16.9.08

Quince años

A Laura le molestaba la belleza de Teresa, con catorce años alguien bello es doblemente más bello cuando a esa edad se espera acné, cuerpos raros que todavía no terminan de formarse, caras raras que no logran definirse, tal cual como en el caso de Laura, por eso no le perdonaba a Teresa que fuera por la vida con una sonrisa y les recordara que aquel mal llamado pubertad no atacaba a todos por igual.

Todos los días al entrar a clases Teresa saludaba a todas con el " Buenos días" que su mamá le había enseñado desde que era una niña "Teresa no importa donde llegues siempre debes dar los buenos días o las buenas tardes". Y Teresa, que además de bella era muy obediente, así lo hacía. Pero Laura lo odiaba, ella era la única que no respondía a ese saludo, porque a su edad y sin haberse llevado muchos palos ya era lo suficientemente amargada para odiar a una persona que además de bella fuera simpática.

Teresa estudiaba en una escuela que en Venezuela llaman de niñas bien. A sus 22 Teresa pensaba que en realidad eso de Bien, venía por lo bien mal intencionadas que eran casi todas sus compañeras, pero en aquel momento, con catorce, sentía orgullo de poder estudiar en el mejor Colegio de su urbanización. A los padres de Teresa les costaba mucho pagarlo y eso lo sabían todos, incluso Laura. Quien tenía de fea lo mismo que de mala gente, solo que cuando se tienen catorce las personas no llamamos a las cosas por su nombre, en aquella época la definían como poco agraciada y un poco difícil. Pero la verdad era esa, era fea y mala gente.

De que Laura era fea Teresa lo supo desde siempre, la maldad era algo que no supo sino un poco más tarde, quizás en un momento un tanto cruel.

Era la época de los quince años, esa época donde todas invitan a todas para sus fiestas. Teresa ya sabía que a ella esa fiesta no le tocaba, sus padres le habían explicado que el dinero no les daba y que le comprarían algo de ropa y le cantarían el cumple pero que no podían hacer la fiesta soñada, prometían que algún día tendría no solo una fiesta sino 100 que la compensarían. A Teresa no le importaba mucho, pensaba que disfrutando de las fiestas de sus compañeras una a una podría vivir finalmente una gran fiesta, su hermana mayor que era muy buena costurera le tenía el vestido perfecto, uno al que le quitarían, pondrían, cortarían, alargarían a un precio que todos podían permitirse (así nadie notaría que era siempre el mismo vestido) y para regalar llevaban meses bordando unos bolsos muy bonitos que para suerte de ellas estaban de moda.

Quince, esa era la edad que todas cumplirían en los siguientes meses y el número de niñas que los cumplirían en el salón de clases. Teresa soñaba cada noche con todos esos quince cumpleaños que viviría como propios y que no le harían extrañar para nada una gran fiesta.

Laura por su parte llevaba todo ese tiempo planificando la manera de lograr que Teresa no fuera invitada a ninguna fiesta. El motivo era simple: no quería verla brillar en ninguna parte, no en su fiesta y menos aún en las demás. Una noche, mientras Teresa soñaba en bailes y tortas, Laura tuvo una idea que su mente malvada consideraba buena, decirle a todo el mundo que Teresa luego de clases cada día tenía que trabajar ayudando en una heladería, ella lo sabía porque la había visto, pero estaba segura que la mayoría no lo sabía " por qué no lo he dicho antes!" se recriminaba, es por eso que aquella noche Laura no durmió bien, no podía esperar a que las horas pasaran para poder destruir de una vez y para siempre la sonrisa de Teresa,la chica Bella y Simpática a la que odiaba con todas sus fuerzas.

Y así lo hizo, contó eso, ese detalle que en otras urbanizaciones, ciudades o países habría pasado desapercibido, pero para mala de suerte de Teresa, en su urbanización no fue así. Laura añadió además que tenía que trabajar para mantener a sus padres y que gente como ella no debía mezclarse con las de su clase. A todas les lavó el cerebro, a todas las convenció.

Teresa no recibió ninguna invitación.

