Arca de Noé en Amsterdam
Estas cosas son las que te pasan en Amsterdam y hacen de esta ciudad una de las mejores del mundo.
Camino a tu trabajo te encuentras con el Arca de Noé
Y piensas estoy soñando?
Estas cosas son las que te pasan en Amsterdam y hacen de esta ciudad una de las mejores del mundo.
Camino a tu trabajo te encuentras con el Arca de Noé
Y piensas estoy soñando?
Vivido y Contado por Waiting for Godot el 31.3.08 50 Viven y Cuentan
Estaba escuchando mi podcast favorito de la red, Las 5 de la Mañana que cada lunes publica Guillermo Amador en su blog El Modulor.
Tenía mucho tiempo sin disfrutar, como debe ser, de esta música muy bien selecta que Guillermo pone a disposición en su blog, realmente me alegra siempre los días.
Mi vida ha estado llena de viajes los últimos meses, antes de estar 7 semanas en Venezuela pasé una semana maravillosa en Cádiz con dos hombres a los que adoro: mi padre y er pisha de cai, estando en Cádiz recibí la llamada de un buen amigo maracucho que vive en Barcelona, un amigo que me hace muy feliz con sus llamadas porque siempre trae cosas buenas a mi vida. Mi amigo me preguntaba dónde estaba porque insistía que conmigo NUNCA se sabe, le conté que estaba en Cádiz por pocos días y que pronto iría a Venezuela, mi amigo me dijo de una manera muy graciosa que me hace reír sólo al recordarlo : " ay Chinita dále calor a ese hogar, no parás"
Desde entonces he adoptado esa frase y cuando quiero volver a la normalidad en algo me digo a mi misma que le "estoy dando calor a mi hogar", pero no hablo sólo de la casa sino de mi vida en general, volver a la normalidad en todas las cosas de mi vida, dar calor al hogar.
Hoy fue uno de esos días de darle calor al hogar.
Por primera vez en 5 meses he visto a mi jefa en la oficina, ella está saliendo poco a poco de una depresión terrible en la que cayó producto de un divorcio inesperado, no pienso dar detalles del porqué, cómo, dónde, cuándo,quién porque no son importantes. Lo que realmente me aterraba era la idea de que mi jefa no volviera nunca más a la oficina, era como estar en una escuela sin maestra, la sensación era extraña, aunque ella respondía emails urgentes, no era lo mismo sin su presencia al ciento por ciento, en cuanto la vi entrar por mi oficina fui feliz, sí, yo sé que lo normal en la historia de oficinas y jefes es que uno no quiera a su jefe, pero en mi caso no puedo decir lo mismo, ella para mi es un ángel, de esas personas que existen y mucho en este planeta, de esa gente buena que ayuda a todos y sólo piensa en lo mejor para todos ( por lo menos para todos los que trabajamos para ella)
Mientras escucho Las 5 de la Mañana de Guillermo y suena la canción SOMEBODY TO LOVE no puedo evitar pensar en mi jefa, en todo el amor que se merece, y que quizás para salir de ese mal trago que le ha dado la vida necesite eso, alguien a quién amar y volver a ser feliz, volver a la normalidad, volver a dar calor a su hogar.
Esperemos que así sea.
P.S.: Acabo de enterarme de algo que me ha dejado sin palabras, por la casualidad, mi ex jefa (una mujer tan maravillosa como mi actual jefa) la misma que alguna vez me dijo que nunca encontraría a un hombre para ser feliz, se casa!, sí, se casa! y me ha dicho que está feliz con esa mitad que nunca pensó hallar, estoy muy feliz por ella.
Vivido y Contado por Waiting for Godot el 25.3.08 63 Viven y Cuentan
En Holanda no es feriado, sólo tenemos libre el lunes después del día de Resurección que aquí se le conoce como Domingo de Pascua y al lunes que le sigue le llaman de una manera muy original : "Segundo día de Pascua" si en algo no se matan la cabeza los holandeses es en ponerle nombres a las cosas, aunque claro, la dificultad está en pronunciar esos nombres porque a pesar de que son simples en su conjunto, al estar unidos la cosa suena muy complicada y por eso la gente se asusta ante el idioma y es que " Tweede Paasdag" suena un pelín intimidante aunque finalmente es una palabra tan simple como pelar mandarinas.
