5.2.09

El dolor se llora o se canta

Porque si se guarda, puede ser peligroso.


María Luisa no lo sabía y el día que Eduardo la dejó por otra decidió enterrar su amor.

No lloró, no cantó. Sólo se dedicó a recolectar las 100 cartas de amor escritas por ese hombre traicionero, los 49 poemas que nunca rimaron y que a ella muy a su pesar siempre le gustaron, también aquel libro donde él de una manera muy original guardó una rosa que besó antes de depositar entre sus páginas, los envoltorios de todos los caramelos de café compartidos entre besos y el libro de cantos de la iglesia donde él de una manera pecaminosa escribió justo sobre la frase " Dios es amor" las palabras que sin saberlo la marcarían para siempre:

Bella mujer,
ojos hermosos,
quiero saber
si tiene esposo.

Es la única frase que rimó a medias, la primera y la última, y ese papel fue lo único que no enterró sino que quemó entre llantos la noche que descubrió la traición. Siendo María Luisa maestra de escuela y habiendo castigado a más de un alumno a permanecer sin recreos por errores ortográficos menos graves que aquellos que Eduardo cometía sin ningún reparo entre cartas y poemas, al final de cada lectura concluía que no, que aquel hombre no era lo que ella había soñado para compartir sus tardes de verano sentados en el porche de su casa, pero es que al descubrir los besos y las caricias que prosiguieron a un "NO, NO estoy casada" aquella mañana en la iglesia, las lecturas pasaron a ser la pasión de mujeres tontas que no han descubierto lo que es una verdadera, así que María Luisa decidió olvidar todo el sentido de la buena gramática y se dedicó a buscarle más el sentido a la vida, es por ello que todas las tardes en el porche de su casa mientras su madre se descuidaba "a propósito" siguiendo la tradición "de descuidos" que había pasado de bisabuela a abuelas, de abuelas a madres, de madres a hijas en esa familia que sabía que el amor era una de las cosas más sabrosas del mundo y por ello hacían siempre la vista gorda a todas las caricias de amores no benditos por un cura.

Pero con lo que no contaba nadie, pero nadie nadie, era que en la familia de Eduardo la tradición heredada de bisabuelo a abuelos, de abuelos a padres y de padres a hijos era otra: besar y acariciar a cuantas mujeres les fuera posible hasta que cumplieran los 37 años, la edad ideal para casarse y tener hijos, eso sí,a los hombres no se lo ponían tan fácil y siempre se exigía previo cortejo con cartas y poemas, como todo caballero debe hacerlo. Al principio le resultaba tedioso tener que enamorarlas de la manera tradicional, pero con el tiempo y la saña, logró incluso calcular el número de cartas y poemas que duraría cada relación, aprendiendo de memoria lo que decía antes de entregarlos y el libro que regalaba con la rosa entre sus páginas formaba parte de una colección que había comprado a un vendedor árabe que vino una vez a su pueblo, siendo aún muy joven, así que llevaba de viaje algunos ejemplares cada vez que emprendía una nueva aventura, porque claro, enamorar tantas mujeres en el mismo pueblo donde vivía nunca habría sido posible, así que los hombres de esa familia viajaban ante los ojos del pueblo con la excusa de estudiar fuera una carrera de provecho, aunque en realidad se dedicaban por años de años a recorrer el país entero buscando tantos amores como les fuera posible, antes de cumplir 37, para los hombres de esa familia imponer un récord era una cuestión de honor, y Eduardo estaba seguro que de su familia él sería el que más mujeres tendría desde que la tradición había sido iniciada por su bisabuelo,Q.E.P.D., por eso aprendió desde muy joven a no enamorarse, incluso de María Luisa, la mujer más perfecta que había conocido jamás y a la que lo único que le faltaba para ser totalmente perfecta era haber llegado 10 años más tarde a su vida , porque con 27 ese hombre solo pensaba en batir el récord de mujeres conquistadas, así que nada ni nadie lo pararía hasta lograrlo. Incluso María Luisa.

Y así Eduardo, sabiendo que los días con esa mujer maravillosa estaban contados, exprimió todo lo que pudo del amor de María Luisa, tanto tanto tanto, que casi dejó a esa mujer sin más amor para dar. Aunque esto último lo hizo sin querer.

Un día de verano llegó a las 100 cartas y los 50 poemas con María Luisa, abandonó el pueblo con una chica que estaba de paso y vivía unos 10 pueblos más allá y delante de los ojos de todos dejó a María Luisa sola, humillada y con pocas gotas de amor en el alma para volver a amar.

