31.10.09

La cigüeña nos retorna a casa

Estamos en París, es viernes, de noche,mi hermana una amiga y yo estamos en el metro, vamos camino al cielo, sin saberlo.

Llegamos a la estación que buscamos, mapa en mano, un chamo se da cuenta que necesitamos ayuda, nos pregunta a dónde vamos, o eso entendemos, señalamos el mapa y el chamo nos sonríe, hablando español con acento francés nos dice "Gustav Dudamel!, sí, es por allá", señala el camino, nos hemos encontrado con un ángel que nos guía.

Llegamos al teatro, esperamos a otros amigos, estamos nerviosas por igual, yo ya no siento frío, mi hermana tampoco,dice que tiene calor y se quita la bufanda, mi otra amiga que vive en Holanda dice que no siente frío en París "es un verano comparado con el frío que hay en Holanda ahora".

Llegan los amigos que esperamos, entramos a la sala, falta poco, subimos a nuestro piso por las escaleras, en el ascensor es imposible, demasiada gente, llegamos a nuestros puestos, ubicados en el balcón, vemos el escenario de frente, a los pocos minutos sale quien esperamos, es Gustav para los franceses, para nosotros es Gustavo, nuestro Gustavo Dudamel, aplaudimos como locos, dirige una orquesta francesa, nos deleita, a los pocos minutos se termina y nosotros con el corazón que casi se nos sale por la boca vemos salir a la orquesta nuestra, la sinfónica juvenil de Venezuela, detrás de ellos viene Dudamel, los va a dirigir y nosotros seremos testigos de uno de esos momentos inolvidables que viviremos a todo lo largo de nuestras vidas, nuestra amiga llora, en realidad lleva llorando desde que salió Dudamel al escenario por primera vez, no puedo describir como me siento.

Tenemos pausa, me aseguro de abrazar a mi amiga y a mi hermana,las dos están igual de felices.

Se termina la pausa, nos siguen deleitando, Gustavo Dudamel se vuelve a entregar, esta vez tocan las dos orquestas unidas, sigo sin poder describir lo que siento.

Aunque tocan ya por casi dos horas, nos sabe a poco, sabemos que casi llega el final pero antes nos regalan el Mambo interpretado por las dos orquestas, los venezolanos les han transmitido mucha buena energía a los franceses, el público está emocionado, todos bailamos, excepto mi hermana que está grabando y gracias a ella, podemos guardar un poco para la posteridad el regalo que la vida nos dio hace ya una semana.

Estoy en Venezuela, de vacaciones, de París la cigüeña nos trajo a casa de nuestros padres, en estos momentos como Arepa, preparada por las manos santas de mi madre, hoy le celebramos el cumpleaños a la sobrina que ya tiene dos, qué más puedo pedir?

Un beso.

7.10.09

Sentido de la justicia

Mi sobrina que todavía no ha cumplido los dos años, ya va a la guardería...

En casa todos tuvimos el corazón en un puño el primer día que fue a la escuela, nos cuesta asumir que crece y que el mundo le espera...

Todo iba bien y respirábamos tranquilos días después de su primer contacto con el mundo, hasta que hace poco una de sus compañeritas la mordió...

Casi nos morimos al saberlo.

Mi cuñado, su padre, que no entiende como alguien le puede hacer daño a una niña tan hermosa y tan tierna, le dijo más o menos algo así: " Victoria si esa niña te vuelve a morder tú no te dejes, tienes que morderla también".

A lo que mi sobrina con esa carita de ángel y esa voz tan dulce respondió algo así como: "No papá, morder a nena no, nena es titita".

Casi nos morimos de nuevo, pero de la ternura.

Tengo una sobrina que sin cumplir dos años ya entiende lo que es justo y que a los nenes tititos (chiquitos) no se les hace daño...

Ojalá que nazcan más y más niños como ella, el mundo estará a salvo.

Se les quiere muchote.