La Semana Santa en Amsterdam se me hace rara, no me acostumbro a la idea de que aquí nadie va a dejar de comer carne, ni irá a Iglesias, ni pensará en la muerte de Cristo el viernes santo, ni tendrá que verse 30 películas distintas sobre " la vida, muerte y pasión de Cristo" porque en la tele es lo único que pasan (o pasaban) cuando vives (yo vivía) en Venezuela. Esta semana al ser en Holanda una semana como cualquier otra me hace sentir como si me faltara algo o lo que es peor como si pecara un poco. Y eso tiene mucho que ver con el hecho de que mis padres siempre han vivido la Semana Santa de una manera muy religiosa y nos sembraron en el corazón esa costumbre que se hace difícil de ignorar.
Muchas Semanas Santas han coincidido durante la semana de mi cumpleaños, eso siempre me ha gustado porque a pesar de que me han "aguado" las fiestas, al coincidir durante Semana Santa han hecho de esos días algo especial, no pienso que al caer en mi cumple me hagan más santa, no, eso nunca, sólo que en cierta forma convierten ese día en algo diferente.
Mis padres nos criaron visitando al Nazareno de San Pablo los miércoles de Semana Santa y el Jueves las 7 iglesias (como creo se acostumbra en toda Venezuela). El Nazareno en Venezuela se visita en la Basílica Santa Teresa que está en pleno centro de Caracas, de pequeña me encantaba ir porque todo en ese sitio cercano a la iglesia olía a Semana Santa y me recordaba que era bueno creer en algo, ahora de adulta cuando paso por esa zona de Caracas me siento extraña si no huele a Semana Santa, es como si fuera otro sitio, cada miércoles de Semana Santa mi papá nos hacía madrugar (aunque eso lo hace él siempre hasta para ir a la playa, pero eso es cuento para otro post) para ir a ver al Nazareno. Mi madre, cuyos padres fueron a la vez más estrictos en temas religiosos que mis padres en Semana Santa, sigue manteniendo cosas de su infancia como por ejemplo "no hacer mucho ruido" el Viernes Santo o Sábado de Gloria.
Crecimos creyendo que todas estas costumbres eran lo correcto y no saben lo medio mal que me he sentido al no poder seguir todas al pie de la letra durante las Semanas Santas que han coincidido en Amsterdam.
Pero no se puede ir en contra de una sociedad y uno trata de adaptarse lo mejor que puede a lo que le toca y yo, aunque mantengo muchas costumbres religiosas, de otras muchas me ha sido fácil desprenderme (incluso estando en Venezuela) porque mis padres (gracias a Dios) nunca nos impusieron nada y nos enseñaron que finalmente lo válido es saber diferenciar lo que está bien o mal para nosotros y actuar acorde a ello sin hacer mal a nadie. Así de simple. No significa que tenga nada en contra de la gente que sigue los mandatos religiosos de la Iglesia Católica al ciento por ciento, no, simplemente respeto lo que todos hacen y creen, así como espero que el resto haga lo mismo conmigo.
"Allí donde fueres haz lo que vieres" y como aquí no hay iglesias Católicas que visitar ni un Nazareno esperando a que le vengan a pagar penitencia, hace que el comer carne y hacer ruido en estas fechas se sienta menos pecado.
Aunque no dejo de prender velas al Nazareno porque Amsterdam será muy Amsterdam pero mi creencia a ciertas cosas es aún mayor y con más arraigo, son muchas Semanas Santas en mi casa, esa casa donde Semana Santa no era sinónimo de vacaciones colectivas sino días para recordarnos que siempre que se tenga fe en algo, cualquier milagro es posible.
P.S.: A lo que no me acostumbro es a no comerme el arroz con leche y canela que prepara mi madre todos los viernes Santo, esa costumbre si que se extraña cuando no estoy en Venezuela (mi madre no lo prepara en ningún otro momento del año y miren que le queda requetebueno).
De Peligro a Pele el Ojo (o de como el venezolano usa refranes para explicar lo inexplicable) : "Allí donde fueres haz lo que vieres"
Vivido y Contado por Waiting for Godot el 17.3.08 66 Viven y Cuentan
Donde voy, llevo todo lo que soy.