María Luisa terminó de recoger todas las cosas heredadas entre besos apasionados y decidió ponerlo todo en un saco viejo que la abuela usaba para guardar el café, se fue caminando a muchos kilómetros de distancia en el día mas caluroso de ese maldito verano para castigarse por haber sido tan estúpida en haberse creído todas las palabras de amor que sin rimar se le habían clavado en el alma para siempre. Y así fue. Partió muy temprano por la madrugada y luego de 8 horas caminando cuando el sol más le picaba en su cara y en el alma, encontró una colina, subió lo más alto que sus piernas ya cansadas le permitieron y decidió hacer un hueco en la tierra con sus propias manos, lo más profundo que pudiera para enterrar allí para siempre aquel amor que había sacado de su corazón casi toda la capacidad de amar.

Al terminar de enterrarlo decidió emprender su camino de vuelta a casa, al llegar al final de la colina el cansancio en sus piernas hizo que diera un traspié y se doblara el tobillo, María Luisa nisiquiera lloró, tampoco gritó, el dolor de la pérdida de un gran amor había sido tan grande, pero tan grande, que cualquier otro dolor, físico o moral, sería siempre algo muy pequeño, indigno de llanto. Intentó caminar pero no pudo, así que se sentó a esperar, esperar quizás a nadie o a nada, ya estaba resignada, solo le quedaba eso en la vida, esperar. Y así fue como aquella tarde Gregorio, el hombre que acostumbraba a dar paseos largos por esa colina cercana a su pueblo, encontró al amor de su vida, María Luisa, con la que se casó y tuvo 9 hijos, 30 nietos y 20 bisnietos.

(Y es que yo había dicho al principio de este relato que guardar un amor puede ser peligroso, o no)

40 comments:

Anonymous said...

PERO QUE HERMOso, entretenido y atrapante!

Gracias...!
Cuántas Maria Luisas habrá en este mundo, y cuántos Eduardos,no?

Syl said...

Pero lo sería para ella?...sería el padre de sus 9 hijos el gran amor de su vida???

me ha gustado mucho leerlo, pero me ha dado penita pensar esto.

besitos.

Anonymous said...

Jajajaja...

Lo unico que no me gusto es el nombre del villano!!!

Besos :)

Anonymous said...

Touché!!!

Te botaste con este post Wait, y yo que ya ando en una nota de felicidad leer este post me ha hecho sentirme más agradecida y feliz con la vida!!!

Porque también fui Maria Luisa, porque también caminé horas bajo el sol que pica y enterré lo que quedaba de algo maravilloso que pensé que no tendría más...

Y también mientras estaba tumbada a un lado de un camino, cuando menos lo esperaba, encontré palabras, esta vez en prosa... pero honestas !!!

Un besote chama!!!

marichuy said...

Querida

Lo peor que podemos hacer con el dolor y el llanto, es aguantarlos o reprimirlos. Siempre hay que tirarlos, derramarlos, quemarlos y hasta cantarlos, como dices.

Besos

Johana said...

Que rico es leer tus cuentos, me gustan mucho. Este en particular me encanto.
Siempre hay que dejar el pasado atras para que haya espacio para lo que viene, uno nunca sabe cuando le toca, pero de que llega, llega...

Masmi said...

Que gran cantidad de amor tenia Maria Luisa para dar, y que mal que se encontrará con una persona tan horrible como Eduardo para entregarlo.
Besitos

Capochoblog said...

Pues ojala Gregorio la haya sanado (aparte de enmuchachado :P).

A buen arsenal tienes, de historias por contar que me gustan :)

Besos, mi bella!!!

Gabiprog said...

Amores, ilusiones y anhelos inconclusos, mejor compartirlos, vivirlos en su momento y en su medida. Si quedan malos posos, el resentimiento anida y toma posiciones...

Un abrazo!

K4RMIN4 said...

Coincido completamente, el dolor al igual que el amor deben cantarse o llorarse, deben gritarse a los cuatro vientos. Guardar los sentimientos es muy peligroso.

Sabes, hiciste que recordara algo que escuché hace unos años, es algo cruel, pero real.

"En la vida existen tres personas inolvidables. La primera es con quien te querías casar, la segunda, con la que te debías casar y la tercera con la que te casaste", será?

TORO SALVAJE said...

Otro ejemplo de que no hay mal que por bien no venga.

Besos.

Lena yau said...

Me encantó, Gurugú...

El mar de Cádiz inspira!

(te escribí)

Besitos

Cho said...

Que bello Waiting!
Besos,

Genín said...

¡Que rico!
He disfrutado hasta la ultima letra.
Yo lo lloro y lo canto, funciona bastante bien...
Besos y salud

Anonymous said...

dios mio no quiero imaginarme la mesa en navidedades!@@

Rossy said...

Que cuento tan hermoso, Waiting!

La vida siempre tiene la capacidad de sorprendernos.

Besos!!!

xxxxxxxx xxxxxx said...

cuentan que la energí no se pierde, solo se transforma.

Hermosísimo relato, deja ganas de seguir escuchando.......

Angela said...

mmmm super interesante la historia!!!... todo tiene un enlace, sino hubiese pasado por todo eso, no hubiese conocido a Gregorio jaja parece loco pero es asi!!!

Besos Waiting!!!

Champy said...

