No habían pasado ni doce horas
No habían pasado ni doce horas de la muerte de Michael Jackson y ya me llegaban chistes venezolanos a mi Blackberry sobre su muerte.
Así somos. Nos guste o no.
No he asistido a muchos funerales en mi vida, a los pocos que he ido ha sido en Venezuela y siempre he terminado riéndome en ellos, nosotros los venezolanos por lo general tenemos la costumbre de hacer chistes hasta de la muerte, aunque sea una muerte cercana. Cuando murió mi nona Paulina hace casi 10 años, yo estaba prácticamente recién mudada a Holanda, cuando hablé con mi mamá a través de su celular durante el funeral logré hacerla reír contándole un chiste de la nona y era sobre algo que todos en la familia conocíamos muy bien.
Ella acostumbraba a guardar el pan en un escaparate con llave , vieja costumbre que tenía heredada supongo de su madre, mi nona no era tacaña pero con el pan no había quien le pudiera, para comerlo en aquella casa había que ir a ella y pedírselo personalmente y lo que seguía luego era una rutina que con el tiempo y las tardes de verano andino que pasábamos corriendo como locos por aquellos montes y regresábamos a casa muertos de hambre, se convirtió en una ceremonia. Mi nona se sacaba del pecho una llave, de esas de escaparates antiguos, caminaba hacia su habitación y antes de entrar en ella, se aseguraba que ninguno la siguiera, volteaba la cara hasta la mitad y juro que ese medio ojo que nos veía tenía más capacidad amenazante que todos los ojos del universo entero, entraba a su cuarto y lo que veíamos luego era ella toda dulce saliendo con varios panes andinos en las manos que siempre estaban muy frescos, como si mi nona abriendo la puerta de aquel armario, abriera la puerta de una panadería celestial.
El chiste venía porque yo le pedía a mi madre por teléfono que le revisara el pecho a mi nona, su madre,antes de enterrarla, no vaya a ser que la dichosa llave estuviera con ella y el pan que de seguro recién acababa de adquirir se quedara dentro del escaparate, recuerdo que le dije algo así como: "mamá, aproveche y úselo para dárselo de comer a todos los que están con ustedes allí rezando por mi nona, mire que a ella le habría molestado muchísimo que ese pan se quedara en el escaparate".
Lo que siguieron fueron risas sin parar de mi madre y yo sé, que ella de alguna u otra forma, agradeció mucho aquella llamada y ese chiste, entre tanta tristeza.
Nosotros los venezolanos entendemos, que aún en los peores momentos, la risa es nuestro mejor aliado y es por eso que se echan chistes durante un funeral venezolano y a nadie le parece mal.
A ver cuanta punta le sacan a la muerte de Michael Jackson ahora, lo que me parece raro es que hasta ahora nadie haya mandado nada sobre la Farrah Fawcett, bueno, quizás es que con todo lo que sufrió la pobre en estos últimos años, mejor la dejamos descansar en paz, porque nos gusta la guachafita pero tampoco es para tanto.
Besos para todos.
P.S.: A mi no me gusta mucho el pan, pero el pan andino me encanta, quizás es que inconscientemente al comerlo recuerdo a mi Paulina y todo el valor que le ponía para resguardarlo de las garras hambrientas de todos sus nietos, entonces lo veo como un tesoro, ese tesoro que ella a pesar de todo, nunca se negaba a compartir.