Con veintidos años las cosas adquieren otra perspectiva, era por eso que Teresa ya no recordaba lágrimas derramadas, no sólo por la decepción, sino por todo el esfuerzo que su hermana había invertido entre vestido y regalos. Pero todo pasa. Incluso lo que en un momento determinado nos ahoga en llanto. Es por eso que todo se había olvidado hasta esa tarde, la tarde en la que Teresa entraba en la tienda de fotos para sacarse una para el pasaporte que la llevaría a recorrer el mundo por 6 meses antes de estudiar un Postgrado que algún país había financiado y que le prometía un futuro maravilloso. Tenía mucho dinero para su edad, un premio nacional de literatura le había abierto las puertas a un viaje para ir por el mundo sin sentirse culpable monetariamente. La vida le sonreía a Teresa, "de vuelta" diría su madre para terminar con una frase que le gustaba mucho utilizar " porque mi niña siempre ha sido una persona buena" .

Al entrar en la tienda vio a una empleada, joven como ella, que tenía una cara fea y amargada (algunas cosas nunca cambian), la reconoció inmediatamente, era Laura, esa misma Laura que se sentía superior, trabajaba en esa tienda porque nunca pudo terminar la universidad, sus padres perdieron todo el dinero con esas vueltas locas que da la vida y le tocaba trabajar duro tomando fotos todo el día a gente que como Teresa, podía viajar a lugares donde ella quizás no llegaría jamás.

Laura le contó todo a Teresa con pelos y señales, con esa facilidad verbal que solo da una vida llena de cosas trágicas, le hablaba con tanta familiaridad que a Teresa le pareció que Laura había olvidado todo el daño hecho. Por eso decidió no contarle nada.

"Y tú Teresa, vienes a tomarte una foto para el Pasaporte?" preguntó Laura, "sí" respondió Teresa, "te vas de viaje?", "no, solo me lo quiero sacar para el futuro, porque uno nunca sabe"

Teresa salió de esa tienda con foto en mano y Laura quedó contenta al saber que aunque Teresa seguía siendo tan bella como siempre, por lo menos ella tampoco viajaría.

Y allí dejamos a Laura, trabajando en esa tienda, soñando con un ascenso que quizás tardará 10 o 20 años en llegar, mientras Teresa en estos momentos, se bebe un café en una taza comprada en alguno de los diferentes países que visita continuamente, es un café que su madre quien la viene a ver seguido al país donde vive actualmente le trae con mucho cariño, nada ha cambiado para ella, sigue siendo igual de feliz que siempre, con el amor de los suyos, solo que le va mejor que antes, mejor económicamente, ya ha tenido esas 100 fiestas que sus padres le prometieron y siempre regala algo hecho por ella, cosa que sus amigos actuales siempre aprecian, y mucho.


De Peligro a Pele el Ojo (o de como el venezolano usa refranes para explicar lo inexplicable) : "la vida te da sorpresas"

36 comments:

Masmi said...

Y seguro que Teresa sería feliz aunque las cosas no le hubieran ido tan bien, y Laura sería una amargada aunque nadara en la abundancía.
Pero al final, cada uno recibe lo que da.
Muchos besos.

Syl said...

Cuanto hace sufrir la envidia...y cuanta hay por todas partes!!...

El tiempo pone a cada uno en su sitio...qué verdad más grande.

Bella Teresa por dentro y por fuera.

Besitos.

*Maru said...

Asi es la vida.... qué historia tan bella!

Y lo más bello es que Teresa no se ufanó delante de Laura...

TQM

Adriana said...

Pobrecita Laura, la mezquindad es como el crimen, no paga.

Sabes que nunca he conocido a una Teresa que no sea dulce?

Te quiero muchoooo!!!

...flor deshilvanada said...

En la vida siempre recibimos en la misma medida en que damos...

Besotes Wait!

TORO SALVAJE said...

La envidia, eso si que es una terrible enfermedad.

Una de las peores, y me temo que jamás se cura.

Besos Waiting.

Anonymous said...

"La envidia va tan flaca y amarilla porque muerde y no come"

;-)

Rossy said...

"Pero todo pasa. Incluso lo que en un momento determinado nos ahoga en llanto"
Es la frase que más me ha gustado, por la verdad que encierra, que bonito relato!
Un abrazo!

Carolina said...

"La vida le sonreía a Teresa, "de vuelta" diría su madre para terminar con una frase que le gustaba mucho utilizar " porque mi niña siempre ha sido una persona buena" .

