17.12.10

It's So Easy

La felicidad debe ser una fuerza que provenga de nuestro interior, que nos haga reír en los momentos que sentimos esa tristeza que creemos que nos va a matar, pero no lo hace, porque esa energía que viene de nosotros lo impide, esa misma que cuando nos intenta atacar la soledad nos hace sentirnos más acompañados que nunca, nos obliga a ir al cine sin necesidad de ir con alguien y a abrir una botella de vino aunque no tengamos a nadie con quien brindar, más que a nosotros mismos, y es que en esos momentos esa fuerza nos recuerda que estar solos no necesariamente significa no estar acompañados

Cuando vi la película Cast Away, o Naúfrago, protagonizada por Tom Hanks, me sentí totalmente identificada y demás está decir que me encantó, la culpa de todo la tuvo la forma en que veo la vida, yo soy también de las que aprendería, si no tuviera a más nadie a mi alrededor, a sobrevivir valiéndome por mi misma y me la pasaría bien, lloraría al principio claro está porque no ver a mi familia y a los seres que quiero durante un tiempo no sería algo fácil de llevar, pero me sobrepondría y hasta un Wilson me buscaría, de foto que llevar me quedaría con la de mi sobrina, en especial esa con su vestido verde y su corona de flores el día de mi boda, sí, así todo sería más fácil y ésta que escribe aquí, sobreviviría.

Cada vez que conozco a alguien que se declara incapaz de ser feliz me da tristeza pensar que quizás esa fuerza se pueda apagar algún día, a mi la llama se me ha intentado apagar en pocas oportunidades, aunque no lo ha logrado porque llevo toda mi vida alimentándola con amor ( soy de las afortunadas a la que mucha gente quiere y que, por encima de todo, quiere a mucha gente) y también siempre le he añadido esperanza a esa fuerza interna, la esperanza de que pase lo que pase todo siempre va a estar bien, sin importar que tan negro lo vea todo, todo siempre va a estar bien.

Eso es lo que creo que diferencia a los seres humanos, aquellos que en cada amanecer buscan un motivo para mantener esa fuerza interna creciendo y los que deciden que no los hay y se olvidan de mantener la llama viva, por eso la luz se apaga y así no hay caminos nuevos que recorrer porque cuando la oscuridad se presenta y no hay una luz que nos guíe, todo pareciera no tener sentido.

Una de las cosas a las que más temo en la vida es a la oscuridad, recientemente descubrí por accidente que es una conducta aprendida ya que las madres cuando creces y ya no tienen miedo a descubrirte sus temores, como la mía, te muestran el porqué de tantas cosas y el porqué de mi temor es porque mi madre tiene más miedo a la oscuridad que yo. Y eso no lo supe sino hasta hace poco. Visto desde mi presente es algo que le agradezco, y mucho, finalmente es ese mismo miedo a la oscuridad externa el que me ha hecho temerle aún más a la interna. Por eso cada día, sin importar que tan tenebroso parezca el panorama, cierro los ojos e intento encender esa luz que me lleve a dónde la felicidad me va a premiar. Y así me va.

Besos para todos. Feliz fin de semana.

17.10.10

¿Cuál es tu mina?

En uno de los viajes que er pisha de cai y yo nos hemos regalado después de la boda, llegamos hasta una de las maravillas naturales de esta tierra, Las Cataratas de Iguazú. Un espectáculo. Tanto como lo fue estar hace algunos años en el Salto del Ángel en mi país, Venezuela, y como fue visitar La Patagonia argentina este mismo año también.

Las Cataratas de Iguazú tienen dos lados, uno argentino y otro brasilero. Nosotros estuvimos en los dos. Fue estando en el lado argentino que conocimos a una pareja de sevillanos con los que vivimos de cerca presenciar esas cataratas por primera vez en nuestras vidas, en el recorrido para llegar a ellas el chico y yo conversamos un buen rato, hubo un buen feeling entre él y yo y creo que le inspiré la confianza suficiente para confesarme el motivo de su visita a ese lugar tan mágico: hacía algunos años que le habían detectado un cáncer que le había hecho pasar un período terrible de quimioterapia y llanto, de desesperación por no saber si sobreviría o dejaría a sus tres hijos pequeños huérfanos y a su esposa viuda con lo justo para vivir el resto de sus vidas, “qué fuerte pisha” cómo dirían en mi Cádiz.

En uno de esos días duros de quimioterapia, con el ánimo en el piso, decidió navegar por Internet para distraer al demonio que se te mete dentro cuando crees que lo has perdido todo, fue así que dio por casualidad con las Cataratas de Iguazú y en ese instante, maravillado por las fotos que veía, decidió aferrarse a ese cable ardiendo y prometerse a sí mismo que no sólo sobreviviría al cáncer sino que al hacerlo su primera misión de nueva vida sería visitar junto a su mujer esas Cataratas. Se comprometió consigo mismo que si lograba vencer a la muerte esta vez, viajaría más para ver todo lo que hasta ese momento se había perdido. Y allí estaba yo, caminando al lado de ese hombre que había ganado esa batalla, en su recorrido hacia el lugar que de alguna manera le había salvado. Sin buscarlo,yo era testigo de un milagro, no del milagro de alguien que se salva de la muerte, sino de alguien que abre los ojos y decide vivir sin importar cuánto le quede.

