28.4.09

La Otra

En qué momento nos conformamos con ser El Otro o La Otra? Se está mejor de aquel lado o del lado de la novi@, marid@,espos@ o cómo quiera llamarse la que se considera estar del otro lado?

Yo luego de presenciar una conversación entre dos niños ya tengo mis dudas sobre si alguna vez he sido,sin saberlo, la otra?

Fue en mis clases para aprender a patinar sobre patines en línea. Aunque la patineta la dominé desde siempre y de pequeña le enseñé a mi propia hermana a patinar en patines, pues nunca se me dio bien a mi misma y no aprendí como debía.

El día de mi cumpleaños, que fue recientemente, el pisha de cai me dio varios regalos y entre ellos venían unos patines en línea, además me había inscrito en un curso para aprender a patinar que dan en la misma tienda donde te los venden, me emocionó muchísimo la idea, aunque debo reconocer que cuando estuve en la pista donde te dan el curso y me vi montada sobre esos patines, casi me desmayo del susto, pero algo mágico me ocurrió, me vi allí con miedo y pensé en la Waiting niña que nunca tuvo miedo a nada y que vive en mí, y me sentí obligada a no temer, porque era como si sentir ese miedo era admitir que aquella niña ya no está en mi, y eso nunca, así que puse el temor a un lado y decidí seguir la clase como la que no le teme a nada.

Durante la clase nos pusieron a hacer giros alrededor de unos conitos, lo hice, ayudada por la profesora claro, pero lo hice al fin, al terminar de hacerlo coincidí en la fila que esperaba repetir esa hazaña con dos niños, una niña que no llegaría a los 9 y otro niño que como mucho le daría 10 años, lo que transcribo a continuación es más o menos la conversa que entre ellos ocurrió:

niña chiquita: alfonso me dijo que tu tienes otra novia
niño chiquito: bueno y de ser así qué?
niña chiquita: ah entonces es cierto? tienes otra?
niño chiquito: (riéndose de una manera burlona) la otra eres tú, ella es mi novia y tú la otra, eso es lo que hay!
niña chiquita: me lo podrías haber dicho antes
niño chiquito: bueno, me da igual, si quieres estar conmigo eres la otra y sino pues me da igual
niña chiquita: (con una sonrisa en sus labios) bueno, ya lo sé, ya te diré si quiero serlo o no.
niño chiquito: claro que quieres serlo, eso te gusta más!

A los dos segundos le dio una palmada con sus manos en el trasero de ella y siguió patinando (porque era su turno) mientras gritaba: " la otra, la otra,la otra!" ella se quedó riendo de gusto y yo casi me caigo de culo del susto, lo juro, es una de las cosas más raras que he visto entre dos niños de esa edad. Esa edad! qué hacíamos nosotros? A mi sólo me viene a la mente mi imagen sentada frente a una tele viendo el Show de Popy cantando "El telefonito es una necesidad...", a lo mucho!, y algunos que me leen de España quizás se recordarán a si mismos igualmente frente a una tele respondiéndole a todo lo que Los Payasos de la Tele preguntaban,o algo así, no lo sé, pero no creo que ninguno de nosotros nos veamos a nosotros mismos con esa retrospectiva asumiendo que somos El OTRO o La OTRA con una sonrisa en la cara, quizás si nos sucedió veríamos lágrimas, pero una sonrisa? luego de que nos han dicho tan cruelmente que no nos vistamos para el baile que no vamos? No me lo creo.

Será que estas niñas de hoy, que según las malas lenguas vienen y que más evolucionadas, ya tienen un código genético que les dicta que estar del otro lado es mejor y los que nunca hemos estado del otro lado no lo sabemos?

Habré sido alguna vez la otra sin saberlo porque mi código genético está tan atrasado que no veía la realidad tan directamente como los niños de hoy en día?, es mejor no saberlo o sí? Debo decirle algo cursi y romántico (que sólo se le ocurre a una persona como yo que ve y veía el amor como en cuentos de hadas) a esta niña en la próxima clase para hacerle ver que no es correcto aceptar ser la otra? Y si ella tiene información que desconozco y termina convenciéndome a mí de estar mejor en el otro lado?

Me estoy mareando de sólo pensarlo y eso que no estoy sobre patines en este momento...