La vida nos trae de vuelta todo lo que hemos sembrado, de ahí la importancia de la bondad en nuestra vida diaria. Muy cierto el comentario final, la vida está llena de sorpresas cada día.

Abrazos,

Carlos said...

...cuántas vueltas da la vida y las lágrimas de inocencia, de humildad, siempre son bendecidas!

Capochoblog said...

La sabiduría no se compra y quien la tiene, no la hurta.

Me gusta Teresa y la gente como ella :)

Besos mi niña preciosa.

Janecita. said...

¡ Yo voto por más Teresas y menos Lauras !

Orle said...

Es poco frecuente encontrar humildad en las personas; muchas veces estamos arriba y otras abajo sin aprender de nuestros errores en la vida.

Gracias por visitarnos.

Besos y un gran abrazo.

Genín said...

"Si la envidia fuera tiña, cuantos tiñosos habria"
Que verdad tan grande.
Besos y salud

Champy said...

Teresa a donde quiera que vaya o donde quiera que viva o a queine quiera que voltee a ver solo encontrará sonrisas.... así como tu.

Mientras que las Lauras se mueres de cancer de viejas tras los mostradores, sin ver el cielo de cerca.

Que Dios te bendiga bella.

Yolanda Fernández G. said...

Un saludo para la Teresa que escribe.
Un abrazo, mi Waiting.

marichuy said...

Mi Waiting

Tu historia es como una metáfora de la vida; la belleza y la fealdad, van más allá de lo exterior. La fealdad interna suele ser la peor, la más marga y a quien primero lastima es al que la carga.

Bella, te mando muchos besos

Pablo J said...

Yo no creo 100% en las cosas del karma. Pero algo es cierto, aquellas personas que para sentirse gente tienen una necesidad imperiosa de hacer sentir mal a los demás son precisamente aquellas que al final son más infelices.

No porque alguien les haga daño, sino porque su alma ya está tan dañada, por ellos mismos, que no son capaces de surgir. Porque si tu alma está dañada tu crecimiento se detiene.

Que tengas un buen día ;)
Gracias por tu historia, estuvo muy buena.

Anonymous said...

"La suerte de las feas las bonitas las desean".. Esta frase me retumba en la cabeza... pero no aplica. Qué cosa!
Estoy seguro que Laura terminó siendo feliz (no tanto como Teresa, claro está), cónchale, pero es que ella tiene que haber hecho algo bueno a sus poquitos 22 años (aunque sea mínimo) que la haya hecho merecedora de algún guiño cómplice que la vida quiera regalarle... y si no se lo merece, pues que se lo den de ñapa. Pobrecita Laura, vale!

Johana said...

La envidia es un sentimiento de gente pobre.
La humildad es una cualidad que atrae la abundancia.
Que bello son tus cuentos!!!!
Saludos

anita (la gurisa) said...

mi papa me decia siempre, lo que siembras vas a cosechar. Yo ahora lo veo como que todo vuelve, sea bien o mal..

besito

Pame said...

Muy bien, me gustó mucho el relato, fluye letra a letra, felicitaciones! Espero la nueva entrega.
Un abrazo!

Martica said...

Hola Waiting:

Teresa tuvo en sus manos la posibilidad de vengase con guante blanco de Laura, de demostrarle hasta donde había llegado; sin embargo prefirió romper ese círculo, mostrandose humilde y sin presunción alguna.

Hay mucho que aprender de Teresa y sobre todo ponerlo en práctica.

Besos amiga.

Lena yau said...

Es que las gente buena atrae cosas ídem...

Te quiero, Gurugú!

Muchos besitos

Fernando said...

un cuento que no siempre se da cielo....pero edificante...besos con dulzura.

Waiting for Godot said...

Masmi: Eso quizás, pero es otro cuento. :) Besos

Sylvie: Esperemos que sea así, todo el mundo en su sitio. Besos mi Sylvie.

* M a r u: Yo creo que no vale la pena echarselas delante de nadie. Besotes!


Adriana: Y yo ninguna Adria :) Besos.

Evan: Esperemos que sea así siempre, yo lo creo también. Besitos Evan.

Waiting for Godot said...

TOROSALVAJE: La mentira y la hipocresía también. Bien lo has dicho. Besos

Mariale: Hay flacas que comen y no muerden ;) Besos.

Rossy: Gracias por tus palabras. Besitos.

k@rol: Creo firmemente en ello. Besos linda Karol.