Cuando le conté al pisha de cai lo que había sucedido con este hombre, me dijo lo que él ya sabe hace mucho tiempo, que no entendía el porqué la mayoría de las personas sólo comienza a vivir cuando la muerte toca a su puerta. Cuándo la experimentan tan de cerca que se dan cuenta que es tan real, que te puede tocar incluso a ti. Lo paradójico es que la mayoría de las personas deciden vivir de verdad sólo cuando saben que en verdad se van a morir.

Lamentablemente para todos, corremos el riesgo de morir desde que nacemos y es muy arrogante pensar que siempre tendrás tiempo para hacer todo aquello con lo que soñaste porque no importa que tan especial te sientas, todos iremos a parar al mismo hueco. El problema está que pareciera que a muchos les falta su Wake up call particular para enterarse. Al pisha de cai nunca le hizo falta porque nació con un maestro de más de mil años de sabiduría en su alma (como le odio por eso), y a mí, ya me la hicieron dos veces desde que vivo así que cada minuto de mi vida es tan especial como todos los billones que espero me queden por vivir.

Vivir es una decisión personal, morir no.

Con estos de los mineros que mantuvo al mundo entero con la mirada en Chile, país al que por cierto también tuve la suerte de conocer este año, recordé al chico con el que caminé hacia Las Cataratas, el motivo fue porque entre lo poco que han declarado a la prensa de lo que sintieron estando allá abajo sin saber si saldrían o no, manifestaron el deseo infinito de vivir de verdad si alguna vez lograban salir de ese infierno. Ellos, que todos los días arriesgaban sus vidas en un trabajo que pocos desean, ellos, que tenían la muerte pisándoles los talones a diario, ellos, precisamente ellos, no se habían dado cuenta que vivir es una decisión personal, morir no.

¿Necesitas quedar atrapado en una mina durante setenta días para saber que viniste aquí a vivir y a hacer de cada minuto lo mejor posible porque no sabes si será el último? ¿Cuál es la mina que necesitas en tu vida para darte cuenta?

Yo mientras, me voy a arreglar que hoy cumple años mi cuñado y queremos celebrarlo, celebrar la vida que es lo que vinimos hacer aquí.

Un beso para todos. Feliz Semana.


Wake up call: es una llamada telefónica que pides que te hagan en un momento específico para que te despierten, se hace normalmente cuando estás en un hotel.

17.8.10

Lo más importante


Casarse, es un acto de amor. Decirle a la otra persona que la amas y tienes la mejor de las intenciones de que sea para siempre, haciendo partícipe de ello a tantas personas a las que quieres e invitas a compartir ese día, no puede partir de otra cosa que no sea del amor.


Con ello no quiero, si acaso, insinuar que quién no se case no ama, sería incapaz (por razones personales) de pensar algo así, sólo que estoy convencida que casarte, de todo corazón y estando convencido de lo que estás haciendo, es una consecuencia del puro e infinito amor.

Además de una fiesta. Qué, en nuestro caso, fue un tanto complicada para preparar, teniendo entre otras cosas familia y amigos de otros países que vendrían a Venezuela (un país con tan mala reputación en cuanto a seguridad) para vernos casar. La cosa no pintaba muy tranquila. Aún así decidí no preocuparme por eso hasta no verles llegar uno a uno al Aeropuerto Internacional de Maiquetía de Caracas. Para ello quedaban muchos meses y muchas cosas que preparar.

Durante los preparativos de la boda lo único que tuve en mente era que algo que el pisha de cai me repetía contínuamente:lo que realmente importaba para que la boda se llevara a cabo éramos él y yo. Lo menciono porque todos los que han pasado o están pasando por ese momento conocen muy bien el trabajo que implica preparar una boda y puede llegar a ser algo estresante sino se recuerda que sin importar qué tan grave parezca un problema que surja en el camino, lo único que necesitas para casarte es a la otra persona y, por supuesto, el amor que les une y les ha hecho tomar esa decisión.

Con mi hermana, que estuvo con nosotros en Cádiz durante parte del verano y otoño del año pasado, me senté varias veces en algún chiringuito a preparar una lista de todas las cosas que tendríamos que tener listas antes de la boda. Era una lista que abarcaba desde lo más simple hasta lo más importante. La lista era inmensa pero todo lo que habíamos escrito era fundamental.

Intentaba no asustarme.

Lo primero que teníamos que poner en papel era a quién invitar. Esto puede sonar muy simple pero en el caso del pisha de cai y del mío no lo era. Él, es de Cádiz, como su nombre bloggero indica, yo, de Caracas como todos los que me leen desde hace tiempo lo saben, hemos vivido buena parte de nuestras vidas en Holanda y juntos vivimos en Cádiz en la actualidad (aunque no parezca porque nos la pasamos viajando de aquí para allá). Eso, además de haber llenado nuestras vidas con cosas lindas que contar cuando lleguemos a viejitos, también ha traído muchos buenos amigos que no queríamos dejar de lado en un momento tan especial, el asunto era no dejar a nadie fuera y eso implicaba bastantes horas de trabajo para saber a quién incluir. No fue nada sencillo.

Mi hermana, el pisha de cai y yo, vinimos juntos a Venezuela a finales de Octubre del 2009, la idea era estar durante varias semanas preparando las cosas más importantes de la boda; el sitio, como lo relataba en un post anterior, ya lo teníamos, ese mismo sitio se encargaba de la mayor parte del decorado y de toda la comida, ellos nos refirieron a otro lugar donde teníamos que escoger los manteles ellos a su vez podían encargarse de las flores, una de mis hermanas nos asesoró con respecto a la música, mi otra hermana y mi madre nos ayudaron muchísimo haciendo visitas en muchos lugares que nos recomendaban (la más dulce de todas fue a la persona a la que finalmente le encargamos los postres) una cosa llevaba a la otra y todo parecía salir sin problemas porque contábamos con mucha ayuda y principalmente porque estábamos dispuestos a escuchar a todo el que nos quisiera asesorar. Creo que esa fue la clave.

