30.9.08

Mi mamá me mima

Mi mamá me ama.

Mi tía que ha venido con ella, por primera vez a Amsterdam, también me mima y me ama.

Y yo, para no quedarme atrás, las mimo y las amo a las dos por igual.

Así estamos.

Besos para todos, feliz semana.

22.9.08

Diez meses de vida

Sólo diez meses de vida.

Sólo diez meses.

Y es hoy, a diez meses de su nacimiento, que mi sobrina comienza a dar sola sus primeros pasos en la vida.

Espero que caminando por esta vida encuentre siempre en su camino pura felicidad y amor.


Besos para todos. Feliz semana.

19.9.08

Cambios

Mientras escucho a Lenine y Julieta Venegas cantar la canción Miedo, leo en voz alta parte de la letra de esta canción que me gusta tanto:

"El miedo es una raya que separa el mundo
El miedo es una casa donde nadie va
El miedo es como un lazo que se aprieta en nudo
El miedo es una fuerza que me impide andar"



"El primer enemigo del hombre es el miedo. Eso decía Castaneda en su libro Las enseñanzas de Don Juan. Lo has leído?" me pregunta mi amigo que unos segundos antes escuchaba con detenimiento lo que leía.
"Sí, pero hace algún tiempo y por lo visto con tan poco interés que no recuerdo esa parte" le respondo.

Lo leí durante la Universidad, en los primeros años de carrera, obligada por la profesora que peor recuerdo de todo mi paso por la Universidad. Era ese tipo de personas a las que quieres o no, por lo menos así lo veía yo y, en mi caso, desde el principio me uní al gran grupo que decidió no quererla, sinceramente no sé que ha sido de la vida de esa profesora, tampoco me ha interesado mucho saberlo.Debe ser triste ser profesor y estar un año hablándole a tus alumnos y luego que mucha gente no quiera ni recordarte... Supongo que al final algo de certeza hay en aquello que nos recuerda que todos recogemos de alguna manera lo que sembramos.

Yo quería hablar de los Cambios y mientras escribía llega esa música, letra y las palabras de mi amigo que me traen con claridad lo que quiero transmitir. Y es precisamente eso. Miedo a los cambios.

Creo que mucha gente le teme a los cambios, por eso no son capaces de dar un giro en un momento determinado a la vida que les rodea y que no les llena plenamente. Cambiar no siginifica necesariamente dar la vuelta a la página del libro que vivimos sino ser capaces de reescribirla para rodearnos solo de aquello que nos llena la vida de cosas buenas.

Cambiar, es una palabra que paraliza, mucha gente le teme, porque asocian el cambiar una situación con cambiarse a sí mismos. Yo en estos momentos no quiero cambiar como persona, siento que todo lo que tengo en mi interior es lo que necesito, pero no me lo pienso dos veces en cambiar algo del entorno si me incomoda. Porque estoy convencida que podemos ser felices con nosotros mismos pero si el entorno no es agradable, terminaremos contaminándonos el alma, lo queramos o no.

Igual hay cambios que no necesariamente vienen de la mano con algo malo, yo no me vine a este país por ejemplo, porque quería cambiar Venezuela, nunca fue así, no vine huyendo de nada ni de nadie, era muy feliz allá y todo me iba de maravilla, decidí cambiar, sin miedo, porque en aquel momento mi alma me lo pedía (y yo normalmente le doy a mi alma todo lo que me pide). Fue un cambio positivo, pero nunca lo hice huyendo de un entorno que no me convenía, todo lo contrario, mucha gente que me conocía en aquel momento siempre me preguntaba porqué lo hacía y yo simplemente me limitaba a decir lo que sentía y era que quería ver que tal era vivir en otro lado, probar lo que el mundo tenía para ofrecerme. Tengo una familia maravillosa que siempre me apoya, mis padres nunca me dijeron nada negativo para hacerme desistir de la idea, ni menos se asustaron porque entre otras cosas dejaba un buen empleo (me habían hecho una muy, pero muy buena oferta laboral unas semanas antes de partir).

Quizá eso me ha ayudado a no temer a los cambios, el saber que la gente que me quiere siempre me apoya en las decisiones y eso, quieras o no, es un gran alivio.

