10.3.07

Hoy, me siento muy latinoamericana




He tenido una semana y media mágica llena de sorpresas y cosas maravillosas que me ablandan el alma.

Justo el día en el que mi Gabo cumplía 80, me comí un pabellón criollo en su nombre y a su salud. Que sean 100 años, pero no de soledad sino de todo el amor que sentimos por ti, mi Gabo.








Hago una foto del pabellón, mi madre me mira como pensando a mi hija ahora sí que se le aflojó el tornillo ese que le quedaba fijo en su cabeza ¨ eso debe ser Europa y sus aires¨ aún así me quiere sin enterarse para qué intento tomarle foto a la comida que con tanto esmero ha cocinado para mí, si ella supiera, llevo meses soñando con su comida, su pabellón, sus arepas, su arroz con pollo, su carne en salsa, su quesillo y todo, todo lo rico que ella sólo sabe hacer como me gusta. Hoy me toca el hervido, desde la computadora huelo el aroma delicioso a plátano, ocumo, apio, calabacín, ñame, yuca, zanahoria,jojoto, carne sabrosa (pero escasa por estos lares) y otros ingredientes que como con mucho gusto, qué rico, no puedo esperar, ´Negro, le agregas cilantro y apio españa al final´ le grita mi mamá acostada en la cama a mi papá que está en la cocina, yo sigo escribiendo.

Mi padre cocina el hervido, a mi madre le han operado recientemente y él se encarga de todo hoy, ha estado toda la mañana picando los ingredientes, lo hace con una tranquilidad que asusta, me dice que cuando éramos pequeños él nos cocinaba bastante y es así, mi padre cocinaba muchas cosas al horno y las paellas, las paellas!!! le recuerdo en la cocina y le quiero más, por eso será que me encantan tanto los hombres que cocinan. Le tomo una foto, él se presta, no le importa, y es que me complacen por aquello que no me ven a diario y yo me aprovecho, lo lógico.

Camino mucho, salgo y descubro el sol, no ha llovido ni un día, me siento rara, sigo caminando y me bronceo, y lo veo todo, y paso por debajo de un árbol que sin esperarlo me regala un montón de sus hojas, me hace sentir Princesa, rodeada por un montón de hojas que danzan a mi alrededor y sobre mí, dándome la bienvenida, siento que me extrañaban, y cómo no hacerlo si te quiero tanto mi tierra!!!, y los grandes amores se extrañan, lo suyo.

Un pájarito de color amarillito y negro, inesperadamente se posa sobre mi mano, es pequeño y travieso, saltarín como mi corazón y me hace inmensamente feliz y sonrío, la señora que está sentada en el mismo banco me mira sin entender porque me rio, si supiera, mi alma está desbordada, no puedo hablar de tanta felicidad, y el cielo, es azul, azul, y las nubes pasan e intento ver que figuras me ofrecen ahora que soy grande, y descubro muchas de mi infancia, que no veía hace tiempo, quizás es porque me siento más niña que nunca, y acostada en esta hierba pienso en todo lo que te quiero mi país y agradezco una vez más por estar aquí. Respiro tu naturaleza.

Suena agua, pero no es lluvia, es un riachuelo que pasa cercano a mí, por allá alguien me grita ´MAMITA eso si está bello´, y anoto que es el piropo número 17 desde que estoy aquí, los llevo contados, no, no soy egocéntrica, es porque en Amsterdam de eso no tengo mucho, los holandeses, sí, son considerados primermundistas y tal, pero de allí a saber decir cosas a las mujeres, no, ¨nanai de la china¨ cómo que no, entonces los necesito los anoto y me los guardo para cuando me entre la nostalgia de piropos (porque me entra), es parte de mi cultura, no lo puedo evitar, así como necesito mis jugos naturales en el almuerzo, eso también los llevo contados van 15, piña, melocotón, patilla, parchita, guayaba, lechoza, durazno, fresa, pera... y espera (los anoto también para recordarme a mí misma que yo también los puedo hacer, estando allá, floja!)



En la Colonia Tovar me como todos los suspiros que encuentro y que tenía atrapados en el alma, descubro al cristo sin cuerpo, ´se lo robaron´ dice mi papá, ¨negro es imposible¨ le responde mi mamá, y yo tomo la foto para mirarla de nuevo en casa a ver si entiendo.