Mi familia, el pisha de cai y yo decidimos irnos a La Isla de Margarita con la excusa de pasar unos días de playa pero con el objetivo principal de comprar el whisky y el champán para la fiesta (es puerto libre). Fue un viaje muy bonito, estuvimos varios días todos juntos, excepto mi hermano que tenía que trabajar, al final la excusa de comprar el licor nos vino bien a todos porque nos relajamos por un rato de los preparativos.

En tan corto tiempo, tantas visitas a tantos sitios y tantas cosas por ver, probar o aprobar no fue un trabajo fácil, aunque había algo que lo hacía muy especial y era el saber que estaba en mi tierra organizando algo que en pocos meses se convertiría para todos en un día tan especial y eso me entusiasmaba a levantarme todas las mañanas para aprovechar al máximo todos los días que estuve en Caracas.

Volvimos a Cádiz con la certeza de que habíamos logrado ver casi todo lo que queríamos y con ello teníamos un buen principio. Por muy duro que se trabaje para una boda creo que durante todos los meses previos a ese día casi todo el mundo tiene la idea de que falta por hacer mucho más de lo que en realidad queda. Y esa sensación no se va tan fácil. Yo la tuve hasta un mes antes de la boda cuando tuve que organizar hoteles, viajes y muchas cosas más de todos los invitados que venían del extranjero, estaba tan ocupada con todo eso que me olvidé de pensar si me faltaba mucho por hacer o no. Mucha gente no supo cómo aguanté toda esa presión y podía sonreír sin mostrar ni un poquito del estrés al que estuve sometida, más por la logística de nuestros invitados que por nuestra boda en sí. Visto en la distancia, creo que todo lo que tuve que hacer por nuestros invitados me vino muy bien porque no me angustié por tonterías, simplemente no tenía tiempo.

En el mes de Septiembre del año pasado decidí tomar un período de seis meses y medio de descanso laboral, que llegaría un mes y medio antes del día de la boda, el quince de marzo de este año para ser precisa. Eso me daba ánimos cuando pensaba que el tiempo no me rendiría para preparar la boda como debía, lo que no sabía era que el período laboral previo a mi descanso sería el más estresante que recuerdo desde que trabajo en mi empresa. Mi cabeza estaba al diez por ciento en la boda y el otro noventa por ciento en el trabajo. Así que no fue un camino de rosas pero tampoco me desanimó porque al final del día recordaba que lo más importante para casarme, tal y como el pisha de cai me repetía contínuamente éramos él y yo. Lo demás vendría por añadidura.

Y así fue.

Este relato comienza con el post publicado el 28 de mayo de este año ¨Las cosas que nos unen¨, si lees todos los posts en ese orden, éste tendrá más sentido.

28.6.10

El vestido te escoge a ti

Cuando entras en el mundo de la gente que dice ¨Sí, quiero¨, o que no lo dice (como yo) pero igual decide casarse, empiezas a entender un montón de cosas que en principio te parecían sin sentido, pero que con el tiempo adquieren una importancia que puede llegar a asustarte.


