber contestado ni una sola vez con mala gana desde que yo tengo uso de razón y usamos esa línea para comunicarnos con nuestros abuelos.

Por eso la cara de mi abuelo fue un poema al verme insistiéndole en poner una línea en su casa. "Yo tengo teléfono mi negra", me respondía, "a mí no me hace falta poner uno en esta casa"

Unos días después la vecina murió.

Y mi abuelo ya tiene su propia línea.

15.8.08

Amsterdam y la música

En estos momentos estoy trabajando desde casa.

Mientras trabajo escucho música clásica y rancheras alternativamente, los obreros de la construcción que trabajan en el edificio que están construyendo en la parte de atrás de mi edificio, ponen esta música mientras trabajan.

Cada viernes por la mañana, alrededor de las nueve, el chico que conduce el camión que recoge la basura de mi calle siempre llega escuchando ópera con un volumen que alegra todos los corazones. La ópera que elige cada viernes (o la que suena justo cuando pasa por mi calle) está super bien seleccionada, por lo menos para mí que tampoco es que entienda mucho, pero me suena maravillosamente.

Por ese chico espero yo todos los viernes, a las nueve me ven como un clavel en mi ventana esperando lo que yo considero mi serenata privada, ya les conté el año pasado en este post el porqué de mi debilidad por la gente que se dedica a trabajar recogiendo la basura en Amsterdam, además de los motivos obvios que explicaba en aquel post, es porque realmente he descubierto en este gremio y en el de la construcción gente muy especial (aunque los que recogen la basura van ganando en mi lista entre piropos y serenatas).

El chico que todos los viernes escucha ópera (o me trae mi serenata, como lo quieran ver), recoge la basura con un sistema electrónico que se dedica a desenterrar los contenedores subterráneos donde se almacena la basura en mi calle, y con ese control remoto saca el contenedor y lo abre sobre el camión donde toda la basura va a parar, una vez terminado sigue su camino, conduciendo su camión, escuchando alguna pieza que hace su trabajo (y el mío porque cada viernes trabajo desde casa) muy agradable.


Muchos besos.Feliz fin de semana para todos.



Por cierto, a todos los que leyeron el año pasado mi post de John Bedankt en honor a los que recogen basura en las calles de Amsterdam, les debo un segundo post explicándoles como les han impuesto multas a estos fabulosos señores que además de limpiar nuestras calles nos piropean, por ese mismo motivo, por piropear me los han multado... y es que a las holandesas aquello no les gusta tanto, pero ese cuento merece un post completo que vendrá y pronto!

12.8.08

La ventana discreta



Que tan equivocados podemos llegar a estar, si
pensamos que todo lo que vemos es todo lo que hay.





Caminaba por mi calle, regresaba de cenar con unos amigos, serían quizás las dos de la mañana, la luz de la calle llenaba el aire de melancolía, una de esas melancolías que a muchas almas les podría dar tristeza, pero a mí no, no en ese momento.

Al llegar a la esquina observé a través de su ventana a uno de mis vecinos,estaba sentado frente a su computadora, escribiendo algo, me le quedé viendo y sólo le quité la mirada de encima al darme cuenta que me estaba pasando de indiscreta, en realidad tampoco pecaría de serlo, porque es indiscreto aquel que entra sin que alguien le dé permiso para entrar y en Holanda de alguna forma te lo dan,digo, el permiso de mirar.

Aquí casi nadie cierra las cortinas de sus casas, en mi calle hay muy pocas casas donde no puedes ver claramente el interior,la mayoría de las casas están abiertas al mundo, lo que no quiere decir que el mundo pueda entrar tan fácilmente en ellas.

Los holandeses muestran el mundo de su casa, dejando abiertas sus cortinas, cerrándolas solo lo necesario y dejando claro que en esas cuatro paredes no hay nada que esconder. Muchas casas nisiquiera tienen cortinas.

Es por ello que puedo llegar a ver a mi vecino mientras teclea algo en su computadora, a mi otro vecino en la ducha, a mi otra vecina mientras cocina para su novio, a mi otra vecina mientras lee un libro todas las noches o el vecino que juega con sus hijos sin parar, ellos también me ven a mi, desde sus mundos, el mío se les hace cercano.