Carlos: Es muy bonito lo que dices. Besitos mi Carlitos.

Waiting for Godot said...

Capochoblog: A mi me gusta la gente como tú mi Nany. Besos.

Janecita: Yo también! :) Besos.

Orle: Es así, hay que aprender de cada momento. Besos.

Genín: Besos para ti. Mil. :)

Champy: Y a ti. Besos.

Waiting for Godot said...

Yolanda Fernández: Un beso para la Teresa que comenta! :)

MARICHUY: Cuando yo hablo de belleza, hablo de la que viene del alma, esa es la que se refleja siempre, esa es la que perturba y enamora, y con la que no puede ni la pubertad ni la vejez, porque esa no tiene edad, se tiene siempre,o no, y Teresa tiene esa belleza, del alma y esa sale y brilla siempre. La fealdad del alma hace que veamos gente fea, nada físico, solo algo del alma. Y es esa misma la que amarga. Besos para ti.

Pablo J: Pues es eso lo que definen como Karma los expertos. Si tu alma no es feliz y libre, todo lo demás es una ruina. Besos Pablo. Gracias a ti.

edgar: ese refrán aplica si nos basamos solo en lo que ven nuestros ojos, no nuestros corazones. La belleza como yo la concibo, viene del alma, y ella se refleja en el exterior como una luz que lo irradia todo, no es algo que viene de afuera hacia adentro sino al revés, igual la fealdad, no es un plano físico para mí, de allí que para mí Roberto Benigni sea uno de los hombres más bellos del mundo. A Laura la dejamos trabajando en su tienda, si es feliz o no, ya no es parte de esta historia, quizás de otra. Besitos Edgar.

Johana: Yo no he conocido la envidia nunca, solo una vez he sentido algo parecido y ya lo he confesado varias veces: al ver a la ex de George Clooney de su brazo en la alfombra roja de los Oscars, lo que sentí creo que se acerca mucho a ese sentimiento :P
De resto, me limito a ver lo que tengo y lo que quiero y no uso a nadie de referencia a menos que sea para aprender lo bueno. Besotes.

Waiting for Godot said...

la gurisa: que sabios son los papás. Besos para ti mi Marisa Tomei.

Pame: yo también la espero :) Besos para ti. Gracias por tus palabras.

Martiux: no podemos pensar en venganza cuando en nuestras vidas todo lo que nos rodea es maravilloso, la venganza se las dejamos a las personas pobres de espíritu que no pueden ser felices ni aún teniéndolo todo para serlo. Besos para ti.

Lena: no lo sabrás tu! :) Besos.

Fernando: a veces la vida real sorprende más que la de ficción, muchas historias se tejen día a día en el mundo, las creamos o no. ;) Besos para ti.

NuNú said...

Sorpresas te da la vida ay ay ay

No sé si el tiempo pone a cada uno en su sitio, pero sé que la gente se da a sí misma lo que se merece. Me gustaría pensar que podemos crear una sociedad en la que cuente realmente cómo eres y no el dinero que tengas, la clase a la que pertenezcas o si usas o no usas la marca de moda...
Pienso que cada día estamos más cerca de ello.

Carmen said...

Me ha gustado leerlo, además esto de: -niñas bien-, me ha traído muchos recuerdos de mi pueblo, donde se decía Fulano viene de "gente bien" y eso era un título. En fin.
Un beso

Verbo... said...

A ésa edad es de esperar
es la moda
ser comparativa
y caer en la envidia,
quizás en la adultez
se adopta un poco de madurez.

Besos Godi ♥

M.

Susymon said...

En mi país se diria..."Se cosecha lo que se siembra", aleccionadora y realista tu historia, un abrazo grande.

Waiting for Godot said...

NuNú: Espero que sea así. Besos mi NUnu!

Carmen:gente con estereotipos en la cabeza hay mucha. Gente que con algo de dinero se siente superior. Lo bueno es saber que hay mucha gente contraria a esa forma de ser. Besos!

Verbo: He visto muchos adultos comportarse así. Besos.

Susymon: Eso creo yo también :) Besitos.

Fran Invernoz said...

Ja¡, Las niñas bien también existen en Argentina. Coincidimos en muchas cosas con Venezuela y Hugo Chávez copia a Perón, je¡