"El miedo es una fuerza que me impide andar" escucho nuevamente en la canción de Lenine y Julieta, me gusta escucharlo teniendo la conciencia de saber lo que esas palabras significan, cuando temo a algún cambio, siempre termino hablando con mi viejo, un hombre muy sabio y muy bueno, que afortunadamente es mi papá, siempre le llamo porque me hace sentir segura con una frase que me repite desde pequeña: "tú eres tú y tú pasas", quizá es por eso que he tenido siempre la fuerza suficiente para pasar esa línea que es el miedo y que según la canción separa el mundo, supongo que lo separa entre los que temen a los cambios y los que no.

Me siento mejor desde mi lado de la línea, sin miedo ( cuando lo siento, llamo a mi papá)

Besos para todos. Feliz fin de semana.

16.9.08

Quince años

A Laura le molestaba la belleza de Teresa, con catorce años alguien bello es doblemente más bello cuando a esa edad se espera acné, cuerpos raros que todavía no terminan de formarse, caras raras que no logran definirse, tal cual como en el caso de Laura, por eso no le perdonaba a Teresa que fuera por la vida con una sonrisa y les recordara que aquel mal llamado pubertad no atacaba a todos por igual.

Todos los días al entrar a clases Teresa saludaba a todas con el " Buenos días" que su mamá le había enseñado desde que era una niña "Teresa no importa donde llegues siempre debes dar los buenos días o las buenas tardes". Y Teresa, que además de bella era muy obediente, así lo hacía. Pero Laura lo odiaba, ella era la única que no respondía a ese saludo, porque a su edad y sin haberse llevado muchos palos ya era lo suficientemente amargada para odiar a una persona que además de bella fuera simpática.

Teresa estudiaba en una escuela que en Venezuela llaman de niñas bien. A sus 22 Teresa pensaba que en realidad eso de Bien, venía por lo bien mal intencionadas que eran casi todas sus compañeras, pero en aquel momento, con catorce, sentía orgullo de poder estudiar en el mejor Colegio de su urbanización. A los padres de Teresa les costaba mucho pagarlo y eso lo sabían todos, incluso Laura. Quien tenía de fea lo mismo que de mala gente, solo que cuando se tienen catorce las personas no llamamos a las cosas por su nombre, en aquella época la definían como poco agraciada y un poco difícil. Pero la verdad era esa, era fea y mala gente.

De que Laura era fea Teresa lo supo desde siempre, la maldad era algo que no supo sino un poco más tarde, quizás en un momento un tanto cruel.

Era la época de los quince años, esa época donde todas invitan a todas para sus fiestas. Teresa ya sabía que a ella esa fiesta no le tocaba, sus padres le habían explicado que el dinero no les daba y que le comprarían algo de ropa y le cantarían el cumple pero que no podían hacer la fiesta soñada, prometían que algún día tendría no solo una fiesta sino 100 que la compensarían. A Teresa no le importaba mucho, pensaba que disfrutando de las fiestas de sus compañeras una a una podría vivir finalmente una gran fiesta, su hermana mayor que era muy buena costurera le tenía el vestido perfecto, uno al que le quitarían, pondrían, cortarían, alargarían a un precio que todos podían permitirse (así nadie notaría que era siempre el mismo vestido) y para regalar llevaban meses bordando unos bolsos muy bonitos que para suerte de ellas estaban de moda.

Quince, esa era la edad que todas cumplirían en los siguientes meses y el número de niñas que los cumplirían en el salón de clases. Teresa soñaba cada noche con todos esos quince cumpleaños que viviría como propios y que no le harían extrañar para nada una gran fiesta.

Laura por su parte llevaba todo ese tiempo planificando la manera de lograr que Teresa no fuera invitada a ninguna fiesta. El motivo era simple: no quería verla brillar en ninguna parte, no en su fiesta y menos aún en las demás. Una noche, mientras Teresa soñaba en bailes y tortas, Laura tuvo una idea que su mente malvada consideraba buena, decirle a todo el mundo que Teresa luego de clases cada día tenía que trabajar ayudando en una heladería, ella lo sabía porque la había visto, pero estaba segura que la mayoría no lo sabía " por qué no lo he dicho antes!" se recriminaba, es por eso que aquella noche Laura no durmió bien, no podía esperar a que las horas pasaran para poder destruir de una vez y para siempre la sonrisa de Teresa,la chica Bella y Simpática a la que odiaba con todas sus fuerzas.