Será mejor que, por esta vez, me limite a aprender a patinar y deje los aprendizajes de vida para otros momentos más adecuados.

Un beso para todos.

23.4.09

De cómo te ven a cómo eres realmente

Viendo el capítulo de esta semana de Medium, una de mis series preferidas, hubo una parte que me llamó la atención (no doy muchos detalles para no aguarles la fiesta a quienes no han visto el capítulo aún) y era de algo que un sicópata le escribía a la protagonista de la serie sobre como el hecho que ella tuviera cara de ángel era para despistar a la gente para que pensaran que era una buena persona cuando en realidad era totalmente lo contrario. Eso me recordó una conversación que tuve el viernes pasado con una de mis compañeras de la oficina de Amsterdam, mientras tomábamos juntas la pausa del almuerzo en uno de mis sitios favoritos de almuerzo cerquita de la oficina de Amsterdam, ella me hablaba de una chica del trabajo con la que ha tenido continuamente problemas, aunque a mi las dos me caen bien por igual y no entiendo muy bien los problemas que hay entre ellas, ella me explicaba una teoría que tenía mucho sentido para ella la cual era que la chica en cuestión es muy atractiva, entonces sicológicamente todo el que la ve piensa siempre que es una buena persona, era por eso que todos apoyaban siempre a la chama atractiva cuando tenía algún problema con ella y no a ella, la compañera que me contaba todo esto, porque, según ella, ella se considera una chica poco atractiva (no comparto su opinión a mi me parece muy linda), me ratificó que su teoría está basada en la experiencia y en lo que los medios de comunicación han hecho con nosotros vendiéndonos la idea que la gente atractiva es mejor que la gente que no lo es, por eso no pude evitar recordar lo que me dijo ese día viernes, al ver el capítulo de Medium esta semana. Sinceramente no sé que pensar de esa teoría, no puedo decir que lo que dice esta chica sea cierto o no, es algo subjetivo porque se basa en su experiencia, pero contándolo como lo contaba sonaba convincente.

No limitemos este texto sólo al como luce la gente, traslademos la misma conversa al éxito, en las telenovelas les han vendido siempre la idea a la gente que la persona pobre es buena y los malos son aquellos que tienen dinero porque eso conlleva al poder así que el poder va asociado a algo maligno. Yo he conocido gente pobre que no es precisamente bondadosa y mucha gente millonaria a quienes les hacía un altar ya mismo. Es la misma teoría absurda de que los que son ricos no son felices, y los pobres sí, quizás pensando así más de uno se queda contento y resignado.

Una vez tuve un percance con una chica que frecuentaba un grupo con quien yo me reunía de vez en cuando, no era mi amiga ni tampoco la consideré alguna vez como tal, simplemente era una conocida, ella mintió en algo y al darme cuenta de que mentía se lo comenté a otra amiga del mismo grupo porque me pareció algo demasiado grave, ella me dijo que no se me ocurriera mencionarlo en el grupo,que pasara lo que pasara y dijera lo que dijera nadie me creería porque ante todos yo era una vencedora y la otra chica era una persona que ante los ojos de todos nunca había tenido tan buena suerte en la vida como yo y, por lo tanto, nunca nadie la vería como alguien capaz de mentir porque le tenían lástima, por supuesto que yo nisiquiera pensaba en comentar delante de más nadie el incidente y a esta chica que mintió en aquel momento no la vi más en mi vida, lo ocurrido me hizo pensar en como muchas veces las personas tienden a inclinarse a darle la razón a aquellos que aparentemente no son tan exitosos o fuertes ante sus ojos, la tengan o no.

