Cuando asistí al festival de cine de Venecia por primera vez debo reconocer que muchos mitos cayeron, no era lo que esperaba, porque me di cuenta que allí puede ir cualquier bazofia, recuerdo que nos tocó ver, entre otras, dos películas que además se presentaban a concurso las cuales eran una basura tan grande que no me imaginaba cómo podían haber llegado hasta allí, porque yo siempre supuse que algún filtro tenían que pasar para poder concursar, concluí que seguramente no era así y que allí mientras más llenaran espacio de los días que dura el festival, pues mejor, y todos los incautos que caímos en aquella trampa creímos que al pagar una entrada en uno de los festivales de cine más conocidos del mundo tendríamos garantía de buen cine.
Pero no fue así.

Es por eso que no me extrañó para nada que la última película de ficción de Oliver Stone fuera presentada en ese festival con bombos y platillos, allí cualquiera se cuela y con dinero petrolero supongo que aún más. Stone iba con una corbata roja rojita que sería lo único revolucionario que llevará en su vida, de la mano junto a su comandante que por pura "causalidad" llevaba la misma corbata roja rojita y de seguro un maletín llenito de dinero para pagarle todo lo prometido si todo salía "según lo acordado".
Todas las grandes estrellas son excéntricas por lo general, y el Presidente de Venezuela no podría ser la excepción, en el contrato firmado antes de grabar esa película de ficción cuyo protagonista principal es el gran actor latinoamericano Hugo Chávez, habría una y mil claúsulas que aseguraran que todo lo relativo al film iría al gusto de lo que el actor principal esperaba del director Stone que sabe lo cochino que es el dinero capitalista y por eso lo prefiere socialista, sí, dólares socialistas que contaminan menos sus manos que los dólares sucios capitalistas,porque el capitalismo es malo Oliver Stone, revolucionario de festival, revolucionario de corbata roja.
Yo, la verdad, hubiera preferido que Stone grabara una película de acción en mi país, para que el mundo entero supiera de una vez y para siempre lo que ocurre detrás de las cámaras en ese país mío llamado Venezuela, a pesar de haber visto alguna película de Stone que me ha parecido interesante, dudo luego de esto que sea un buen director de cine, porque de haber sido Stone un buen director de cine habría visto el potencial tan grande para grabar una de sus mejores películas de acción en Venezuela que de seguro no sólo hubiera entrado a concurso en el festival sino que además algún buen premio le habría supuesto, triste que Chávez insista "convenientemente" en mostrar sólo una cara maquillada del país, esa inclinación por mostrar sólo lo irreal de mi país le viene de seguro por su vena de gran actor y el que dude de la capacidad actoral de Chávez que piense que hay que ser actor y muy bueno para vestir de Armani y a la vez venderle al mundo que eres un revolucionario que odia el capitalismo, así como lleva haciéndolo Chávez todos estos años (acompañado de unos buenos Rolex). Yo creo que si Chávez hubiera llevado al Stone por ejemplo, a alguno de nuestros barrios pobres caraqueños donde más de 70 personas son asesinadas cada fin de semana, su película Platoon se habría quedado pendeja al lado de una película filmada con actores reales en Caracas que además de ñapa por alguno dólares sucios capitalistas que les asegurara algo de comida a sus familias, hubieran muerto realmente porque al final la mayoría sabe que si no es hoy, es mañana, así que mejor morir en una película que les mata igual pero por lo menos les lleva a la fama póstuma y no a ser sólo una cifra de los cientos de muertos mensuales en mi país.
Oliver Stone, mientras usted dice cosas de ficción como: "el mundo en general necesita decenas de Hugos Chavez (...) de dirigentes que cumplan lo que prometen" muchos caraqueños mueren asesinados cada fin de semana sin conocer ni siquiera el futuro que dice usted que todos tenemos con Chávez al poder, y que llevan esperando los últimos diez años el cumplimiento de esas promesas tan falsas como su afirmación sobre el Presidente de Venezuela, su gran actor llamado Chávez.
NO, Oliver Stone, no podemos ver tu película como un documental informativo, porque a nosotros un Chávez como el que presentas igualado a una promesa de futuro es tan ficción como el que tú seas un hombre revolucionario y socialista.
Disfruta de tus dólares, mientras te duren, porque la fama de buen director ya la perdiste, por lo menos en tierras venezolanas.