Pero no es una ventana indiscreta la que vemos, tampoco nosotros lo somos porque como bien expliqué nos dejan mirar. Es una ventana discreta, discreta porque vemos muchas cosas pero no llegamos a verlo o saberlo todo, como ellos tampoco lo ven o saben todo de mí.

Miramos hasta donde se nos permite y dejamos ser mirados en la misma medida. Y aquel que no haya vivido en una sociedad como ésta, quizás le cueste entender que se puede ver mucho y a la vez saber tan poco.

Yo no sé que hacen o a que se dedican la mayoría de mis vecinos, tampoco me interesa, me conformo con aquello que pueda observar así como ellos se conforman con lo que muestro yo. Cada quien desde su lado de la ventana, cada quien con su vida.

Como la vida misma.

De Peligro a Pele el Ojo (o de como el venezolano usa refranes para explicar lo inexplicable) : "vivir y dejar vivir"

7.8.08

Bella

Esta mañana llegando a la oficina, er pisha de cai me pasó un link por email, era un link de youtube. Lo abro y me encuentro que es la canción de Jovanotti que más me gusta (y miren que es difícil decidirse por una) es la canción BELLA. Y así comenzaba mi día.

Casualmente hoy se cumple un año más desde que me dieron mi primer beso, ese es el motivo por el cual Agosto siempre me sabe a besos ricos, tal cual como se los contaba aquí el año pasado.

Tanto ha llovido desde ese primer beso hasta hoy, pero esta mañana al recibir el link de esa canción que siempre me habla de grandes amores, me sentí igualita que aquella niñita a la que besaron un día 7 de Agosto por primera vez hace tiempo ya. Me sentí afortunada, afortunada de saber que no importa el tiempo que pase, mi corazón late con mucha fuerza, aquel 7 y este 7.

Lo importante de amar, es que el amor cada día te descubra como si fuera la primera vez, como si todos los días fueran Agosto y siempre te supieran a besos ricos.

Justo ayer pensaba nuevamente en la vida, las cosas raras que te pasan, como si estuviéramos metidos en una película, cambian los escenarios, la música, los co-protagonistas y es increíble como nosotros, los protagonistas (porque todos somos papel principal en nuestra propia vida) podemos mantenernos sintiendo lo mismo, siendo los mismos, queriendo con la misma intensidad, que nada nos haya nisiquiera quitado un ápice de la capacidad para que todos nuestros corazones latan por los mismos motivos que lo hacían cuando recibimos nuestro primer beso.

Tiendo a pensar que los guionistas de nuestras vidas nos reparten los sentimientos y nos los dejan grabados para siempre, intactos,varían los diálogos, la manera de pensar, de reaccionar ante ciertas situaciones, pero los sentimientos parecieran que nos lo tatuaran en los guiones de la vida, porque esos no cambian nunca.

Y eso lo sé porque la película Dumbo me hace llorar hoy igualito que me hizo llorar ayer y Agosto me sabe a besos ricos, hoy, tanto o más que ayer.

Besos ricos para todos. Siempre.

Aquí puedes ver el video y escuchar la canción que me mandó

4.8.08

Envidia


Conversando con una compañera del trabajo, salió el tema de la envidia, después de discutir un rato nuestros puntos de vista al respecto, me lanzó una frase de la cual me costó recuperarme:

Con la envidia se nace o no se nace, eso no se aprende. Hay niños que vienen al mundo con eso ya aprendido.

Mi cara fue de total asombro y sin respuesta alguna ante semejantes palabras disfrazadas como siempre de "verdad absoluta" que mucha gente acostumbra a decir antes de pensarlas.

Al llegar a casa recibo de mi cuñado las fotos semanales de mi sobrina (me tienen consentida enviándome cada semana decenas de fotos de mi bella princesa) y mientras miraba babeada una foto tras otra, pensaba en aquella frase de mi colega, y sonreí al pensar que solo era eso, una frase, porque en la realidad estos chamos que vienen al mundo y alegran nuestras vidas, lo único que pueden traer consigo es alegría, amor y miles de cosas bonitas, pero envidia? Solo hay que verles la carita para darse cuenta que de eso nada de nada.

O no?


(pincha la foto para verla más grande)

Feliz Semana!

31.7.08

Tú, La Moto y Yo.