Mi familia muy bien, creciendo, aunque suena imposible al sabernos tantos, veo a parte de los de siempre y descubro a los recientes, mi madre me cuenta que por allí vienen otros en camino y a ella que ninguno de nosotros cuatro le hacemos abuela. Le sonrío y hablamos de otra cosa, ¨espero que mi hermana mayor salve la patria¨, pienso, después de dos pérdidas mi hermana me dice que a la tercera va la vencida, que fuerte es, por eso la quiero tanto. Estará embarazada? ojalá, tremendo regalo para mi vida.

Puse rostros a blogs, la vida hace que me encuentre con dos mujeres tan bellas, princesas y del alma: Mi Differ y Mi Norka, y al final me doy cuenta que conocer las caras detrás de blogs es algo tan inesperado como enriquecedor, especialmente porque son como escriben, en ellas todo es autenticidad. Nos encontramos para rendirle un tributo al Rey León maravilloso de La Differ, y lloro al ver de cerca todo aquello, pero estoy feliz, las tengo cerquita, hablo con ellas, son ellas, la vida es maravillosa. No puedo decir todo lo que siento, cómo puedes estar conectada así con alguien que no conoces?, no lo sé, pero es así. Como todas las cosas buenas, sin explicaciones, pura emoción. La madre de Differ es tan dulce, me robó el corazón.

Sí, estoy en Venezuela, sí, estoy en una nube. 32 grados, sin lluvia y con ganas de comerme al mundo, hoy, soy más latinoamericana que nunca.


De Peligro a Pele el Ojo (o como el venezolano usa refranes para explicar lo inexplicable) : ¨Viva Venezuela mi patria querida¨

2.3.07

Día de Perros

O la primera vez que vi la muerte tan de cerca.








Con el helicóptero de la Guardia Nacional aterrizando en el techo de nuestra casa, todos los vidrios de nuestras ventanas volaron en mil pedazos, mi padre finalmente abrió la puerta de ese baño tan pequeño en donde casi una hora antes nos habíamos encerrado todos, por miedo a lo que estaba pasando fuera, él nos había pedido silencio absoluto, nosotros no parábamos de llorar, teníamos terror que la gente furiosa entrara a nuestra casa y destruyera todo lo que nos pertenecía. Yo salí corriendo, y me asomé entre vidrios rotos por una de las ventanas, intentando que nadie pudiera verme, mi curiosidad no le hizo caso ni al mismo grito silenciado con miedo de mi padre, uno de los guardias nacionales me vio y con el grito más espeluznante que recuerdo, me mandó a bajarme de donde estuviera, en dos segundos ya estaba dando golpes en la puerta de nuestra casa, al grito de ¨Guardia Nacional abran la puerta¨ mi padre abrió, y el señor aquel de bigotes entró como ´Pedro por su Casa´, los gritos se acallaron cuando vio que allí sólo éramos cuatro niños y dos mayores, mi padre le explicó que esa era nuestra casa, aunque sonara raro pero que era así, VIVIAMOS DENTRO DE UN CENTRO COMERCIAL, ese lugar con tantas tiendas y un gran estacionamiento era nuestro hogar, hace muchos años que la empresa de mi papá le había dado ese beneficio, le había construido una casa grande justo allí, en un centro comercial, mi hogar. El Guardia Nacional a regañadientes lo entendió y es que nadie se iba a inventar una historia así!

Ese día, un 28 de febrero de hace ya 18 años, Venezuela se llenó de demonios en las calles, que se metieron en todas partes y se apoderaron de cuanta alma rondaba y lograron el mayor ´saqueo´ que se recuerda en la historia, mientras otras personas lo veían por la televisión, nosotros lo vivíamos en primera persona, porque el Centro Comercial más saqueado de toda Caracas no era un simple lugar de tiendas, era nuestra casa, y mucha, mucha gente entró y rompió todo lo que encontró a su paso, con ello muchos sueños y esperanzas de tanta gente que había trabajado tan duro en la vida por tener un negocio y es que de aquello muchos no se recuperaron jamás, casi nadie en el país tenía un seguro contra motines, nadie se imaginaba que algo así sucediera, y yo hoy en día, 18 años después, aún no sé si lo soñé o lo viví.