La primera vez que tuve conciencia de haber escuchado la frase: ¨El vestido te escoge a ti¨, fue poco antes de ir a buscar mi traje de novia de la mano de mi hermana menor. Aprovechamos sus vacaciones del año pasado para hacerlo, en septiembre ella fue a Cádiz por unas cuantas semanas y entre los planes que teníamos estaba el comprar el vestido juntas, mi mamá y mi otra hermana tenían planeado pasar navidades con nosotros en Diciembre y sólo tres meses para encargar el vestido nos parecía muy poco tiempo. Así que tomamos la decisión de encargarlo juntas y las dos solitas, en septiembre.
No sabíamos muy bien lo que queríamos. Y digo lo que queríamos porque si de algo yo estaba segura hasta ese momento es que sería incapaz de escoger el traje sola, decidimos comenzar por el principio y nos fuimos a hacer citas en las tiendas que son especializadas en la venta de trajes de novias en Cádiz, esa tarde llamé al pisha de cai y le dije que estábamos camino a las tiendas y que le llamaría si tenía buenas noticias, lo que significaba que había encontrado un traje y que ya no tendría que buscar más, porque aunque la idea de casarme ya estaba entrando poco a poco con calma por mis venas, el escoger el traje y que tardara en encontrarlo me empezaba a poner un poco nerviosa.
Entramos a la primera tienda y sinceramente se me hizo muy extraño decir, ¨hola, voy a casarme y vengo a buscar mi traje de novia¨, la chica de esa tienda me ratificó lo que ya sabía, había que hacer una cita para que me atendieran, el problema era que la cita que me daban era casi para la fecha de la vuelta de mi hermana a Caracas, pensábamos que era muy arriesgado porque si encontrábamos algo que nos gustara en otra tienda, no podíamos esperar tanto para compararlo con esta tienda. Mi hermana insistiendo logró una cita un poco más cercana pero aún así era en un par de semanas. La aceptamos y nos llevamos el catálogo de la tienda.
Fuimos a la segunda tienda y allí nos esperaba otro ambiente, las personas que trabajan en esa tienda nos hicieron sentir bienvenidas al primer minuto, nos trataron tan bien que sin haber visto los vestidos ya sabíamos que compraríamos aunque fuera la ropa interior allí para no decepcionarles.
Al llegar nos llevaron a unas mesas donde estaban las fotos de los trajes en un tamaño lo suficientemente grande para enamorar a cualquiera, nos dieron unos marcapáginas dorados para que señaláramos los que más nos gustaban, así lo hicimos, mi hermana marcó los que más le gustaban a ella y yo los que más me gustaban a mí. Al rato la chica se acercó y se sentó a ver lo que habíamos escogido, empezamos juntas a descartar algunos, ella era muy honesta y me decía el porqué no debía escoger uno u otro, y era tanta su sinceridad que asustaba, sobre todo porque descartaba algunos de los más caros y se notaba allí que lo de ella no era vendernos un vestido sino hacer que yo saliera de esa tienda con el vestido que mejor me iba.
Hubo uno de los vestidos que al verlo simplemente me enamoró, era el que yo quería, respiré al ver que a mi hermana también le gustó y que la chica no lo eliminó de mi lista, finalmente de la veintena de trajes que habíamos marcado, la chica con su fabulosa ayuda logró reducir la selección a siete, me dijo que me los probaría todos pero que debía decirle cuál era el que más me gustaba porque ese sería el primero que me mediría, le señalé el traje, e inmediatamente nos dirigimos las tres a los probadores, que por cierto, son dignos de una Reina. Bueno, así me sentí.
Al colocarme el traje la chica improvisó un peinado, me puso el velo y todo eso mientras mi hermana esperaba fuera, ella le pedía a mi hermana que no se asomara, que la sorpresa era la mejor parte, mi hermana le hizo caso, aún muriéndose de la curiosidad, salí del probador vestida y peinada y a mi hermana al verme se le llenaron los ojos de lágrimas, fue LA GRAN SEÑAL, y aunque a esas alturas teníamos la certeza que el vestido era ese,nos quedaban aún otros seis para probarnos. Cuando llegué al cuarto traje y salí para que mi hermana me viera, vi a un grupo enorme de mujeres que venían con una chica que tambíen buscaba un traje, al salir todas pusieron cara de alegría al verme, esa alegría que sólo una mujer vestida de novia puede inspirar, la que buscaba el traje de novia les dijo: ¨ese es el traje que yo quiero para mí¨ a lo que respondí inmediatamente: ¨no te preocupes que no es el que yo he escogido hasta ahora, sólo me lo medía para ver que tal me quedaba¨, todo eso venía a cuento porque en Cádiz no te dejan llevar el traje si hay una novia que se casa el mismo día que tú y ha escogido el mismo traje. Así evitan que coincidan saliendo y entrando a la misma iglesia con los mismos trajes. La chica respiró tranquila, y si mal no recuerdo creo que fue la abuela de ella la que me pidió que me probara entonces el traje que yo había elegido. La chica que me ayudaba en la tienda accedió a probármelo, y así, al mismo tiempo que la novia de ellos se metía en el probador a probarse el traje que a ella tanto le gustaba, me metí yo a probarme el traje, para complacer la petición de la señora.
Salimos las dos al mismo tiempo, véase en la escena a una chica que ha llevado a todas las mujeres de su familia para medirse el traje y a mí acompañada únicamente por mi hermana que se encontraba sentada en un rincón junto a todas esas mujeres, imagínennos a las dos saliendo al mismo tiempo de los probadores, cada una con el traje de novia que más nos había gustado, lo que recuerdo (y es lo que espero que no recuerde la otra chica a estas alturas) son las risas de felicidad, las caras de asombro y hasta los aplausos que me prodigaron todas esas mujeres al verme a mí, en Cádiz, vestida con un traje tan flamenco como si a mí, alguien me hubiese parido en un hospital de Cádiz y no en mi siempre querida Caracas. No puedo dejar de escuchar en mi cabeza todo lo hermoso que me dijeron al verme, pareciera que mientras escribo me lo repitieran para no olvidarlo. Nunca lo haré.
Debo confesar que me sentí muy feliz ante la reacción de todas ellas, porque estar sin mi mamá y mi otra hermana en un momento así no era algo fácil, pero la felicidad me duró pocos segundos y fue cuando me percaté lo terrible de lo que estaba pasando paralelamente, cuando la chica que ayudaba a la otra novia les dijo a la familia: ¨Oye, aquí está también vuestra novia, ella es vuestra novia y está vestida esperando a que le digan algo¨, y allí, todas las miradas que yo sin querer había robado se dirigieron a ella, pero ya era un poco tarde. La chica tenía una cara entre tristeza y decepción, se los juro que no le deseo a nadie estar en una situación así, que horror. Le pedí disculpas pero creo que se lo tomó mejor de lo que cualquier otra hubiera hecho. Todas empezamos a alabarle su vestido, porque sinceramente iba radiante.
Yo no me probé ningún traje más, luego de lo sucedido con la familia de la otra novia mi hermana me dijo: ¨este es, no lo pienses, cómpratelo¨.
Así hicimos.
Fuimos a la caja, pagamos una tercera parte del costo con la condición que podías anular la comprar en 72 horas, salimos felices de la tienda, nos abrazamos y mi hermana me pidió que no viera más trajes porque me entrarían las dudas, le dije con la misma seguridad que siempre me inspiró ese vestido, que mirara lo que mirara yo estaba convencida que no encontraría nada que me gustara más. Y así fue.
A los pocos minutos de haber salido de la tienda y sin haber pasado más de una hora y media desde que le había dicho al pisha de cai que íbamos a buscar el vestido, le llamé y le di la buena noticia, casi se desmayó al otro lado del teléfono, se puso muy nervioso y me dijo que era una locura, que nadie se compraba un traje de novia tan rápido y menos sin ver más opciones en otras tiendas, en ese momento entendí la frase y se la repetí esperando que eso le calmara (no lo hizo):
¨El vestido te escoge a ti, no al revés, además, sino necesité tanto tiempo para saber que tú eras el correcto, por qué lo necesitaría con un vestido?¨
No fue sino hasta casi 7 meses después, en Caracas, el día de nuestra boda, que el pisha de cai respiró tranquilo al ver que era cierto, el vestido que había viajado desde tan lejos, nos había escogido a nosotros.
Un beso para todos.
Este relato comienza en "Las cosas que nos unen", sigue en "De cómo comenzó todo", sino lees los anteriores quizás éste no tenga mucho sentido (recomiendo leerlos).