Esa tarde de Abril en Amsterdam, dos chicas se reían a carcajadas montadas en una moto. Una moto amarilla, pequeña,creada con la forma de una abeja, los espejos retrovisores hacían las veces de antena, las lámparas delanteras tenían forma de ojos, y la parte de atrás de la moto, era en forma de culo, del culo de una abeja.

Las dos cosas llamaban la atención, las risas de las chicas y la moto. Los hombres incluso intentaban coquetearles, o como se diría en venezolano, "echarles los perros", y es que ellas, esas chicas, eran venezolanas, venezolanas en Amsterdam.

Las dos estudiaron juntas en un Colegio Teresiano, uno de los que hay en Caracas. Se conocieron en primer año de Bachillerato. Las sentaron por orden alfabético y resultó que un apellido venía después del otro, así se sentaron juntas, cada fila contenía tres pupitres, al lado de ellas había otra chica pero con tan poca importancia que nisiquiera necesita nombrarse en este relato, pero las dos amigas sí, incluso los pupitres, pero la tercera, la tercera no, empecemos por los pupitres de la escuela, esos no eran como en la mayoría de los colegios porque allí todo el mundo tenía su mesa con su silla, la mesa tenía una tapa que si la levantabas tenía un cajón donde podías guardar todo el mundo escolar y aún más, una de las compañeras hasta guardaba un playgirl, pero de esa compañera tampoco queremos hablar, esa tampoco tiene importancia.


Las dos amigas supieron que serían amigas para siempre, desde ese primer día de clases, es que cuando eres chamo las cosas se ven clarísimas, si ves a alguien y "no hay feeling", pues no le tratas y ya, solo un hola y chao, el mismo "hola y chao pescao" que esas dos amigas le hicieron a la tercera de la fila, la que no tiene importancia en este relato, nadie sufrió, no hubo traumas, eran niñas pero sabían claramente que un NO es un NO, las tres lo habían aprendido desde temprana edad y por eso allí hubo cero rollos (a mucha otra gente le cuesta entenderlo en la vida o quizás nunca lo llegan a aprender, triste no?)

No nos desviemos del tema, que sino se nos va la moto.

Una de las chicas era muy pobre, pero muy pobre muy pobre, la otra tenía dinero, mucho dinero (que luego resultó ser menos y después mucho pero mucho más, pero eso no viene al caso, insisto, no nos desviemos del tema). La chica que era muy pobre en realidad no tenía que decirlo, a su amiga no le importaba lo que los demás tuvieran en sus bolsillos, sino en sus cabezas y en su almas,en esos lugares era en los únicos que hacia (y hace) diferencia entre pobres y ricos. La chica que era pobre sentía la necesidad de contarlo,para ella una amiga era aquella que la aceptaba tal cual era y aunque su amiga rica desde el día 1 la había aceptado sin importarle muchos detalles, para la amiga pobre su amiga rica debía pasar la prueba.

Fue así como un día, antes del comienzo de las vacaciones navideñas, la amiga pobre decidió llevar a su amiga rica a su apartamento, aquel lugar donde la amiga rica no había entrado nunca, aunque estaba justo al lado del colegio. Al entrar vieron a una señora con una cara tan amable que a la amiga rica le arrugó el corazón. La señora iba vestida como en Caracas acostumbran a vestir a las señoras que se trabajan en casas de otros como servicio doméstico. Al entrar la amiga pobre le dijo con una sonrisa nerviosa: " te presento a mi mamá", la amiga rica sonrió con esa sonrisa que había aprendido de su papá, esa sonrisa que abre puertas, y le dijo: " encantada señora". Y así quedaron, encantadas la una de la otra. Para siempre. La niña pobre, ya no se sintió más pobre, porque había encontrado a alguien que valoraba quien era y el trabajo que hacía su mamá, que a su vez trabajaba en una casa donde vivían, comían, dormían y cuyos dueños de casa que nunca pudieron tener hijos, la querían como a una hija, hasta el punto de pagarle esa escuela, tan cara. Pero eso tampoco viene a cuento. Cortemos, que se nos va la moto.

