27.10.08

Su primera primavera



Es sábado 25 de Octubre. Me despierto en Caracas, escucho a mi mamá cantar cumpleaños en la otra habitación y salgo corriendo a presenciar ese momento mágico y único. Mi sobrina cumple un año, mi hermana ha pasado la noche en casa para darnos el regalo de amanecer con Victoria Eugenia en el día en que cumple un año de vida. Le cantamos el cumple pero la nena llora, le da sentimiento esa canción, cambiamos inmediatamente a otra que nos hemos aprendido porque es su favorita para que se calme y sonría.Lo logramos.

Yo la abrazo y no me lo creo, que sea su cumple, que esté en Caracas y que lo primero que haya visto al abrir los ojos sean sus ojos maravillosos, que en su primer año de vida brillan con una intensidad que sé que la vida no apagará jamás (y en caso de que lo intente aquí estaré yo para impedirlo).

Espero que me queden por ver muchas cosas buenas en esta vida, ver a mi sobrina cumpliendo un año, en brazos de mi hermana apagando su primera vela, ha sido una de las cosas más bellas que he visto desde que mi mundo es mundo. Me emocioné a rabiar y volví a ratificar que la felicidad es una cosa tan simple de conseguir, que está allí al alcance de la mano y la mía está en manos de mi sobrina. Mi sobrina, esa que hace doce meses me hizo tan feliz con su llegada al mundo, que ahora me habla y me dice cosas que me arrugan el alma, adora a Kitty (sí Nany, adora a Hello Kitty), repite su nombre mientras señala a esa muñequita que tanto gusta en esta familia. A qué no es bonito?

Cosas simples, maravillosas, que rodean nuestro día a día, yo no sé ustedes pero yo no me las pierdo, todo lo contrario, las disfruto porque sé que su primer cumple es uno solo y aunque vendrán muchos, muchos y muchos, éste será inolvidable.



La torta de mi Sobrina, pintada a mano por uno de mis cuñados, es un Hello Kitty de Halloween, yo la bauticé Hell Kitty (había bebido mucho vino tinto cuando se me ocurrió este chiste tan tonto).

Besitos para ustedes. Feliz Semana.

19.10.08

La vida son dos días

Y en uno de ellos llueve.

Ese es uno de los refranes que más me gusta escucharle al pisha de cai. Siempre que lo escucho de sus labios me recuerda lo rápido que todo pasa y que debemos aprovechar cada segundo que nos dan.

Debo reconocer que desde hace algún tiempo me dedico a eso, a aprovechar cada momento, no pensar mucho en el siguiente y tratar de vivir lo que tengo ahora, porque el mañana aunque lleno de planes, es eso, un mañana y no sabemos que nos depara, así que para que preocuparse por algo incierto?

Está atardeciendo en un lugar con una vista paradisíaca, estamos paseando mi madre, mi tía, mi hermano, el pisha de cai y yo, hablamos de muchas cosas, entre ellas de las caídas, pero no las caídas de la vida porque de esas preferimos no hablar, de esas nos levantamos y a lo mucho nos limpiamos las rodillas y seguimos caminando, hablamos de otras, de las caídas de la calle y nos reímos al recordar la caída de mi tía esa misma tarde en una de esas calles de ese lugar tan especial, recordamos la caída porque todo quedó en un susto y luego nos provocó todas las risas que las caídas que no son de la vida, sino de la calle, provocan. Mi madre nos cuenta que una vez se cayó en el centro de Caracas y unos desconocidos se rieron mientras le ayudaban a levantarse, mi madre, muy ella (y por eso me río mientras escribo este texto) se levantó, se limpió las rodillas y les dijo: señores, de qué se ríen? se cayó Mayte Delgado frente a las cámaras de televisión, no me voy a caer yo? y siguió tan tranquila caminando dejando a los desconocidos con cara de ponchados. Mi tía, mi hermano y yo soltamos una gran carcajada y el pisha de cai nos miraba esperando que le explicáramos cual era el chiste de aquel cuento y es que ese momento, ese momento para quien no sea venezolano quizás no tiene sentido, pero si eres venezolano y sabes de lo que habla pues seguramente te resultará muy cómico, y si conoces a mi mamá y escuchas como echa el cuento pues te aseguro que no pararás de reír, yo misma estoy muerta de la risa intentando relatarlo.

Reírnos junto a personas que amamos de algún chiste tonto que solo entendemos nosotros, reírnos sabiendo que somos afortunados porque estamos juntos a seres que queremos y además en un lugar con un atardecer paradisíaco, saber que podemos compartir tantas cosas simples y hacerlas grandes te hace darte cuenta que es ese el sentido que debemos darle a lo que hacemos, disfrutar cada momento como si fuera único porque en realidad lo es, este momento es único. Así que el único esfuerzo que debemos hacer es disfrutarlo cuando es bueno.

Están pasando muchas cosas en mi vida, muchas, disfruto este día, mientras tengo a mi mamá y a mi tía en la cocina de mi casa preparando algo rico para nosotros, porque este momento en que las tengo a ellas, esta es mi única realidad y garantía, así que las disfruto y mañana ya se verá. Ya se verá.

Besitos para todos, gracias mil por los comentarios, disculpen pero sigo perdida por un tiempito, espero me sepan esperar, tengo ganas de consentimiento, risas y chistes tontos, vuelvo en un ratico.

7.10.08

Ojalá que la felicidad

Ojalá que la felicidad fuera tan contagiosa como el bostezo, el mundo sería definitivamente un lugar mejor.



(Cosas tontas que pienso al ver que mi bostezo contagia a tres personas más en pocos segundos)