Y así lo hizo, contó eso, ese detalle que en otras urbanizaciones, ciudades o países habría pasado desapercibido, pero para mala de suerte de Teresa, en su urbanización no fue así. Laura añadió además que tenía que trabajar para mantener a sus padres y que gente como ella no debía mezclarse con las de su clase. A todas les lavó el cerebro, a todas las convenció.

Teresa no recibió ninguna invitación.

Con veintidos años las cosas adquieren otra perspectiva, era por eso que Teresa ya no recordaba lágrimas derramadas, no sólo por la decepción, sino por todo el esfuerzo que su hermana había invertido entre vestido y regalos. Pero todo pasa. Incluso lo que en un momento determinado nos ahoga en llanto. Es por eso que todo se había olvidado hasta esa tarde, la tarde en la que Teresa entraba en la tienda de fotos para sacarse una para el pasaporte que la llevaría a recorrer el mundo por 6 meses antes de estudiar un Postgrado que algún país había financiado y que le prometía un futuro maravilloso. Tenía mucho dinero para su edad, un premio nacional de literatura le había abierto las puertas a un viaje para ir por el mundo sin sentirse culpable monetariamente. La vida le sonreía a Teresa, "de vuelta" diría su madre para terminar con una frase que le gustaba mucho utilizar " porque mi niña siempre ha sido una persona buena" .

Al entrar en la tienda vio a una empleada, joven como ella, que tenía una cara fea y amargada (algunas cosas nunca cambian), la reconoció inmediatamente, era Laura, esa misma Laura que se sentía superior, trabajaba en esa tienda porque nunca pudo terminar la universidad, sus padres perdieron todo el dinero con esas vueltas locas que da la vida y le tocaba trabajar duro tomando fotos todo el día a gente que como Teresa, podía viajar a lugares donde ella quizás no llegaría jamás.

Laura le contó todo a Teresa con pelos y señales, con esa facilidad verbal que solo da una vida llena de cosas trágicas, le hablaba con tanta familiaridad que a Teresa le pareció que Laura había olvidado todo el daño hecho. Por eso decidió no contarle nada.

"Y tú Teresa, vienes a tomarte una foto para el Pasaporte?" preguntó Laura, "sí" respondió Teresa, "te vas de viaje?", "no, solo me lo quiero sacar para el futuro, porque uno nunca sabe"

Teresa salió de esa tienda con foto en mano y Laura quedó contenta al saber que aunque Teresa seguía siendo tan bella como siempre, por lo menos ella tampoco viajaría.

Y allí dejamos a Laura, trabajando en esa tienda, soñando con un ascenso que quizás tardará 10 o 20 años en llegar, mientras Teresa en estos momentos, se bebe un café en una taza comprada en alguno de los diferentes países que visita continuamente, es un café que su madre quien la viene a ver seguido al país donde vive actualmente le trae con mucho cariño, nada ha cambiado para ella, sigue siendo igual de feliz que siempre, con el amor de los suyos, solo que le va mejor que antes, mejor económicamente, ya ha tenido esas 100 fiestas que sus padres le prometieron y siempre regala algo hecho por ella, cosa que sus amigos actuales siempre aprecian, y mucho.


De Peligro a Pele el Ojo (o de como el venezolano usa refranes para explicar lo inexplicable) : "la vida te da sorpresas"

11.9.08

Caos Calmo

En mi oficina ayer despidieron a dos personas.

Fue un día extraño porque desde que trabajo aquí nunca habían despedido a nadie, al llegar a la oficina nos anunciaron una reunión inesperada y nos avisaron que habían tomado la decisión de despedir a dos personas, al segundo aclararon que los despedidos no estaban entre los que estábamos reunidos, a los dos les habían despachado a sus casas antes de que nos anunciaran todo.

Uno de los que despidieron es un buen amigo. Alguien simpático y que siempre tenía una sonrisa en la cara para todos, era de los que llegaba primero a la oficina y se iba de último, estos detalles te hacen pensar que la decisión fue basada en números y no en nada personal, porque de llegar a ser algo personal este hombre quizás habría sido el último en salir y apagar la luz.

