Cada día tomamos decisiones, es parte del juego de la vida, desde el simple momento que decidimos levantarnos de la cama al abrir los ojos, nuestro día comienza y con el muchas pero muchas decisiones por tomar, desde las más simples (como qué desayunar o ponerme) hasta las más trascendentales que pueden cambiar tu futuro a corto o largo plazo.
El sábado 28 de abril tomé la decisión de visitar a
Adriana, era un día de sol londinense, de esos que hacen que toda la luz entre por todas partes, es tan perfecta y limpia la iluminación que parece de mentira (es algo así como si estuvieras en un set de filmación constante).
Esa misma luz trajo a Anya por primera vez a mi vida, ella entró por la puerta de la casa de la mano de Eduardo (su padre y esposo de Adriana), juro que nunca olvidaré la primera vez que vi el rostro de Anya. Ver a Anya fue algo muy mágico, esa niña es tan hermosa, tan perfecta y aunque tanta belleza a través del blog de
Adriana parezca mentira, es real, existe y se llama Anya. Simplemente espectacular. Anya llegó con sus ojos que parecen lanzar miles de estrellas en el aire, yo simplemente no pude resistirme y grité de la emoción, como consecuencia Anya se asustó. Me costó un ratito recuperar la confianza de Anya pero esa niña es tan dulce que a los pocos minutos ya estaba preparando un Té digno de ella, de la inglesita maravillosa, en su casita donde tiene de todo para prepararnos desde el mejor té (como el que me hizo a mi) hasta una pizza (que probaré la siguiente vez).
Con lo que yo no contaba era con la prisa, al final las cosas no salieron como pensaba inicialmente y tuve que tomar la decisión de salir corriendo de la casa de Adriana para no perder el tren que me llevaría al aeropuerto en Gatwick. Me despedí de Anya con el corazón arrugado porque quería escucharle hablar aún un poquito más con ese acento inglés que en ella suena como me imagino hablarán todas las princesas de cuento que me leían de pequeña. Me quedé con ganas de parrilla ( la misma que Eduardo preparaba entusiasmado para nosotros) me quedé con ganas de Adriana (que desde el primer abrazo me hizo sentir parte de su vida y me invitaba a reunirnos una vez más y otra y así para siempre). Me quedé con ganas de todo pero tuve que tomar la decisión de irme volando con Eduardo en su auto a mil kilómetros por hora para no perder el tren. Pero lo perdí, ese tren y el siguiente también.
Me tocó decidir nuevamente que hacer, luego de un susto que me recorría el cuerpo pensando que me perdería el bautizo de mi Abraham sino llegaba a Sevilla esa tarde, pensé por dos segundos y decidí tomar un taxi. Desde la estación hasta el Aeropuerto era una hora, y una hora exacta era lo que tenía para no perder el vuelo. Al taxista se le pusieron los ojos como platos cuando le expliqué a donde quería llegar y que no me importaba lo que me costara (al final me saldría más caro comprar otro ticket de avión y quizás no llegaría al bautizo, algo que no me perdonaría) me dijo que en una hora llegaba a mi destino y que no me preocupara que llegaría a tiempo, así fue, pero fue el taxi más caro de mi vida!!! al final pagué 135 libras, que en venezolano y si lo calculamos al mercado paralelo es mucho pero mucho dinero "armano".
Pero valió la pena, por Anya y por Abraham, tomé la deicisión correcta, son las 135 libras mejor pagadas de mi existencia. Con Anya pasé un rato muy hermoso y me bebí el té más delicioso del mundo convencida que existe Dios porque una sonrisa como la de ella no puede ser producto del azar sino de algo que se escapa a lo terrenal. A Abraham le cargué muchas horas, me desquité de tantos meses sin verle. Es un niño precioso y está muy grande y despierto para sus seis meses, creo que ya sabe quien soy porque el último día apretó mi mano con sus manitos mágicas y para mi eso significó complicidad, quiero llegar a ser su tía favorita!!! me lo he propuesto y de allí a mi no me saca nadie con lo cabezota que soy ;)
En mi vuelo a Sevilla conocí a un chico muy sensible y creativo, con él hablé de muchos textos que me contó había escrito. Al final tomé la decisión de darle mi email para que me mandara sus textos, me ha mandado algunos y ha sido una buena idea mantener contacto porque tiene mucho talento y sus textos me han encantado, le he entusiasmado para que continúe escribiendo porque creo que tiene mucho futuro en esto, quizás he conocido a uno de los buenos escritores españoles de los próximos 10 años, claro, eso si él decide dedicarse a escribir que finalmente es una decisión de las difíciles porque es de las que llamo trascendentales. Estaba contenta por haberme decidido finalmente a viajar vía Sevilla, porque al final en ese vuelo conocí a alguien que no estaba convencido de tener talento y quizás yo me convierta en parte de la motivación que necesita.
Cádiz me regaló atardeceres fabulosos. Como siempre. Entre vinos, tapas y callecitas pequeñas el tiempo pasó volando. En Londres y en Cádiz tomé dos decisiones importantes, esas me las reservo por ahora y las iré contando poquito a poco.
Estoy contenta.
De Peligro a Pele el Ojo (o como el venezolano usa refranes para explicar lo inexplicable) : " los niños son un regalo maravilloso, con ellos todo lo complicado se convierte en simple sólo al verles sonreír"