Otro ejemplo claro lo tuve en mi oficina, con un chico árabe que es discapacitado físico y trabaja como mensajero de la empresa, el 11 de Septiembre del 2001 cuando pasó lo que pasó en New York, nos encontrábamos en la oficina él, una amiga mía que trabajaba con nosotros en esa época y era de Washington y yo,no recuerdo porqué estábamos solo nosotros tres de toda la plantilla de la empresa pero así fue, la chica de Washington al escuchar lo que estaba pasando a través de la radio fue corriendo a mi oficina totalmente aterrorizada y yo intentaba calmarla cuando este chico se acercó a nosotras y preguntó qué pasaba, le conté rápidamente lo que sucedía y su único comentario (que no olvidaré jamás) fue: "me alegro, espero que se mueran todos esos sucios americanos". La chica de Washington entendió perfectamente lo que él decía porque los padres de esta chica son holandeses que emigraron a Estados Unidos y ella habla perfectamente holandés. Ustedes se imaginarán la escena. Me costó separarles porque la chica simplemente casi le arranca el ojo derecho con sus uñas de la rabia que le dio el comentario. Mi jefa en aquel momento,una mujer de California, muy buena gente por cierto, a quien la chica de Washington le contó todo lo sucedido al día siguiente, insistió una y otra vez que debía ser un malentendido porque ese chico era incapaz de hacerle daño a nadie (recuerden que lo que veía mi jefa era una persona dulce que tenía muchos problemas de movilidad por su discapacidad) y se terminó de convencer que aquello era simplemente imposible cuando el chico trajo al trabajo dos días después de los atentados unas galletas preparadas por su mujer para que todos en la oficina nos enteráramos que él y su familia repudiaban lo que había pasado en New York. Yo no lo podía creer y la chica de Washington menos aún. Lo más curioso de todo esto es que mi jefa el último día que trabajo en nuestra empresa (el viernes pasado para ser exacta) dijo en su discurso de despedida que el detalle que este chico había tenido para con el pueblo americano trayendo esas galletas que firmaban la paz era una de las cosas más conmovedoras que había experimentado en sus días en nuestra empresa, yo, con tan buen vino en las manos mientras ella decía aquellas palabras, lo menos que quise fue iniciar ninguna polémica, miré al chico del cuento fijamente desde mi lado de la mesa, para recordarle que él, aquella chica de Washington y yo sabemos la verdad de lo que pasó, aunque aquella chica ya no trabaje más con nosotros y yo hace mucho tiempo renuncié a hacerle ver la verdad a los demás, a pesar de todo, la mentira está allí y él tendrá que vivir con eso, yo no, quien tenga ojos que vea y sino que cada quien disfrute de su ceguera.

En Italia ha ganado el concurso llamado El Gran Hermano un chico inmigrante montenegrino de etnia gitana que al parecer llegó a Italia cuando era niño, me enteré porque vi un video de una de las grabaciones del concurso en la casa en donde uno de los concursantes le acusaba de aprovecharse de las desgracias que había vivido para ganarse al público (al parecer su madre le abandonó y su padre le obligaba a robar) y hacerles sentir lástima por él con lo cual vencería el concurso, y al final así ha sido, ha ganado, y aunque no vi el concurso y no tengo ni idea si fue por lástima que ganó,es fácil concluir que ese concursante al ver que el chico inmigrante había tenido una vida llena de penurias y contarlas delante de toda italia se aseguraba el triunfo, intentó abrirle los ojos desde su perspectiva a todo el mundo (buscando descalificarlo) por algo que el considerara injusto y era que el otro usara eso a su favor, y yo viendo todo esto desde un punto mediático pienso: grave error!, porque quien le acusa es una persona que todos ven en una posición mejor que el chico al que acusa (porque no tiene desgracias vividas que contar) y sólo por eso, tenga o no la verdad en su mano, nunca llegarán a creerle o apoyarle una acusación como esa, porque está del otro lado, de los malos, de los que triunfan. O al menos así se lo han hecho creer a la mayoría.

Así que yo señores, me guste o no, he tenido este tema de cómo nos ven a cómo somos realmente rondando por mi cabeza con todos los acontecimientos de los últimos días y aunque no sé de qué lado estoy ni de cómo me ve la gente (no le doy mucha importancia la verdad), tampoco me esfuerzo en convencer a nadie de ninguna verdad, que al final bien sabemos que es relativa y cada quien la cuenta según como le va en la feria. Así que me dedico a vivir y dejar vivir. Y que me llamen como me llamen, lo importante es que yo sé quien soy y para donde voy.

Muchos besos

15.4.09

Eloy

Eloy no creía en nada del Realismo Mágico del que tantos libros le hablaban. Su padre era español y su madre venezolana, vivían en España durante todo el año y viajaban a Venezuela cada verano para visitar a la familia de su madre. Su abuela era una mujer con mucho dinero, dueña de muchas propiedades en casi todo el territorio del país. Normalmente se quedaban casi todas las vacaciones en la hacienda que la abuela tenía, que con sus más de 20 habitaciones hacían de aquella visita, una gran aventura para Eloy.