Sinceramente me dio tristeza la idea de no verle a diario, no que perdiera su trabajo, el resto de mis compañeros en general basaron su preocupación en el hecho de que este hombre no tuviera trabajo, yo insistí varias veces que eso era lo que menos me preocupaba y relataba mi posición desde un punto de vista objetivo, aclarando que preocuparse por perder el empleo en un país como éste era una perdedera de tiempo, porque aquí si te despiden te pagan mucho dinero y luego mientras encuentras trabajo el gobierno te mantiene pagándote un buen salario. Tampoco le doy importancia a un despido porque siempre he considerado al trabajo como una parte de tu vida, pero no la fundamental, entonces que te despidan puede hacer que pases un tiempo de readaptación pero no debería ser algo que te quite tanto el sueño, porque no es tu alma, ni tu familia, ni un ser querido lo que te quitan, ni tu esencia, es un simple trabajo. Nada más.

Quizás el que vea las cosas tan claras viene de la mano de mi experiencia en un país como Venezuela donde la situación económica y laboral es totamente distinta, yo no puedo ver en este país nada que me asuste porque todos los fantasmas laborales y económicos ya me los espantaron por aquel lado. Al final es una gran ventaja.

Les aseguro que si hubiera sido yo la elegida para salir de la oficina, hoy estaría muy tranquila, porque este país te lo permite. De eso ha hablado mi amigo Sulaco en su bitácora muchas veces y creo que quien no viva en una sociedad como la holandesa, le costará entender que el que te despidan en este país no es ninguna tragedia, muchas veces puede llegar a ser incluso una gran bendición (por el buen dinero que te toca y que te permite irte de vacaciones un buen tiempo).

Después del caos viene el calmo

Anoche fui al cine con un buen pana, vi la película italiana Caos Calmo y sentí como siempre que me venía como anillo al dedo y otra vez,como casi siempre en mi vida, todo encajaba.

Les digo que la película es muy buena, la recomiendo, no es la mejor película que he visto en mi vida pero me parece que es una película que todos debieran ver. La historia gira alrededor de un hombre exitoso a nivel laboral que teniendo el trabajo como prioridad, deja a un lado todo lo demás y se da cuenta tarde y de una manera muy cruel lo grave que esto puede llegar a ser.

Al salir del cine nos sentamos a tomar algo en un sitio donde veíamos por completo la Plaza Rembrandt de Amsterdam, iluminada con esa luz que solo tiene la Amsterdam nocturna, entre copas y palabras compartidas los dos respiramos al saber que muchas cosas todavía no tendremos claras en la vida (y quizás nunca las tendremos) pero si algo habíamos aprendido y muy bien en esta vida es que la familia y los amigos están muy por encima del trabajo en el que inviertes parte de tu día.

Y el que no lo tenga claro, que no se preocupe, tarde o temprano a todos nos toca pasar por un Caos Calmo particular.

Un beso enorme para todos.

7.9.08

Dos portadas



Siempre he pensado que la vida tiene dos portadas.
Lo recordé al comenzar a leer un libro que me regalaron las pasadas navidades.


El libro traía dos portadas de esas de papel que envuelven los libros hoy en día. Sinceramente las dos portadas de papel, que eran exactamente copia la una de la otra, no me molestaron hasta la página 107, aquel día se me hizo complicado pasar de página sosteniendo tanta portada junta, así que decidí botar una de las dos a la basura. Y pude continuar leyendo tranquilamente unas páginas más.

Al día siguiente quise seguir leyendo, recordé que el libro lo había dejado cerca de mi bañera, pues era allí donde leía las páginas el día anterior mientras me tomaba una copita de un vino que un buen amigo me había obsequiado. Al agarrar el libro entre mis manos sentí que la contraportada estaba mojada e inmediatamente me di cuenta que no era de agua, sino de cloro. Limpiando la bañera algún cloro se habrá derramado, no me di cuenta y al terminar de leer, puse el libro allí, quedando empapado. Retiré la portada, la sequé como pude pero quedó medio arruinada, cuando ya se me había pasado el disgustico que deja cometer un error tan tonto, comencé a leer la página 111: " en la vida normal, nada encaja, nada cuadra, o mejor dicho casi nada encaja... porque, en lo que a simetrías, similitudes y demás carcajadas del destino se refiere, lo más que se puede afirmar es que se producen a veces sí y... a veces no..."