5.6.10

De cómo comenzó todo

Nunca hablamos de boda, por lo menos no de una manera tan seria, el pisha de cai me insiste que por la fecha del primero de mis cumpleaños que celebramos juntos me dio un anillo y me dijo que era una propuesta de matrimonio, él insiste que yo le dije que sí, pero yo no lo recuerdo así,recuerdo que me dio el anillo y que me gustó mucho que lo hiciera, pero no recuerdo haber dicho que sí a la propuesta de casarme con un hombre al que prácticamente acababa de conocer, eso contradice totalmente mi forma de ser, él me aclara que nunca le dije: ¡Sí, quiero!; sólo que acepté el anillo con la promesa que algún día, si todo iba bien, pues nos casaríamos.

Y así fue doce años y medio después.

Todo empezó una tarde del mes de enero del 2009, visitamos en La Isla de Margarita un sitio precioso que a la vez se alquilaba para fiestas, al guía que nos acompañaba le comenté que seguramente una boda allí sería algo muy bonito, y el pisha de cai alcanzó a oírme. Al montarnos en el auto camino de vuelta al hotel me dijo que entonces nos casaramos allí, pero no fue una propuesta, fue simplemente decir porqué no hacemos una boda aquí y listo. No hubo un sí, no hubo un quieres hacerlo, simplemente surgió la idea y empezamos el camino.

Estando en Cádiz intentamos localizar al contacto que nos habían dado para el sitio, no hubo suerte. Como fecha de boda pensamos en el 29 de noviembre de ese mismo año, sí, ¡de ese mismo año!. Al final nos pasó como siempre, no nos interesamos por las cosas que otros consideran importantes, pero cuando lo hacemos queremos hacerlo con la rapidez y las ganas del que siempre lo quiso y nunca lo pudo hacer, como el que milagrosamente despierta de un coma y quiere comerse el mundo con el miedo de volver a caer.

Mi familia ya sabía de nuestras intenciones, en el mes de Mayo estaban todos nerviosos, porque seguíamos con la idea del 29 de noviembre de ese mismo año y los días pasaban y no llegábamos a concretar nada, llamé a mi madre y le dije que buscaría a alguien que me ayudara a planificar la boda, sentía que en la distancia y sin saber mucho lo que queríamos resultaría casi imposible planificar una boda, en Venezuela te llegan a cobrar una fortuna por un servicio de este tipo, aún así yo estaba dispuesta a pagarlo porque no veía que mi familia tuviera mucho tiempo para ayudarme en algo así.
Pero al final, la familia siempre es la familia.
Mi madre, como toda madre hubiera hecho, llamó a mis hermanas y les pidió que me ayudaran como si de la boda de ellas mismas se tratara, es por eso que mi hermana menor comenzó la búsqueda en Caracas de un sitio en el que pudieras casarte con la naturaleza de testigo, porque es lo que el pisha de Cai y yo estábamos buscando. Lo encontró. Fue a verlo,tomó fotos y con sus comentarios y las imágenes que captó, nos convenció de inmediato, lo bueno de no ser personas difíciles es que todo se da más fácil al estar abierto para todo lo bueno. Y así fue, en Julio del 2009 teníamos el sitio más hermoso que pudiéramos haber soñado para una boda en Caracas. Gracias a mi hermana.
Ese fue el primer paso.
Y todavía el pisha de cai no me había preguntado si queria casarme con él...

Este relato inicia
en el post anterior.

28.5.10

Las cosas que nos unen

Es en el momento que caminas por un aeropuerto con tu traje de novia en la mano, envuelto de una manera que delata ante todos los ojos que te espera (sin saberlo) uno de los días más importantes de tu vida, que vuelves a ratificar que en esta vida son más las cosas que nos unen que las que nos separan.

Me tocó estar por muchísimas horas en el aeropuerto dando vueltas mientras esperaba mi vuelo a Caracas, era la primera vez en mi vida que pasaba tanto tiempo en un aeropuerto cuando paradójicamente era la única vez que no debía ser así porque cargaba conmigo algo que no podía transportar de otra manera sino en mi brazo. Mi vestido de novia.