Le encantaba corretear por horas por toda la hacienda, kilómetros y kilómetros de tierra que pertenecían al imperio familiar se convertían en el patio de juegos más grande de todo el mundo, o por lo menos así le gustaba pensar a Eloy.

Un día Eloy se enamoró.

Ella, Alicia, era la nieta de uno de los señores que trabajaba en la hacienda de la familia de su abuela desde jovencito. Una nieta que le había tocado criar porque su madre había muerto hacía pocos meses víctima de una ¨enfermedad maluca¨. Alicia era hermosa, tenía unos ojos que se iluminaban al ver a Eloy y se reía de todos los chistes malos que Eloy se sabía, no importaba que tanto los repitiera, se reía siempre con la misma intensidad. Se amaban.

Estuvieron juntos todos los días durante casi 3 meses de aquel verano del año 1988, eran niños pero ya sabían con certeza que eran el uno para el otro. Su amor era inocente ante los ojos de todos pero muy intenso para ellos, todo lo intenso que la edad de esos dos niños podía permitirles.

Sólo los primos de la edad de Eloy y Alicia sabían lo que pasaba entre ellos, cuatro primos que venían de Caracas y Valencia a pasar el verano en esa casa donde Eloy siempre era el consentido de todos porque venía desde tan lejos. Por eso se hicieron cómplices de aquel amor, querían que su primo viviera el amor al máximo como todos los amores que viven los venezolanos.

Alicia sabía que Eloy volvería a España, es por eso que llegando al final de las vacaciones su cara se llenó de tristeza, esa tristeza tan opuesta a toda la alegría que había tenido desde que Eloy llegó a la hacienda aquel año. Su abuelo sospechaba que su nieta se había enamorado, por eso le daba mucha rabia no poder hacer nada para evitarle el dolor que le provocaría el día de la partida de aquel muchacho. Ya había sufrido mucho la pobre niña con lo de su madre.

¨No te vayas¨ le dijo Alicia a Eloy una tarde frente al río mientras veían a todos los primos saltar como locos desde una piedra ¨el tiempo vuela cuando te des cuenta ya estaré de vuelta¨, ¨mi cumpleaños es dentro de una semana Eloy, si te vuelves a España en 5 días no estarás conmigo ese día¨ ¨te prometo que estaré ese día contigo Alicia, ya veré que se me ocurre¨

A Eloy se le ocurrió una idea que parecía infalible. Desaparecer su pasaporte. Para obtener uno nuevo necesitaría unos días más y así podría estar en Venezuela durante el cumpleaños de Alicia. Dos días antes del día oficial en que partían de vuelta a España Eloy se levantó muy temprano y de una manera muy silenciosa entró al cuarto donde dormían sus padres, buscó la cartera donde su madre guardaba los pasaportes, los encontró, sacó el suyo y salió de ese cuarto sin ser percibido por nadie, su padre roncaba. Llegó a la puerta de la casa, caminó rumbo al río, al llegar allí cerca de la orilla abrió un hueco en la tierra con sus manos lo suficientemente hondo para enterrar su pasaporte, lo hizo, lo cubrió de tierra nuevamente y encima puso una piedra que se diferenciaba fácilmente de las otras por su forma. Así sabría siempre donde estaba enterrado.

Un día antes de volar su madre se dio cuenta que le faltaba el pasaporte de Eloy, rebuscaron por todos lados, usaron a todos los trabajadores de la hacienda para buscarlo, y luego de casi 7 horas se dieron cuenta que allí no había nada, nadie sospechó de Eloy, su madre pensó que entre tanto jaleo de viajes lo había dejado en algún lado sin querer ¨mañana viajaremos a Caracas a pedir uno nuevo, en una semana como máximo tendremos otro, mientras nos quedaremos aquí unos días más ¨qué pena mamá, yo ya me quería volver¨ dijo Eloy con un acento que buscaba convencer a todos aún más que, él, en esa desaparición, no habría tenido nada que ver.