No pude evitar reirme por la ironía, porque en mi vida normal por regla general ocurre todo lo contrario, todo encaja, todo cuadra, o mejor dicho casi todo encaja (discúlpeme Carmen Posadas por llevarle la contraria, no se me ofenda que no es nada personal, si lo fuera ya no iría por la página 215 de su libro). Incluso con estas dos portadas, todo encajaba una vez más, ya que hasta la página 107 me había preguntado una y otra vez el porqué tenía dos portadas, no me hacía falta tener dos, por eso decidí botar una, esa misma que al día siguiente me haría falta porque al arruinarse una podría haber usado la otra que tenía de reserva pero decidí botarla aún cuando el azar y la fortuna me habían dado dos para enfrentar ese destino.

Leyendo a Marce , vino a mi mente ese hecho. Aunque estoy convencida que el azar y la fortuna juegan un papel muy importante en nuestras vidas, también creo que es en nuestras decisiones donde tomamos la palabra y lo marcamos todo para siempre.

Las dos portadas de mi libro es un ejemplo simple y quizás hasta tonto, pero es tan trascendental como todo lo demás que en mi vida finalmente siempre termina encajando. No era mi destino que se me arruinara una portada, porque tenía dos, fui yo quien decidió no tener una extra y al final me quedé sin el chivo y sin el mecate (como decimos en mi país para decir sin lo uno ni lo otro).

Yo creo que en nuestras vidas siempre tenemos dos portadas, cada una preparada para la decisión que tomemos, ninguna de ellas es el único destino que nos corresponde, ninguna de ellas nos hará más o menos felices, sólo van conectadas a un sí o no que digamos en un momento determinado, y eso afecta el resto de nuestras vidas, pensamos que lo que pasa es lo mejor y es cierto, es lo mejor porque es lo que decidimos hacer que pasara, pensamos que la persona que elegimos fue la mejor y también lo es porque es a la que aceptamos en el momento que tuvimos que decidirlo, pero no significa que con cualquier otra persona a la que no aceptamos en un momento determinado no habríamos sido tanto o más felices, eso no lo sabremos, tampoco significa que las decisiones que tomamos no las podamos cambiar, porque finalmente todos podemos elegir en un momento determinado botar la portada vieja y darle la bienvenida a una nueva, porque en la vida normal no hay una persona tan tonta como yo encargada de las dos portadas que bota una sin pensarlo, en la vida real normalmente la fortuna y el azar te cuidan muy bien esa nueva portada, la guardan para ti llegado el caso de que la que decidiste conservar se te llene de cloro y se arruine. Al final siempre tenemos otra oportunidad, porque la vida, esa no es tonta, esa te cuida la segunda portada y nunca la bota, la reserva para ti, por si la necesitas.

Yo estoy contenta con la portada que elegí, no del libro (con esa me agarré una voladora como diríamos en mi país) sino con la portada de mi vida normal, esa hasta ahora se llena con aroma a rosas, y la rosa normalmente no tiende a mezclarse con el cloro tan fácilmente, pero si lo hiciera, ya sabré que hacer (porque a mi se me arruinan portadas sólo una vez, no dos).

Besitos para todos. Feliz Semana.

Gracias mil por sus palabras de apoyo en mi post anterior. Les prometo que me sentí mejor incluso a las pocas horas de haber escrito el post, y es que me tocaba desahogarme...

2.9.08

Ando triste hoy

Hace algunos días, no podía quedarme dormida, entonces me puse a preguntarle al Pisha de Cai las tonterías que me pasan por la cabeza cuando no puedo quedarme dormida , le dije si él pensaba que la vida tenía sentido y él me respondió con esa tranquilidad con la que responde todo, que él creía que no, que el sentido se lo teníamos que dar nosotros mismos.

Hoy me enteré que la madre de una amiga murió hace un par de meses, la señora sufrió mucho con una enfermedad que duró poco pero pareció eterna, me he sentido muy triste por eso. No puedo evitarlo. Me pongo en su lugar y bueno, me siento muy mal.

Entonces recuerdo esas palabras del Pisha de Cai, sobre que la vida no tiene sentido y tenemos que dárselo nosotros...

Mientras, intento espantar la tristeza con música.


Quiero que mi mamá viva muchos años, muchos (ella y todos a los que quiero).


Estoy triste. Ya se me pasará.

Besitos para todos