Había tanta gente cuyos rostros delataban una felicidad inmensa al descubrirme con el vestido en la mano pasando a su lado en ese sitio que nos lleva a todos a destinos diferentes, que no pude evitar sentirme aún más feliz al dejarme llevar por esa alegría compartida. En algunos otros vi nostalgia, rostros que contaban un poco de tristeza por lo que (quizás) nunca fue o lo que (quizás) fue y ya no está, es por eso que se me pusieron los pelos de punta al percatarme de un viejito que me sonreía pero sus ojos se aguaron inevitablemente al verme, sentí tristeza por él, él, al que mi estado romántico del momento sólo podía adjudicar un gran amor perdido a sus lágrimas, y di mil gracias por el mío, porque tenía la dicha de casarme con el único hombre al que le diría ¨Sí, quiero¨ una y mil veces más en esta vida y en todas las que tengan que venir, amén.

La vida es una cosa rara, yo, la que nunca soñé con casarme, resulté ser la peor de todas y me he disfrutado mi matrimonio desde el minuto que mi hermana pequeña me ayudó a escoger el sitio donde lo haríamos hasta la llegada al hotel donde pasamos nuestra primera noche de bodas, que a las 6 de la mañana estaba lleno de japoneses que no entendían como iba una mujer vestida de novia a esas horas por todos los pasillos y una cara de ¨nadie me quita lo bailao¨.

Tengo planeado hablar de mi boda en partes, quiero escribir todo, o casi todo, para recordar por siempre cada cosa vivida.


Esta es la primera entrega.


Muchas gracias a todos que siempre están tan pendientes, ya entienden porque andaba medio perdida, a todos los que se han preocupado por mi ausencia se les recuerda que se les quiere un montón. Nos vemos en un ratico. Un beso enorme.

4.3.10

A mi hermana que está en Buenos Aires

Cuando yo me fui a vivir por primera vez fuera de casa, coincidió como en tu caso: era también la primera vez que vivía fuera de mi país.

Eso lo hizo menos triste.

Porque aunque la idea de la independencia siempre es atractiva y emocionante, el irse de casa hace que se arrugue el corazoncito. Nos guste o no.

Te imagino en Buenos Aires, con tus ojos hermosos viéndolo todo con esa cara de niña que sabe apreciar las cosas buenas que la vida te regala. Y eso me llena el alma de mucha alegría.

Hoy hablé con Mamá, está triste pero contenta a la vez por ti, le hace muy feliz que conozcas mundo para que puedas venir a contárselo pero aun así no puede evitar sentir eso que sienten todas las madres cuando por primera vez en sus vidas el nido se les queda vacío.

Ella no nos reprocha nada, le encanta que seamos libres para hacer todo lo que queramos sin temor a equivocarnos y aunque quisiera como nadie que estuviéramos siempre con ella, arropados por sus brazos, le hace mucho más feliz tenernos regados por allí viviendo intensamente cada día, haciendo mundo.

Hacer mundo manis, eso es lo que tenemos que procurar cada día, así nos hicieron nuestros padres, gracias a ellos somos unos patas calientes que quieren conocerlo todo, ¿ o no recuerdas los sábados por la madrugada que papá nos despertaba para irnos de paseo a un sitio que nisiquiera él sabía cuál era?, ¡ lo averiguábamos en el camino!

Siendo criados así nunca podrían esperar menos de nosotros. Y es que esos niños que se despiertan de madrugada sin saber la aventura que les espera siguen estando en nosotros, aún no duermen. En el camino de la vida ya averiguarán a dónde van.

Yo sé que sin ti la casa se ha quedado vacía y aunque tu aventura en Buenos Aires tiene fecha de vuelta, mi madre estará como todos, contando los días para volver a verte porque te queremos demasiado y vivir sin verte todos los días, créeme por experiencia propia, no es tan fácil . Yo vivo en eso todo el año, contando cada minuto para volver a verte, volver a verles.

Sé fuerte manis, te acompaña una de las personas más importantes de tu vida, el hombre con él que has decidido compartir esta aventura. Eso lo hará aún más fácil porque él es tan maravilloso como tú, no es casualidad que estén juntos.

No te dejes embargar por la nostalgia, no se puede tener nostalgia por lo que siempre está allí, esperándote. Y nosotros y tu casa (que créeme no importa los años que vivas fuera de ella siempre lo será) estamos siempre aquí, esperándote.

Vive cada día intensamente.Toma mucho vino por las dos. Resérvame una copa porque este año tú y yo nos abrazaremos en esa ciudad que hoy es tuya y que todavía no sabe la suerte que tiene de que estés allí.

Te adoro y hazme un favor, no nos veas lejos, porque nosotros todos estamos siempre juntos, sin importar las distancias que pretendan separarnos. No hay nada que una más que un lazo de amor. Y eso en nuestra familia, sobra.

Besos para ti. Feliz fin de semana en Baires, como ya le dices.

15.2.10

Celda 211

A mí no me sorprendió que Celda 211 se llevará tantos premios Goya este año.
Esta película sin lugar a dudas es una de las que más me ha gustado entre todo lo bueno que he visto recientemente. Esta semana me toca ver ¨El Secreto de sus ojos¨ que al parecer promete también.

Hay algo que me ha inspirado Celda 211 que no pienso explicar en este post. Necesito tiempo para escribir el porqué ver esta película me hizo hasta perder el sueño por unos días pensando que hay mucha gente por allí haciendo cosas buenas, inspirados en la realidad que todos tenemos a nuestro alcance pero que sólo algunos poseen el secreto para verla tal cual es, a través de sus ojos.