Me remontaste a muchos momentos wongkarwaianos... el alma y la pena es universal.

La espera se paga siempre bien?

Confiaré en ti como siempre.

Champy said...

La próxima vez les haré un m ole naranja delicioso (por aquello de que nada pica!!).....

Es recurrente la metáfora del secreto enfrascado... A mi no me funcíonó ero es bellisima!!!

Catalina said...

QUE BELLO Waiting!

que historia! :)

los amores traidores hay que olvidarlos, o enterrarlos, nunca guardarlos...o si, hasta un dia en que gracias a ellos nos torcemos un tobillo, esperamos sin esperar y encontramos al amor de nuestras vidas!

:)

(o de como tentar el destino)

(o de como "botar" lo viejo para dejar entrar lo nuevo)

Besos Waiting!

BETTINA PERRONI said...

Ojalá y hoy se me doble el tobillo...

El dolor ayuda a probar hasta que punto somos fuertes pero... no es bueno intentar ir más allá de lo tolerable.

De amor no se muere uno, aunque eso parezca.

NuNú said...

Bueno, entonces final feliz que me gusta más "historia con final feliz"...

Besos

Anonymous said...

Bellísimo relato, como siempre!

María Luisa fue muy afortunada.

Oswaldo Aiffil said...

A buen arsenal como bien dijo mi Nany preciosa! Gracias tierna Waiting, por extraer de ese otro saco de guardar café, una de esas historias únicas y hermosas que sueles transcribir por estos lares de Dios. Un beso enorme!

NORKA said...

... Sabes què mi umbral del dolor es bajito pero de verdad qe varias veces he llorado amores uno sobre todo a parte de esposo ... Dios creì que morìa, me dolìa en serio el estomago todos los huesos menos uno, llorar es necesario a veces para cerrar esos circulos ... yo me lo creo y lo otro es que sin pensar te diste cuenta que sin buscarlo el amor tocò su puerta cuando menos lo esperaba, eso no puede ser màs real, que bueno friend de verdad q pareces ucevista genial tu manejo de las tècnicas de los talleres de redacciòn, genial!
Estas mejor ? por sia te abrazo asi me sirve a mi tambièn ese amapuche porque no es fàcil aceptar que peluda està de viaje ...
Beso y un SAVOY de peligro a pele el ojo oooooo`de Petare hasta casi casi la Bolìvar ( llenaremos Caracas hoy se està trabajaNdO para eso ;)

adelita said...

Como siempre muy agradable tu relato y solo te repito el refran que dice: Matrimonio y Mortaja el cielo baja...
Un beso
Adela

adelita said...

Recibe mi condolencia por la muerte de tu perrita, como dices son momentos duros.
Un beso
Adela

Gerardo y Aimee said...

Y cuando es el "book signing"? ;)

Yo insisto hay que publicarte! Saluditos Waiting! Poco a poco empiezo a reportarme denuevo :)

Happy Valentine's!
-Aimee

Waiting for Godot said...

Gracias a todos por los comentarios, son muy buenos conmigo. Un besito. Se les quiere mucho.

Guerrero said...

Qué historia, creí que el final iba a ser más dramático pero fue mejor de lo que espere.

saludos

Waipu Carolina said...

Los relatos de amor siempre me encantan...y más esos finales.
un abrazo bella

Ophir Alviárez said...

Guardar un amor puede ser peligroso, tienes toda la razón, pero...cuánto se disfruta con el recuerdo aunque lacere y nos haga temblar. Quién sabe, debe ser genética tamaña debilidad...Cuestión de abuelas, dice mi hermana...

Me hiciste sonreír. Ya no tengo 37 así que no me puedo sentar.

;)

Abrazos

OA

Unknown said...

Estaba de paso, cansada, dormida, idiota, dejando una peli para que se bajara mientras tomaba una pequeña siesta, y te encontre así, de paso nomas... y no pude dejar de leer!
Volveré mas tarde para ver que me he perdido antes de encontrate.
Besote!

Anonymous said...

Waiting,

Me ha encantado este relato. Tus palabras son sabrosas, me recuerdan a los escritores latinoamericanos, esa cadencia, y ese tono. Ay, qué duro es que le rompan el corazón a una. Precio que se paga gustosamente.

Un beso.

Waiting for Godot said...

Hey ALE: pues se me han saltado los colores en la cara y todo :)

Besos.

*Maru said...

Nunca hay que cerrarle las puertas al amor... porque llega cuando menos se espera!
Que post tan bello...

Yai said...

Me encanta!!!!!! ojala de traspies y traspies a cada quien le llegue su gregorio!

Un abrazo,
Yei

Anonymous said...

que historia!!! por eso dicen que no hay mal que por bien no venga :)
un abrazo!!
t.

RosaMaría said...

Qué bueno, supiste darle el tiempo justo para un final inesperado y feliz. Aunque no hubiera sido un gran amor para ella, recibió lo que buscaba, cariño y una familia.