El Guardia Nacional nos ordenó que nos quedáramos en casa (tampoco teníamos otro lugar a donde ir), luego de un par de horas la gente volvió, y siguieron rompiendo todo a su paso, un amigo de mi hermano apareció de repente, él también quería llevarse algo de aquel saqueo, mi padre le dijo que en esta vida nadie que el conociera robaría en su presencia, y le obligó a resguardarse en casa mientras todo aquello pasaba, al poco rato ´la guardia´ reaccionó con bombas lacrimógenas que por primera vez ¨tragamos¨ en nuestra vida (una de las sensaciones más espantosas que recuerdo). Todos salimos corriendo de casa, porque las bombas alcanzaron todo lo humano en aquel centro comercial, supongo que lanzaron 20 al mismo tiempo, porque nadie podía respirar, no olvidaré nunca la cara de terror de mi madre, intentando protegernos a todos de morir asfixiados, sólo faltaba yo y es que casi llegando a la puerta me había regresado a buscar al amigo asmático de mi hermano que estaba en el suelo debajo de la cama sin poder reaccionar, de allí con una fuerza (que no sé de donde la saqué), le levanté y le arrastré tan lejos como pude de la casa, hasta que con vinagre que alguien sacó del supermercado ´Central Madeirense´ (que habían destrozado en pocas horas) nos auxilió, y en ese segundo que el muchacho volvió a respirar me di cuenta que le había salvado la vida (lo que no sé es si él se dio cuenta también).



Pocos minutos después alguien intentó invadir nuestra casa, aquello era lo único que se mantenía intocable de aquel Centro Comercial, que a esa hora de la tarde ya estaba en ruinas. Mi madre salió corriendo y entre gritos desesperados detuvo aquel hombre, advirtiéndole que aquel no era un local, era su casa! con sus cosas que tantos años de sacrificio y trabajo le habían costado!, el hombre cuyos ojos recuerdo un tanto diabólicos se ablandó con las palabras de mi madre y desistió, le pidió disculpas y le ordenó a la gente buscar otro objetivo.

El gobierno declaró toque de queda, TODOS debíamos estar dentro de nuestras casas, la orden era de dispararle a todo lo que se moviera en la calle, y así fue, ese día murió tanta gente que hasta el día de hoy no se sabe el número exacto, muchos cadáveres fueron hallados en fosas comunes mucho tiempo después de todo aquello.

Y saber que yo estuve a punto de ser uno de ellos!

Durante la noche de aquel fatídico día, alguien lanzó una bomba lacrimógena mientras mis hermanos y yo dormíamos, todos salimos corriendo fuera de casa, mis padres y mis hermanos en una dirección y yo en otra (la asfixia que aquello producía y al ser la sexta bomba por la que pasábamos durante el día ya no me dejaban pensar) corrí tanto, tanto, que llegué a un sitio oscuro, cerca de una reja que daba a la calle, y fue allí donde supe lo que era aire nuevamente, entre las sombras pude ver un guardia nacional apuntándome con su metralleta, y me gritó que le dijera que hacía allí o disparaba, yo no sé si ese hombre podía distinguir que era una niña, pienso que no porque me gritaba como si fuera una adulta,yo que ya no podía hablar y después de un susto tan grande menos, no pude responderle nada, aquel hombre que seguía órdenes ¨de dispararle a todo lo que se moviera ¨creo yo estaba a punto de matarme cuando mi madre apareció a mis espaldas y le dijo: ¨mi hija, no dispare¨ y así fue, aquel hombre bajó su arma y en pocos segundos vio al resto de la familia aparecer a mis espaldas, mi padre tuvo que explicar nuevamente el porqué vivíamos en un Centro Comercial, el hombre pidió mil disculpas y le dijo que nos metiéramos en casa, prometió mantenerse cerca y que nadie más lanzaría una bomba, y así fue.

Aquel día donde murió tanta gente, yo me salvé, y esa fue para mi una lección de vida, es por ello que a pesar de todo siempre, siempre, siempre intento ser feliz, y soy pesada con la gente repitiéndoselos a cada rato como doctrina de vida, y es que sé que yo lo he tenido más fácil al aprenderlo con una metralleta apuntándome (así cualquiera valora su existencia), pero intento explicarlo como lo viví, para que el que me lea en estos momentos se asome a su ventana y vea el mundo con otros ojos y respire con la ventaja de respirar aire (y no bombas lacrimógenas) y de sentirse afortunado de recibir una nueva oportunidad, por lo menos para intentar ser feliz.

De Peligro a Pele el Ojo (o como el venezolano usa refranes para explicar lo inexplicable) : que la vida son dos días y en unos de ellos llueve!