¨Voy a usar un truco que heredé de mis abuelos, nunca me ha fallado¨ dijo la abuela venezolana de Eloy, ¨un truco para qué abuela?¨ preguntó Eloy lleno de curiosidad ¨para saber quién fue el que se quedó con el pasaporte¨, Eloy sonrió, nunca había creído en esos trucos heredados de los que la abuela tanto hablaba.

Así, la abuela procedió a escribir en papeles sueltos todos los nombres de toda la gente presente en esa casa durante los últimos días, en total 25 nombres entre trabajadores, hijos, nietos y amigos, incluyendo el nombre de Eloy y el de ella. Uno a uno de los papeles con los nombres los fue metiendo en una olla grande, al terminar de ponerlos todos dentro agarró una jarra con agua y dijo en voz alta ¨si alguno de los nombres que están aquí en esta olla tiene algo que ver con la desaparición del pasaporte, el papel con su nombre flotará, sino todos los papeles quedarán en el fondo¨ Eloy al ver a su abuela tan segura pronunciando esas palabras, se puso nervioso. Pasaron dos minutos, y todos quedaron estupefactos al ver que en aquella olla grande solo uno de los papeles escritos estaba flotando, todos los demás estaban en el fondo, tal cual como lo había dicho la abuela minutos antes. La abuela lo agarró, lo abrió, lo leyó.

Lo siguiente que Eloy recuerda de aquella tarde fue la mano de su madre halándole la oreja pidiéndole que confesara donde estaba el bendito pasaporte. Eloy confesó.Porque todos le creyeron a la abuela. Y desde aquella tarde Eloy no dudó nunca más de esos poderes heredados.

Hoy, algo ha desaparecido de la casa en España donde viven Eloy y Alicia, dudan de alguno de sus hijos traviesos, en estos momentos Eloy escribe los nombres de todos y cada uno de sus tres hijos, esperando que él también haya heredado ese truco de la abuela.


Besos para todos.

3.4.09

Ellos

Había algo en los padres de mi amiga que me generaban una sensación de tranquilidad y felicidad cada vez que luego de clases me iba a su casa un rato. La mamá (cuyo nombre no recuerdo porque siempre le llamaba por el respetuoso Señora seguido de su apellido tan del norte de España de donde había venido junto a su esposo un Señor gallego que siempre me pareció tan amable como ella) nos preparaba la merienda en cuanto llegábamos a su casa y eran las mejores meriendas que recuerdo de mi etapa de adolescente, quizás es porque mi madre como buena venezolana nos daba merienda de niños pero al pasar a la adolescencia no lo vio necesario y por eso no supe lo que era merendar en mi casa al pasar a esa etapa de mi vida, en Venezuela por lo general se hacen 3 comidas al día y dependiendo de la casa solo dos porque en la cena siempre se come algo ligero, normalmente no se cena fuerte, bueno tampoco puedo generalizar porque eso varía de región a región también, sería un error grande hablarles de que todos lo hacen cuando mi todo es mis amigos y la familia que afortunadamente me tocó, pero esas son las meriendas que recuerdo luego de mi infancia, las de esa Señora, escribiendo este post recuerdo su café con leche, su pan que siempre estaba "calentito" como ella decía, sus "tartas" que eran receta de su madre y que ella había salvado antes de venirse a vivir a nuestro país, pero sobre todo lo que más recuerdo son esos abrazos que nos daba al entrar a casa y como nos besaba tres veces en la misma mejilla con mucha fuerza, de la misma manera en que lo hace Blanca Portillo en la película de Pedro Almodóvar " Volver", de la misma forma que un chico con Síndrome de Down que me presentaron recientemente lo hizo mientras me abrazaba con mucho cariño y de la misma manera que lo hace mi madre luego que le hago reír por alguna cosa tonta de esas que le cuento para que se ría y me premie con besos.

Me sentía en casa con ellos, su padre era un ser tan inteligente y sensible a la vez, en su casa se veían colgadas muchas pinturas que él pintaba en sus ratos libres y que para mis ojos de aquel momento veía llenas de talento, mi amiga tenía una hermana que se había graduado con honores en una de las universidades más prestigiosas del país y un hermano que no sólo era muy simpático sino además muy inteligente, yo entraba allí y era entrar a una de estas películas gringas ambientadas en los años 50 en donde todo era perfección, yo incluso le ponía música en mi cabeza acorde con cada momento para lograr el cuadro perfecto en esa casa, se respiraba paz y amor.