Hoy veía a través de mi ventana La Playa de la Victoria, que es la playa que me da los buenos días todas las mañanas. Y recordaba una de las escenas que más me gustó de Celda 211, y es esa donde ¨Malamadre¨, el protagonista de esta historia, hablaba de una vez que se había escapado y que había estado aquí, en esta playa y que ese momento no lo olvidaría jamás y en pocas palabras daría lo que fuera por repetirlo.

Se me arrugó el corazoncito.

Una de las cosas más tristes en esta vida es saber lo que es bueno y tener la certeza que más nunca se podrá disfrutar.

Por eso yo beso cada suelo que piso. Y a la playa de la Victoria la beso por mí y por todos los ¨malamadres¨ de este mundo que más nunca podrán recorrerla.

Un beso para todos. Feliz Semana.

7.2.10

Lo bueno te está buscando

En estos días recibí un email de una amiga que hacía referencia a una frase que se encuentra escrita en el libro "Mujeres que corren con los lobos" de Clarissa Pinkola y que me gustó mucho:

"Dicen que todo lo que nosotros estamos buscando, también nos busca a nosotros
y que, si nos quedamos quietos nos encontrará. Es algo que lleva mucho tiempo
esperándonos. En cuanto llegue, no te muevas. Descansa. Ya verás lo que ocurre
a continuación"

Yo, que nunca he buscado nada y siempre he estado muy quieta he visto como muchas cosas buenas me han encontrado.

Pero no he estado quieta sentada en mi sofá viendo el mundo pasar,yo me refiero a una quietud del alma y del corazón, que nunca se han embarcado en búsquedas que lleguen a desesperar, he vivido siempre sin pensar mucho en lo que podía encontrar, sólo me he quedado quieta de espíritu y así, han ido llegando muchas cosas.

Cuando estuve en Venezuela en Octubre me reuní con uno de mis mejores amigos de la universidad, hablábamos precisamente de eso, de nuestra universidad y de cómo él había vuelto de visita recientemente por primera vez desde que nos graduamos. Me dijo algo que me llamó mucho la atención y es que se sintió mal porque cuando él se graduó se había prometido así mismo volver a ella en un auto de lujo y millonario de tantos triunfos laborales, y se había sentido muy mal al volver después de un tiempo conduciendo un auto que aunque caro no era el más lujoso y él no era todavía aquel millonario que tanto soñaba.

Me sorprendió mucho escucharle esta afirmación porque sinceramente cuando yo me gradué nunca imaginé como regresaría y nisiquiera si pensaba volver algún día más que para comerme unos sandwiches muy sabrosos que preparaban en el cafetín o recorrer los pasillos donde tantas cosas buenas me pasaron (y así revivirlas de alguna forma). Y, aunque no han pasado muchos años, aún hoy en día mi máxima aspiración sigue siendo esa, que si tengo o no dinero para volver en un auto de lujo es otra cosa que, si ha pasado o no, nunca lo soñé o imaginé.

Quizás es porque soy de las que piensa ¨que lo que está para ti nadie te lo quita¨ y sin importar que tantas angustias nos genere algo que deseamos intensamente, finalmente llegará lo que tenga que llegar. También creo que no debemos preocuparnos en estar preparados para recibir lo bueno que nos llega porque ese algo que nos corresponde sólo nos encuentra en el momento y lugar adecuado. Así que siempre estaremos preparados.

No sé si hago bien al no planificar casi nada en mi vida o al no soñar con cosas que mucha gente pareciera desear intensamente. Lo único que sé es que mientras me muevo por este mundo y escribo hoy desde mi casa de Amsterdam aquello bueno que me corresponde está buscándome, sin importar si sueño con ello o no.

Y yo lo único que debo hacer es disfrutarlo cuando llegue.

Un beso para todos. Feliz Semana.

20.1.10

Marlene

Durante los días que estuvo parte de mi familia aquí en Diciembre, mi madre y yo nos vimos un reportaje que, la verdad, nos dejó muy tristes.
Era sobre una mujer boliviana,muy pero muy pobre,madre de 5 hijos, cuya vida diaria giraba entorno a sobrevivir en una mina donde trabajaba para mantener a sus hijos.

Como hay gente para todo, yo sé que quizás oír hablar de una mina para algunos no suene a un trabajo tan difícil, les aseguro que al ver lo que yo vi es casi imposible imaginar que una mujer en este planeta tenga un trabajo más duro que ese, esa mujer trabajaba a muchos metros de profundidad y tenía que meterse en una posición parecida a la fetal en un hueco donde sólo entraba ella y excavar con sus manos metros y metros de tierra hasta encontrar aquello que la mina explotaba (lo siento no recuerdo lo qué era, estaba muy afectada viendo todo aquello), allí en ese hueco sacando algo por lo que le pagarían como mucho 2 euros, aquella señora llamada Marlene pasaba como mínimo 12 horas y podía incluso llegar a 24. Todo esto sin comida ni agua porque lo único que llevaba para mantenerse en pie era hoja de coca, la que masticaba durante todo ese tiempo para suprimir el hambre y tener energía.

Añadiendo más desgracia a su tragedia tenía un ex marido borracho y maltratador que la visitaba una noche sí y otra no amenazándo a toda la familia de muerte y en especial a Marlene a la que consideraba una mujerzuela, ella que irónicamente respondía a la chica que hacía el reportaje a la pregunta de porqué no se prostituía en lugar de trabajar en la mina de una forma tan dura, que ella no se prostituía porque luego no podría mirar a sus hijos a la cara y ya no le respetarían, por eso prefería vivir a diario el infierno de la mina, por ellos, por sus hijos.