En mi maleta de mano llevo las cosas personales que uso cuando viajo: maquillaje (nunca falta, disculpen si decepciono), música (ahora con un nuevo Ipod que me regaló mi moderna mamá), si el viaje es largo o viajo sola llevo UN LIBRO para leer, accesorios (zarcillos, pulseras, collares, y un largo etc), estas cosas son imprescindibles en mi maleta cuando viajo (cosas comúnes y corrientes que usamos todos los mortales).
Pero hay algo que llevo conmigo a todas partes, quien soy.
En esa maleta que se llama alma y se llena con las cosas buenas que vamos acumulando en el trayecto llamado vida y que nos hacen tan diferente a los demás, porque lo vivido nos moldea queramos o no. Si llego a Alemania luego de un largo viaje desde Caracas y un guardia de seguridad me detiene para interrogarme, el hecho de que yo le termine hablando un Spanglish sin poder evitarlo y que me muera de la risa en el interrogatorio al ver que el cansancio no me deja pensar ni pronunciar ninguna frase completamente en inglés y que además contagie de risa al señor que me interroga que se supone que debe tomar su trabajo seriamente sobre todo teniendo un perro y a su jefe cerquita preparados ante cualquier eventualidad,demuestra quien soy. Esa que tiene la maleta del alma llenita de cosas que me hacen reír hasta en los momentos donde debo mantener seriedad.
Y me gusta.
Me gusta saber que soy así, que llevo en mí a esa misma que fui desde siempre, desde antes de viajar sola por el mundo y poder hablar varios idiomas (aunque a veces me fallen cuando estoy cansada jijiji), que la vida no me cambia sino que enriquece aquello de lo que estoy hecha, mis bases, esas que me han dado mis padres y que siempre me recuerdan que no puedes olvidar de donde vienes para estar más segura mientras das los pasos hacia donde tengas que ir.
Estoy en Holanda, regresé, pero volveré pronto a Venezuela, porque uno siempre vuelve a donde pertenece y aunque yo pertenezco a varios sitios, Venezuela es uno de mis favoritos.
P.S.: Masmi, lo prometido es deuda, ya sabes que llevo cuando viajo ;)
Vivido y Contado por Waiting for Godot el 12.3.08 59 Viven y Cuentan
El tiempo pasa volando...
Aunque eso es algo que yo ya sé desde hace tiempo y por eso intento aprovechar siempre los días al máximo desde el minuto uno.
No se puede hacer todo lo que uno quisiera pero si disfrutar todo lo que se hace. Esa es mi máxima siempre.
Mi familia se ha desbordado a no más poder conmigo, no me puedo quejar, me quieren tanto como yo a ellos y eso se siente en cada palabra, cada gesto, cada sonrisa, cada llanto compartido mientras se está junto.
Es una cosa loca, pero muy cierta, cada vez que vuelvo me siento como si nunca me hubiera ido, eso me pasa siempre, recorro las calles y es como si Caracas siempre se detuviera cada vez que me despido de ella para estar igualita a mi regreso, es bonito, como el amor, que aunque pasen los años se mantiene intacto si es sincero, intacto esperando la vuelta de la persona amada para seguirla queriendo como antes o más.
Esta visita a Venezuela es distinta a las demás, tenía muchas ganas de familia y me estoy cargando de toda la dosis posible, quiero disfrutar el día a día, la cotidianidad, la comidita casera, los abrazos de mis padres, hermanos y cuñados, es así, simple y grande a la vez.
Hoy, podría estar en cualquier lugar del mundo, hoy, estaría tan feliz en cualquier lugar como lo estoy aquí, pero hoy, al lado de mi familia, además de feliz me siento tan completa y eso, no tiene precio.
No quiero que este post suene nostálgico, no, es todo lo contrario, quiero que suene a campanadas de felicidad y amor, porque es así como me siento.
Falta una semana para estar de vuelta en Holanda, y ya tengo por escrito una lista de todo lo que me gustaría hacer antes de irme, aunque siempre me reservo algo para la vuelta, para asegurarme que el regreso esté lleno de buenos deseos.
Estaré en Venezuela por casi 7 semanas y aunque sé que suena a mucho tiempo, no lo siento así, porque el tiempo vuela cuando uno se la pasa bien y yo me la estoy pasando de lo mejor, así que esta última semana me queda disfrutar por mi y por todos aquellos que sueñan con estar por estos lares y sentir lo mismo que yo estoy sintiendo en este momento.
Se les quiere mucho.
Vivido y Contado por Waiting for Godot el 4.3.08 51 Viven y Cuentan