Mi amiga no comía, en aquella época nosotros no llamábamos a nadie anoréxico ni menos se nos ocurría hablar de eso, yo que pasaba tantas horas con ella notaba que no comía pero no me pregunten porqué nunca lo vi como algo malo, sólo era mi amiga la que no comía nisiquiera cuando su madre preparaba aquellas meriendas de campeonato. Si notaba que su madre le pedía que comiera y ella insistía que estaba llena, y me miraba y me hacía un guiño con su ojo izquierdo que me hacía indirectamente cómplice de algo que en aquel momento me parecía una cosa inocente y sin mucha importancia.

Su hermana tenía algunos kilos de más para el modelo estricto venezolano que creo ha existido desde antes que nuestra Maritza Sayalero fuera coronada Miss Universo en el '79. Y ella, la hermana de mi amiga, una chica hermosa a la que la línea nunca le preocupó, comenzó a sufrir al pasar a una etapa donde sí la juzgaban por sus kilos de más y donde casi ningún hombre parecía importarle todos los honores con los que se había graduado en la universidad y todos los idiomas que hablaba o todo lo que hacía reír a la gente con sus ingenios. A mí ella me parecía una de las mujeres más hermosas que había conocido, una de las más inteligentes y a su vez una de las más graciosas, nos reíamos mucho juntas, ella nos ayudaba a hacer las tareas y siempre se le ocurrían cosas muy buenas para los proyectos que presentábamos. Pero tenía un complejo enorme con sus kilos de más, siempre hablaba de ello, aunque su hermana, mi amiga, siempre le decía que se veía muy bien y que no era gorda, a lo que ella respondía "lo dices muy fácil porque tienes un cuerpo delgado, no sabes lo que es ser gorda y vivir con ello, no intentes consolarme yo soy gorda, como desearía estar delgada como tú" era muy duro cuando estas conversaciones sucedían porque yo lo veía muy claro para mí era una mujer hermosa que no veía lo hermosa que era, y eso amigos míos, es una cosa difícil de solucionar.

Al graduarnos les perdí la pista, sobre todo porque mis padres se mudaron a otra parte de la ciudad, bastante alejada de donde ellos vivían . Un día después de algunos años volvimos a vernos, yo decidí llamarles para pasar a visitarles, al llegar a su casa todo lucía muy parecido a la última vez que había entrado allí pero había algo extraño en ellos que no pude explicar a la primera. Ella, su madre, no me besó de la misma manera, sólo me abrazó con tristeza y me dijo que me sentara, me preguntó si quería un café y le dije que sí, al probarlo supe que eso no había cambiado para nada, el sabor seguía siendo el mismo, sentí ese alivio que se siente cuando las cosas parecen no cambiar mucho. Su padre tenía esa sonrisa de siempre y como siempre me hablaba como si el mundo lo hubiera inventado él, escucharle ha sido siempre un placer, pregunté por ella, mi amiga, y me dijo que se había casado y había tenido un hijo, "sí, de eso sí supe, lo vi por la tele" y es que mi amiga se había casado con alguien famoso en Venezuela, "pero no resultó y se divorciaron", eso ya no lo sabía, "lo siento por ella" les dije, "resultó que él se casaba para tapar su homosexualidad y usó a mi hija que le descubrió en la cama con su mejor amigo, es decir, el compadre de ambos, ella ha vuelto a casa porque no quiso ser parte de ese show y ahora vive ella y su hijo con nosotros, nuestro nieto, que es guapísimo, se parece a ella", sinceramente me dejó sin palabras, era mi amiga, una muchacha para la que yo soñaba un futuro cercano mejor, por eso me había alegrado tanto al saber por la tele que se había casado con quien lo había hecho y por eso me molesté tanto al saber que su matrimonio había sido una farsa.

Pregunté por su otra hija, porque vi una foto donde la vi tan hermosa como siempre pero muy delgada, estaba junto a otras fotos de ella en el centro de la mesa de la sala, "ella murió" me dijo su padre con una voz seca que aguantaba un llanto, " murió??? pero cómo?" e inevitablemente me puse a llorar como si todo el llanto de mi vida se fuera a acabar en ese momento, no pude evitarlo, me dio un poco de verguenza causarles más dolor con mi llanto, su madre me abrazó y me dio los tres besos en la mejilla seguidos de lágrimas "nos la mataron" me susurró al oído. Sentí morir, creo que ese momento nunca lo olvidaré. Su padre me contó toda la historia y debo reconocer que lloramos todos, por mucho rato, mientras nos agarrábamos de las manos sin soltarlas.