Yo a estas alturas de reportaje, no paraba de llorar, mi madre era un poco más fuerte y emitía comentarios que intentaban alentarme entre tanta tristeza.

El reportaje también mostraba como Marlene gastaba en pocas horas su salario del mes en cosas esenciales para vivir como bañarse, sí, ella tenía que pagar para que sus hijos pudieran bañarse con agua caliente una vez al mes en la ciudad, porque en las montañas frías donde ellos viven, no tienen ese lujo que otros podemos desperdiciar tan fácilmente en otros lugares de este planeta tan injusto.

Algo que me llamó muchísimo la atención fue ver que mientras realizaban el reportaje los hijos de Marlene, que se conforman con un par de zapatos nuevos en mucho tiempo (porque mientras sirvan aunque les queden pequeños usan los mismos) y tienen muy pocas cosas materiales, sonreían a diario.

Cuando le preguntaron a Marlene qué era la felicidad para ella, no supo que responder. Su conclusión es que no sabía lo que era, decía que quizás si no tuviera que trabajar en la mina y pudiera estar más tiempo con sus hijos pues lo sabría, pero su vida era una sobrevivencia diaria y en esas condiciones, a ver a quién retamos para que lo sea.

La reacción lógica de mucha gente al ver una historia como la de Marlene y su familia es recordar lo afortunado que se es, con lo poco o mucho que se tenga, muchos jurarán no volver a quejarse de nada e intentar al día siguiente ser un poquito más felices recordando la miseria qué tiene Marlene y de la que, ¨Gracias a Dios¨, no son parte.

Yo no, o por lo menos así lo intento.

Yo intento no compararme con la gente que está peor para sentirme mejor, yo me siento bien como estoy sin necesidad de compararme con nadie, mejor o peor, a mí lo que me produce ver algo así es mucha tristeza al saber que no puedo hacer casi nada para mejorar la vida de una mujer como Marlene, eso sí que me hace sentir mal y por eso lloro.

Lloro al ver que hay tanta gente en este mundo que ha nacido donde ha nacido y están condenados a una vida de miseria y hambre, y yo, desde mi casa, no puedo hacer más nada que donar un dinero a través de una página que intenta ayudar a mujeres como Marlene y tantos otros.

Es lo que me pasa con Haití y todo lo que ha sucedido, mi donativo está en camino, pero me siento muy impotente al ver que mucha gente morirá y nosotros, los de a pie, no podremos hacer nada para impedirlo. No tenemos ni el poder ni el dinero suficiente para lograrlo, aunque donemos, no podemos solucionar enteramente la vida de tantos y tantos.

Yo en estos momentos es que no entiendo que alguien con muchos millones de millones no tenga la voluntad de ayudar a los demás. Nunca lo podré entender. Por eso me alegro cuando la gente millonaria dona millones, eso es lo que debiéramos hacer todos, ayudar en la medida que podamos hacerlo, porque si esperamos a que los gobiernos solucionen esos problemas de pobreza que le pese a quien le pese, son un problema de gobierno, pues nos quedaremos sentados porque nunca lo harán, la pobreza es un mal que para muchos gobiernos es necesario.

Lo triste no es que te suceda una tragedia en Haití, lo triste además es que seas pobre y no tengas cómo conseguir una medicina que evite una infección y te tengan que cortar un brazo o una pierna por eso.

La miseria de la gente y sus países queda al descubierto ante una tragedia.


Un beso. Ando de capa caída.

p.d.: para todos aquellos que quieran ver el reportaje sobre Marlene, pinchen aquí (son ocho videos)

p.d.1: si quieren ayudar a Marlene y a otras mujeres en su misma situación pinchen aquí, tenemos hasta el 29 de enero para donar todo lo que nuestro bolsillo nos permita

p.d.2: si quieren ayudar a Haití hay cientos de fundaciones con las que se puede colaborar.

p.d.3: a los venezolanos que por motivos de control cambiario quizás no puedan colaborar, en Venezuela hay muchas asociaciones que están en situaciones extremas porque no tienen mucho dinero y necesitan ayuda para seguir en su lucha. En casa también nos necesitan.

7.1.10

No llores Tata

Mi familia ya ha vuelto a Venezuela. Mientras escribo esto van volando rumbo a la tierra que me vio nacer.

Hemos pasado unas navidades buenísimas y de cada minuto hemos exprimido hasta el último juguito. Nos faltaron un par de cosas que teníamos planeadas pero siempre nos gusta dejar algo que hacer para la próxima, así nos aseguramos el volver a repetir ciudad y compañía.

Todas las noches antes de irse a dormir al apartamento donde mi hermana, mi cuñado y mi sobrina se quedaban mientras pasaban las vacaciones aquí,en Cádiz, yo me hacía la que lloraba mientras le repetía a mi sobrina " no te vayas Victoria que tú eres chévere". Ella con toda la inocencia que los niños tienen venía y me hacía cariño mientras me repetía " no llores Tata, yo vengo en un ratito, el viernes".

El viernes para ella será un día en el que solo jugamos y la pasamos bien porque eso es lo que hacíamos juntas al día siguiente, ese día que siempre era viernes.

Esta mañana mi hermana que está en Venezuela y que conoce todos los cuentos de estos días navideños me mandó un mensaje a mi blackberry:
"no llores tata".

Se me arrugó el corazoncito al saber que ella entiende muy bien lo que siento sin mi pichurrita y toda mi familia en casa.

Lo único que me consuela es que en un ratito será "viernes" y nos volveremos a ver.

Feliz 2010.