Así llegaron al tercer año de bachillerato, casi 15 años y un mismo sueño, tener una moto (aquí si ya nos empezamos a centrar en el cuento), de esas que estaban tan de moda, una vespa, todas tenían una, todas, incluso la tercera en la fila de pupitres, todas, menos ellas dos, una por falta de dinero y la otra por falta de agallas, los padres de la segunda no querían ni escuchar hablar de algo que pudiera atentar contra su vida, difícil, muy difícil era convencerles. Estuvieron meses planeando la manera de hacerse con una, una sola les bastaba para las dos, todos los fines de semana comparaban los precios de los recortes de prensa que cada una había acumulado por su lado,con las ofertas en motos, con todos los modelos, para todos los gustos, cada una tenía sus ahorros pero el cálculo haciendo hasta lo imposible por conseguir dinero, les daba mucho menos de lo que necesitaban para hacerse con una.


Un día desistieron, se conformaron con los paseos que una tercera amiga les daba (no la tercera en la fila de pupitres sino una otra tercera que sin ser de la misma fila era la tercera correcta), esa tercera amiga que tenía una moto de color azul marino preciosa que brillaba a distancia, las montaba y les daba paseos por turnos después de clases, y así poco a poco les mataba el vicio tan grande que habían agarrado por esas motos.


Pero, no puedes matar nunca un sueño infantil, aquello es más grande que una mata de coco.


Es por eso que once años después, en Amsterdam (el tiempo vuela no? como mi relato que sino, se me va la moto) una tarde de Abril, la segunda esperaba a la primera en el aeropuerto, luego de abrazos y de risas al verse igualitas la una a la otra, la segunda le dijo:" te tengo la sorpresa más grande del mundo amiga, la moto, finalmente, llegó".


Llegaron a casa, dejaron maletas, regalos y jet lag, bajaron corriendo a la calle donde en una esquina una abeja amarilla culona y pequeña, que a la vez también era una moto, les esperaba, la primera amiga por un momento pensó que aquel animal moto les sonreía, y no le parecía raro, porque cuando la vida te sonríe, todo lo demás lo hace también.


Se montaron, con lágrimas en los ojos, la primera se sentó detrás de la segunda, la abrazó y le dijo: "amiga, vamos al colegio" y así iniciaron ese paseo imaginario que tantas veces vieron en su cabeza, las dos, saliendo de casa de la segunda y llegando a clases, por fin, en moto (de la casa de la primera nunca salieron porque vivía al lado del colegio, las chicas eran soñadoras, no tontas).


Por eso se reían a carcajada limpia mientras paseaban por Amsterdam, de qué otra manera se puede pasear cuando un sueño se cumple tarde o temprano y en el lugar menos inesperado?


Besos para todos. Recuerden, no dejen que se les vaya la moto...

28.7.08

El globo quiere ser libre

y sólo el día que lo entendamos, podremos ser más felices.







Yo lo comprendí un día sábado, de la mano de la hija de una buena amiga, la niña tendría 7 años en aquel momento; saliendo de una tienda nos regalaron un globo, que ella agarró gustosa con su mano izquierda, un globo color morado, casi llegando a casa el globo se desprendió de la cuerda que lo sostenía atado a la niña y a nuestras vidas de alguna forma, miré el globo flotar por el aire a una velocidad impresionante y mientras lo observaba alejarse le decía a la niña que no se preocupara, que nos regresaríamos a la tienda en busca de otro, al volverme y ver su rostro esperando tristeza, me llevé una gran sorpresa al ver que una enorme sonrisa se dibujaba en su dulce carita, y me dijo con la certeza que da la sabiduría infantil, que estaba feliz por ese globo porque ese globo quería ser libre y al final lo había logrado.

A mí sus palabras me dibujaron una sonrisa.

Hay tanto que aprender de los niños que ven en globos que se desprenden de sus manos la libertad y nunca una pérdida.


Besos para todos, Feliz Semana.

el dibujo

23.7.08

Candela

A Candela todo el mundo creía conocerla mejor que a si mismos.