Ella, había conocido a un hombre que era inteligente, simpático y que físicamente no estaba nada mal, él la enamoró en poco tiempo y la embarazó, ella estaba loca por él y no le importaba nisiquiera que él no quisiera trabajar y decidió pagarle todos sus caprichos, ella era feliz así y aunque sus padres veían cosas que no le gustaban como él no le hacía daño físico sino que ella parecía feliz así, pues se hicieron la vista gorda, tuvieron dos hijos y un día ella volvió a casa, se divorciaba, ellos no hicieron preguntas porque estaban felices con ese milagro y se dedicaron a cuidarla y quererla como siempre, aunque ella con los días empezó a enfermarse, se sentía débil. Empezó a perder peso, y convenció a sus padres que todo era debido a una dieta que estaba haciendo, le creyeron. Los padres habían comprado una casa en la playa y pasaban largas temporadas allí, volvían a Caracas y se veían muy seguido, en la playa y en Caracas. Un día ella fue de visita a la playa, y el padre mientras me relataba ese encuentro me ubicaba en el sitio, en el momento, de una manera indescriptible, era como si yo hubiera estado allí, con ellos (intentaré escribir tal cual como me lo relató):

" Hija, estás muy delgada, ya creo que te has pasado con la dieta" "Papá no exageres, cuando me pasaba de kilos todos me decían algo y ahora que estoy delgada también, nunca están contentos", "nosotros no, nunca te dijimos nada para nosotros siempre estás bella con kilos de más o de menos, pero pienso que ya está bien de perder peso" "papá, nunca supe lo que era estar delgada y te puedo decir que nunca me sentí tan contenta con mi cuerpo estoy contenta de saber lo que se siente que toda la ropa te quede bien" "pero hija a ti siempre la ropa te quedó bien, eres hermosa, no lo entiendes?" "bueno, ahora me siento hermosa, que es distinto, papá quería decirte que ustedes han sido unos buenos padres y pase lo que pase quiero que cuiden siempre de mis hijos" "pero bueno mujer, eso ni hablar, tú eres quién cuidará de nosotros que ya nos hacemos viejos, y esas manchas en tu cuerpo qué son?" " unos mosquitos que me picaron en esta playa papá, que es muy bonita pero no veas que de bichos!" se rieron, y yo siento que al escribirlo les escucho reír en aquel momento, e intento quedarme con esa risa en el alma.

Una semana después ellos, los padres, volvieron a Caracas, recibieron una llamada de emergencia, llegaron directo a la Clínica. Ella, moría, su ex-marido tenía una afición que ella descubrió muy tarde, le encantaba ir a bares de mala muerte donde muchas mujeres hacían lo que fuera por algo de dinero, y fue allí donde él se contagió, al descubrir que él estaba enfermo se hizo las pruebas ella y al saber que también tenía esa enfermedad decidió separarse y volver a casa, "papá en mi mesa de noche hay unas pruebas de laboratorio que nos hicieron a él y a mí, por las fechas te das cuenta que su enfermedad se la descubrieron antes, él no morirá tan pronto como yo, él será portador pero no va a morir tan rápidamente, pero me ha dicho que cuando yo muera intentará alegar que él no está enfermo y que la que se contagió fui solo yo, porque era una cualquiera, es su manera de quedarse con los niños y con el dinero que yo les dejo, pero esas pruebas harán que mis hijos permanezcan con vosotros".

Al poco tiempo Ella murió.

Salí de aquella casa muy triste, lo que tenía en mente que sería el futuro de aquella familia que siempre me pareció muy perfecta y lo que vi en mi última visita era tan distinto, que no pude evitar sentir rabia por la vida y de cómo a veces el destino juega pasadas horrendas en los lugares más inesperados.

Hoy en día los niños viven con sus abuelos, ganaron el juicio con aquella prueba. Ellos lloran al recordarla, y yo, hoy también.