Hace un año estaba en Holanda y escribía sobre mi Nono, era su cumpleaños y recordaba con una sonrisa grandota en mi cara que nadie como él me sabe hacer café.
En febrero de este año cuando estuve en Venezuela, mi mamá, mi Nono y yo nos fuimos a hacer compras en el supermercado y mientras nos poníamos de acuerdo sobre el vino que queríamos comprar para una reunión familiar que tendríamos esa misma tarde, mi Nono me contó que uno de sus mayores sueños era hacer una fiesta para su cumpleaños donde estuvieran la mayoría de sus hijos, nietos y bisnietos, al final me mató con esas frases arruga corazones: ¨y que usted también venga a la fiesta mi chinita¨.
Su petición fue un pacto, lo sellé y me prometí a mi misma que pasara lo que pasara estaría con mi Nono este año el día 3 de Noviembre para su cumpleaños. Y así fue.
Mi abuelo, su sonrisa, su cara de felicidad mientras le cantábamos cumpleaños todos los hijos, nietos y bisnietos que habíamos venido para ese gran día (pude reunir a un gentío), eso es algo que no olvidaré jamás. Solo recordarlo me pone la piel de gallina y eso que fue hace pocos días.
He venido a Venezuela por tres motivos principales, el cumple de mi sobrina bella, el cumple de mi abuelo y el de mi hermana menor que es hoy (y que pensamos celebrarlo a lo grande como ella lo merece), he tenido unos días fabulosos rodeada de familia a la que amo (mucha familia, porque la mía es grande, gracias a Dios) y amigos (no he visto a tantos como quisiera pero es que los días no me alcanzan para todo lo que quiero hacer, me desquito a la vuelta!).
Me siento afortunada de poder estar aquí y haber logrado cumplir uno de los sueños de mi Nono que a los 84 años nos canta canciones y nos cuenta todas las historias de él y mi Nona Paulina cuando estaban recién casados, fue el día antes de su cumple que nos enteramos que mi Nono y mi Nona habían decidido al casarse tener una luna de miel que durara cuatro años y me decía que ese fue uno de los secretos de la felicidad que compartieron por tantos años (esa y que siempre la llevaba a bailar porque a ella le encantaba). Mi abuelo habla de mi Nona en presente porque según él mi abuela sigue viva, habla con ella y siempre le acompaña, sobre todo en los días en que se enferma, allí está ella para cuidarle. Si él me lo dice, yo se lo creo, porque al final todos sabemos que la gente muere sólo si nos olvidamos de ellos.
Aquí paro mi relato, con aroma de Café, como mi Nono, ahora salgo corriendo porque quiero comprarle una torta a mi hermana, digna de una princesa como es ella.
Besos para todos. Se les quiere mucho.