Si alguien le decía que no quería a su marido lo suficiente a pesar de que ese hombre se desvivía por ella, ella sonreía y explicaba que no todo el mundo manifestaba el cariño por igual, pero nadie veía que al caer la noche Candela le preparaba a ese hombre un baño digno del Rey que Candela tenía como esposo, encendía velas acompañadas de aromas que mandaba a pedir a la India para él, nadie veía como religiosamente muchas veces por semana Candela masajeaba el cuerpo de su marido espantándole todos los males para desembocar en una pasión que ellos disfrutaban muy bien, nadie, ninguno de los que se atrevía a juzgar su amor, veía como en noches de luna llena a Candela le gustaba admirar el rostro de aquel hombre durmiendo, como la luz de la luna que se colaba por su cuarto le daba la claridad suficiente para delinear con sus dedos las cejas de su marido, esas cejas que según ella eran perfectas, ninguno de ellos estaba presente cuando ella le decía "Te quiero" al oído y susurraito por lo menos tres veces al día.


Si alguien le decía que era una floja en su casa, ella sonreía y decía que para algunas cosas prefería pagar, trabajando todo el día en una oficina ganaba lo suficientemente bien para darle trabajo a otra persona que a su vez podía cuidar de su casa mucho mejor que ella. Pero nadie veía como Candela escogía con esmero los platos y copas que ponía en la mesa,seleccionaba con delicadeza las toallas con las que sus invitados se secaban las manos, ni que el jabón con el que todos lavaban sus manos le había llevado días encontrarlo porque luego de oler muchos sapos encontraba un jabón príncipe digno de esos mismos invitados que se dignaban a llamarle floja. Pero a ella le daba igual, no le importaba que nadie lo notara, que nadie se diera cuenta el esfuerzo tan grande que llevaba mantener una casa como la de ella.


Si alguien comentaba que para las mujeres bellas como Candela era fácil conseguir buenos trabajos, ella sonreía y afirmaba que sí, que una buena sonrisa abría muchas puertas, prefería no explicarle a nadie todo lo que había aprendido en la Universidad, ni todos los trabajos que había hecho en su corta vida para obtener la experiencia que llevaba a un puesto como el que ella tenía, ni todos los idiomas que hablaba, ni todas las noches que se había trasnochado para aprender cosas que hoy en día le parecían tan comunes, ni todo lo que ella ayudaba a sus compañeros en los trabajos que había tenido y de como ellos le querían más que a una simple colega, ni de como sus jefes lloraban cuando ella se iba de una empresa a otra que ofrecía cosas mejores porque aunque nadie era irremplazable, Candela era de esas que dejaban huellas y se hacía querer, ella a nadie, pero a nadie le contaba que era de las que prefería trabajar duro y ayudar a todos en la empresa para dejar un buen recuerdo porque era de las que sabía que con el tiempo nadie recuerda lo que hacías en una empresa pero sí como lo hacías, por eso se empeñaba en hacer las cosas bien y así la recordaban, pero eso no lo sabía un recién llegado ni nadie que no trabajara con ella, porque ella no contaba nada, solo sonreía y hacía las cosas bien. Y así llegaba a donde había llegado y llegaría a donde debía llegar.

Si alguien le decía que ella no sabía nada de la vida, ella sonreía y decía que así era mejor porque entonces le quedaba mucho por aprender, prefería no contar nada, pero nada de nada, ni que había visto morir a una persona querida con una enfermedad terrible que nadie pudo curar, ni que lo había tenido todo y perdido todo siendo muy joven, ni que veía a la luna y se le escapaban mil suspiros, ni que le encantaba dejarse mojar por la lluvia sin importar lo que llevara puesto, ni que siempre había amado con mucha intensidad, ni que se conmovía ante el dolor y la tristeza ajenos como si fueran propios, ni que veía en el rostro de un niño el espejo de su propia alma infantil que nunca quería perder, ni que era capaz de oler recuerdos en un café o en la lluvia que quedaba mojada en la tierra y que siempre se llenaba de lágrimas al hacerlo . No, quizás ella no sabía nada de la vida, fuera lo que fuera prefería no hablar de ello.

La gente, todos la conocían mejor que ella a si misma, y así lo prefería Candela, que todos pensaran que sabían mucho sobre ella aunque en realidad no supieran nada, porque a veces las verdades, son mas increíbles que las mentiras. Para Candela era mejor así, permanecer creíble. Porque la verdad, como su nombre, podía quemar. Así su vida se la reservaba solo para ella, ella, la única persona a la que realmente le importaba que fuera feliz.

La foto es de Differ, en su visita a mi casa hace un año ya.